Joan Manuel Serrat
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Re: Joan Manuel Serrat
El PSOE acusa al alcalde de censurar y boicotear un concierto de Serrat
El portavoz del PSOE en el ayuntamiento de Guadalajara, Daniel Jiménez, ha acusado al alcalde, Antonio Román, de "censurar y boicotear" un concierto de Joan Manuel Serrat dentro del ciclo 'Guadalajara Emociona', "contra programando" para ese día otro espectáculo en el Teatro Buero Vallejo, lugar que la representación del cantante creía el idóneo para el espectáculo.
Jiménez ha asegurado, en conferencia de prensa, que la actuación de Serrat en el Buero Vallejo estaba acordada desde el pasado abril entre la Sociedad Pública Don Quijote y la dirección del teatro, aunque desde el Ayuntamiento -titular del teatro- no se respondió a las dos peticiones de cesión del recinto que había formulado la Diputación de Guadalajara.
De hecho, según el portavoz socialista, la concejala de Cultura del ayuntamiento, Isabel Noguerales, "reconoció en unas conversaciones que Serrat no iba a actuar en el Buero Vallejo porque su espectáculo se enmarcaba dentro del ciclo 'Guadalajara Emociona'" que promueve y organiza la institución provincial.
Por ello, ha opinado que el alcalde ha actuado como un "censor" ante este espectáculo y ante los ciudadanos de Guadalajara, a los que "ha privado de la posibilidad de ver un espectáculo único contra programando una ópera que podía venir cualquier otro día".
Por su parte, Antonio Román ha explicado, en declaraciones a los periodistas, que él no se encarga personalmente de la programación cultural del Teatro Buero Vallejo, aunque ha aclarado que no piensa contestar a los insultos del concejal socialista.
La que sí ha respondido es la edil responsable de Cultura, Isabel Nogueroles, quien ha indicado que no entiende por que el PSOE pretende crear polémica cuando se ha solicitado un espacio que no se puede ceder porque está ocupado, algo que, a su juicio, es completamente entendible, sobre todo teniendo en cuenta que la programación del Buero Vallejo se hace con mucha antelación.
"Lamentamos muchísimo que Serrat no pueda venir al Buero Vallejo", ha aseverado Noguerales, quien ha subrayado que, cuando se anunció que Serrat podría venir a Guadalajara en función de que se pudiera utilizar este espacio, en la Diputación ya sabían que este espacio no estaba disponible para esa fecha.
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Re: Joan Manuel Serrat
Del blog de Joan Baeza:
Serrat: una época
Por: Germán Froto y Madariaga
Soy de una generación que creció sin la cibernética ni la globalización.
Esa que se hizo entre los trovadores y el Rock and Roll. Soy de la generación que creció con las canciones de Serrat. De la generación serratiana.
La primera canción, con la que Juan Manuel se dio a conocer en el mundo de habla hispana, fue “Cantares”. Un poema de Antonio Machado que él musicó magistralmente.
Esa era la canción de protesta que se cantaba en todas las reuniones de la bohemia juvenil, así como en las peñas que inundaron al México de los setenta.
De hecho, todos los poemas de Machado que musicó Serrat, hicieron época. “Guitarra del mesón”; “Las Moscas”; “La Saeta”; “Del pasado efímero”; “A un olmo seco”; y “He andado muchos caminos”; entre otras que nos fueron adentrando en una cultura de la estepa castellana.
Canciones como la de “Señora”, eran el reflejo de todas nuestras inquietudes juveniles y reclamos a la suegra. “Póngase usted un vestido viejo, y de reojo en el espejo haga marcha atrás, señora”.
“No la educó, ya me hago cargo, a un soñador de pelo largo, qué le va ‘usté’ a hacer, señora”.
Y en efecto, qué podía hacer aquella pobre dama ante los caprichos de una hija a la que la sangre le buhía por todo el cuerpo a los diez y tantos años.
¿Quién no se enamoró de alguna maestra cuando cursaba la primaria?
A eso Serrat nos dice: “Pero usted, nunca supo, maestra, que cuando quería que cantara que tres por uno hacían tres, mis ojillos rascaban francamente las rodillas que púdicamente, usted apretaba y apretaba”.
Quién más, no sabía de aquella amiga que esperaba y esperaría por siempre a que llegara el hombre que amaba en silencio, como lo hacía Penélope.
“Con su bolso de piel marrón y sus zapatos de tacón y su vestido de domingo. Penélope, se sienta en un banco del andén y espera que llegue el primer tren, meneando el abanico”.
En una de sus biografías, se dice de Serrat, que su obra: “Merecería pasar a la historia de los sentimientos que han movido a tanta gente en la segunda mitad del siglo XX”.
Ya avanzando en edad, quién no hubiera querido escribir algo como esto: “Te levantarás despacio, poco antes de que den las diez y te alisarás el pelo, que con mis dedos deshilé. Y te abrocharás la falda y acariciarás mi espalda, con un hasta mañana”.
Juanito, como le decían en su casa, conocía muy bien de las clases sociales, pues surgió de un barrio obrero de Barcelona.
Quizá por eso y otras razones, entendía tan bien a Machado y a su decir, le hubiera gustado escribir las cosas que aquél escribió.
Cuando nos llegó el tiempo de recorrer el mundo, una canción de Serrat, “Mediterráneo”, resonaba en nuestra mente:
“Harto ya de estar harto, ya me cansé, de preguntarle al mundo, por qué y por qué. La Rosa de los Vientos me ha de ayudar, desde ahora vais a verme vagabundear”.
Y el mundo se hizo uno con nosotros, aunque conscientes de que: “Al andar se hace camino y al volver la vista atrás, se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar”.
Pero, eso no importaba. Había que acelerar el paso e ir cada vez más lejos, para volver al hogar con más ganas y apreciándolo mejor.
En otro intento, Serrat musicó a Benedetti, en un disco titulado: “El sur también existe”, pero no tuvo el éxito que los poemas de Machado. Sin embargo, es bonito escucharlo, porque Benedetti es sin duda un exquisito poeta.
Nos ha regalado Serrat, muchas composiciones más, que tienen que ver con la niñez, la adolescencia o la edad adulta. Las letras de protesta por el estado del mundo, los gringos, la dictadura y todo lo que huela a opresión del hombre.
“Para construir un bello sueño, lo primero que hace falta es estar despierto”, nos dice Serrat.
Y vaya que él se ha pasado la vida despierto, viéndolo todo, analizándolo, tratando de encontrarle el sentido a las cosas.
Ciertamente le debo mucho a Serrat, pero en esencia él tiene la culpa. Pues como lo dice en alguna de sus composiciones:
“Puede que a ti te guste o puede que no, pero el caso es que tenemos mucho en común. Bajo un mismo cielo, más o menos azul, compartimos el aire y adoramos el sol”.
En esta travesía de la vida, tuve el privilegio de formar parte de esa generación serratiana y eso me enorgullece, porque crecimos libres y libres habremos de morir.
Por lo demás: Hasta que nos volvamos a encontrar que Dios te guarde en la palma de Su mano”.
Serrat: una época
Por: Germán Froto y Madariaga
Soy de una generación que creció sin la cibernética ni la globalización.
Esa que se hizo entre los trovadores y el Rock and Roll. Soy de la generación que creció con las canciones de Serrat. De la generación serratiana.
La primera canción, con la que Juan Manuel se dio a conocer en el mundo de habla hispana, fue “Cantares”. Un poema de Antonio Machado que él musicó magistralmente.
Esa era la canción de protesta que se cantaba en todas las reuniones de la bohemia juvenil, así como en las peñas que inundaron al México de los setenta.
De hecho, todos los poemas de Machado que musicó Serrat, hicieron época. “Guitarra del mesón”; “Las Moscas”; “La Saeta”; “Del pasado efímero”; “A un olmo seco”; y “He andado muchos caminos”; entre otras que nos fueron adentrando en una cultura de la estepa castellana.
Canciones como la de “Señora”, eran el reflejo de todas nuestras inquietudes juveniles y reclamos a la suegra. “Póngase usted un vestido viejo, y de reojo en el espejo haga marcha atrás, señora”.
“No la educó, ya me hago cargo, a un soñador de pelo largo, qué le va ‘usté’ a hacer, señora”.
Y en efecto, qué podía hacer aquella pobre dama ante los caprichos de una hija a la que la sangre le buhía por todo el cuerpo a los diez y tantos años.
¿Quién no se enamoró de alguna maestra cuando cursaba la primaria?
A eso Serrat nos dice: “Pero usted, nunca supo, maestra, que cuando quería que cantara que tres por uno hacían tres, mis ojillos rascaban francamente las rodillas que púdicamente, usted apretaba y apretaba”.
Quién más, no sabía de aquella amiga que esperaba y esperaría por siempre a que llegara el hombre que amaba en silencio, como lo hacía Penélope.
“Con su bolso de piel marrón y sus zapatos de tacón y su vestido de domingo. Penélope, se sienta en un banco del andén y espera que llegue el primer tren, meneando el abanico”.
En una de sus biografías, se dice de Serrat, que su obra: “Merecería pasar a la historia de los sentimientos que han movido a tanta gente en la segunda mitad del siglo XX”.
Ya avanzando en edad, quién no hubiera querido escribir algo como esto: “Te levantarás despacio, poco antes de que den las diez y te alisarás el pelo, que con mis dedos deshilé. Y te abrocharás la falda y acariciarás mi espalda, con un hasta mañana”.
Juanito, como le decían en su casa, conocía muy bien de las clases sociales, pues surgió de un barrio obrero de Barcelona.
Quizá por eso y otras razones, entendía tan bien a Machado y a su decir, le hubiera gustado escribir las cosas que aquél escribió.
Cuando nos llegó el tiempo de recorrer el mundo, una canción de Serrat, “Mediterráneo”, resonaba en nuestra mente:
“Harto ya de estar harto, ya me cansé, de preguntarle al mundo, por qué y por qué. La Rosa de los Vientos me ha de ayudar, desde ahora vais a verme vagabundear”.
Y el mundo se hizo uno con nosotros, aunque conscientes de que: “Al andar se hace camino y al volver la vista atrás, se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar”.
Pero, eso no importaba. Había que acelerar el paso e ir cada vez más lejos, para volver al hogar con más ganas y apreciándolo mejor.
En otro intento, Serrat musicó a Benedetti, en un disco titulado: “El sur también existe”, pero no tuvo el éxito que los poemas de Machado. Sin embargo, es bonito escucharlo, porque Benedetti es sin duda un exquisito poeta.
Nos ha regalado Serrat, muchas composiciones más, que tienen que ver con la niñez, la adolescencia o la edad adulta. Las letras de protesta por el estado del mundo, los gringos, la dictadura y todo lo que huela a opresión del hombre.
“Para construir un bello sueño, lo primero que hace falta es estar despierto”, nos dice Serrat.
Y vaya que él se ha pasado la vida despierto, viéndolo todo, analizándolo, tratando de encontrarle el sentido a las cosas.
Ciertamente le debo mucho a Serrat, pero en esencia él tiene la culpa. Pues como lo dice en alguna de sus composiciones:
“Puede que a ti te guste o puede que no, pero el caso es que tenemos mucho en común. Bajo un mismo cielo, más o menos azul, compartimos el aire y adoramos el sol”.
En esta travesía de la vida, tuve el privilegio de formar parte de esa generación serratiana y eso me enorgullece, porque crecimos libres y libres habremos de morir.
Por lo demás: Hasta que nos volvamos a encontrar que Dios te guarde en la palma de Su mano”.
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Re: Joan Manuel Serrat
Barça
El último gol de Eduardo Manchón
Reunió al barcelonismo en el emotivo adiós al '11' del Barça de les Cinc Copes y al hombre querido por todos por su gran calidad humana
La despedida a Manchón congregó a numerosas personalidades del barcelonismo. Desde Manel Vich, la Veu del Camp Nou, a Àngel Mur. También el cantante Dyango. Y Joan Casals, l'Avi Barça, con la mano vendada tras su accidente de tráfico. Entre los personajes del mundo del fútbol, el ex árbitro Sergi Albert y Joaquim Hernández, padre de Xavi.
A las honras fúnebres acudió Anna Pruna, actual secretaria general de l'Esport de la Generalitat y sus antecesores en el cargo Josep Lluís Vilaseca y Josep Maldonado. Éste, actual senador y presidente de la Penya de Coma-ruga, organiza cada año el torneo de fútbol playa que lleva el nombre de Manchón. La Federació Catalana estuvo representada por su presidente Jordi Casals. Y el Espanyol por Jaume Martínez, Joan Josep Bertomeu y Rafa Marañón. También acudió Silvestre, ex jugador de la Real Sociedad, Osasuna, Murcia y Celta
Además de Sandro Rosell y de tres ex presidentes acudieron directivos de varias épocas. Entre los actuales, Josep Maria Bartomeu, Jordi Cardoner, Carles Vilarrubí, Eduard Coll y Toni Freixa. Ejecutivos como Juan José Castillo y el director del Museu, Jordi Penas. No faltó Jaume Rosell, padre de Sandro. De los anteriores: Josep Mussons, Pere Garcia Vila, Jaume Amat, Carles Tusquets, Josep Lluís Rovira, Jacint Borràs, Rafael Yuste y Marc Ingla, al que hay que añadir otros dos aspirantes a la presidencia, Jaume Guixà y Alexis Plaza
El Barça se dio cita ayer, en el tanatorio de Les Corts, para despedir a Eduardo Manchón. Una manifestación de duelo unánime como merecía un jugador de la gloriosa época de las Cinc Copes y todo un símbolo de los Veteranos -jugó partidos hasta los 78 años-, que era querido por todos por su enorme calidad humana. Su último gol fue reunir a tanta gente.
Durante la ceremonia, sus hijos Ester y Eduardo se dirigieron a los presentes y destacaron de forma muy especial lo orgullosos que estaban de su padre: "Era tan bueno que al morir, rodeado de toda su familia, nos pidió perdón por el malhumor que le habían provocado las molestias de su enfermedad". Sobre el féretro se colocaron su camiseta con el '11' y una cestita con frutos del algarrobo de Cambrils debajo del cual solía hacer la siesta. A los pies, un panel de flores de los Veteranos.
Incinerado, sus cenizas irán al mar, a esas aguas donde practicaba la que, junto con el Barça, era su gran afición: la pesca.
La emoción dominó el sepelio de principio a fin. Basora, en primera fila con la familia -Manchón y él eran uña y carne- estuvo sollozando toda la misa. Las lágrimas también querían asomarse a los ojos de Joan Manuel Serrat, quien sentía una especial predilección por el fallecido. Su canción en la que se evoca la célebre delantera Basora, César, Kubala, Moreno y Manchón estaba en la mente de todos. Igualmente emocionados estaban Ramallets y Seguer.
Entre los asistentes destacaban el presidente Sandro Rosell y tres ex presidentes: Agustí Montal, Josep Lluís Núñez y Joan Laporta.
Una lista de ex jugadores interminable. Además de los citados, Alfonseda, presidente de los Veteranos, Tejada, Vergés, Olivella, Celdrán, Flotats, Basora II, Zaldúa, Borràs, Sadurní, Fusté, Rexach, Mora, Rodri, Franch, Palau, Torrent, Costas, Pepito Ramos, Txiki Begiristain, Archibald, Pichi Alonso, Víctor Muñoz, Paco Martínez, Amor, Sergi Barjuan, Calderé, Estella, Moratalla, Vall, Comas, Roselló, Corominas, Villena, Jordi Gonzalvo, de la ilustre saga, y la viuda y el hijo de Segarra. Algunos ausentes, como Pereda o Zuviría, habían acudido la víspera a la capilla ardiente. De los ex jugadores de secciones estaban Masip y Xepkin, entre otros. No podía faltar el componente peñístico: cómo no, la Penya Cinc Copes. También la Penya Solera de Calella, la Penya Blaugrana Foment Martinenc, etc. Al frente de la delegación de Mundo Deportivo estuvo presente en la ceremonia nuestro director Santi Nolla
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Re: Joan Manuel Serrat
Serrat, otro rayo que no cesa
El concierto que se celebrará en el teatro Palacio Valdés forma parte de su gira 'Hijo de la luz y de la sombra
El cantautor regresa mañana a Avilés para homenajear a Miguel Hernández
Joan Manuel Serrat, símbolo de una generación de cantautores españoles, regresa mañana a Avilés, catorce meses después de su última visita a la villa. El Centro Niemeyer, que recién acaba de traer a otra voz señera del género como es Luis Eduardo Aute, continúa así brindando al público una oferta cultural marcada por figuras estelares de las artes, a tres meses vista de su inauguración, para la que se trabaja duro a fin de que la ceremonia coincida el con 15 de diciembre, fecha en la que Oscar Niemeyer cumple 103 años.
Mientras tanto, la espera se hace dulce con la música y la voz de Serrat. El 'noi del Poble Sec', como es conocido entre sus seguidores más fieles, está prolongando su gira 'Hijo de la luz y de la sombra', añadiendo la parada en Avilés en la recta final de la tournée, que concluirá el 30 de este mes en Orihuela. La fecha y el lugar no son casuales, porque ese día se celebra el centenario del nacimiento de Miguel Hernández, objeto de esta gira y del disco homónimo que el cantautor publicó el año pasado. 38 años después de su primera vez, Serrat revisita las creaciones del autor de 'Viento del pueblo' o 'Nanas de la cebolla', musicando poemas marcados por un componente más amargo (y también más vital) que los del disco de 1972. Un álbum éste que alcanzó el respeto de la crítica, el éxito entre el público y el orgullo personal y creativo del músico. No en vano el disco marcó un hito en la trayectoria del cantautor, siempre más poético que muchos de sus compañeros de viaje. Serrat ha tenido como característica hacer letras más sociales que políticas, lo que, por otra parte, dejaba abiertas las puertas para entender piezas como 'Fiesta' o 'Señora', que sólo en apariencia eran menos subversivas que otros himnos de la época como 'La estaca' de Lluis Llach, 'Diguem no' de Raimon o 'Me queda la palabra' de Paco Ibáñez. Sea como sea, todos ellos conforman una generación de cantautores que en uno u otro momento han homenajeado, admirado o versionado a Miguel Hernández, pero siempre varios cuerpos por detrás de Serrat.
El músico llevaba años reflexionando en la manera de dar una nueva vuelta de tuerca a los versos del poeta, y la efeméride del centenario ha propiciado que el resultado en forma de disco haya salido con fuerza, logrando alabanzas y buenas ventas entre una audiencia propia, que está rendida de antemano a cuanto haga el barcelonés. Editado en 2009 y desarrollado en directo desde marzo de este año, los trece temas que conforman este 'Hijo de la luz' inciden en la vertiente más amarga del poeta, sin desperdiciar la intensidad y la luminosidad que Hernández imprimió a versos como los de 'Tus cartas son un vino', pero tampoco renunciando a cálices amargos como 'El hambre', 'Las desiertas abarcas' o 'El mundo de los demás'. Musicalmente hablando, las canciones ofrecen arreglos cercanos a la época en que fueron escritos los poemas, con un Serrat que se acerca a la copla, coquetea con detalles flamencos y se entrega en varias ocasiones a la canción desnuda y pura. Todo ello en aras de buscar el envoltorio adecuado para unas letras que, sin dejar de ser atemporales, también son hijas de un tiempo revuelto como es el de la Segunda República y la Guerra Civil.
Al repertorio del concierto, no obstante, no le faltarán las canciones clásicas de la carrera del protagonista. Desde aquella emotiva 'Penélope' que le compuso Augusto Algueró, hasta creaciones propias posteriores como 'Los fantasmas del Roxy', 'Tu nombre me sabe a yerba' o 'Cada loco con su tema', lo que no cabe duda es que la música de Serrat está en la memoria de todos. Por algo las entradas para el concierto se agotaron en poco más de 36 horas de su puesta a la venta. Bajo la dirección musical de Ricard Miralles, y acompañado de José Mas 'Kitflus' a los teclados, Vicente Climent a la batería, Israel Sandoval a la guitarra, Olvido Lanza a la viola y Víctor Merlo como bajista, Joan Manuel Serrat se volverá a subir al escenario del Palacio Valdés a emocionar, como ese rayo que no cesa.
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Re: Joan Manuel Serrat
Joan Manuel Serrat cantará en Talavera el 15 de octubre
El cantautor catalán Joan Manuel Serrat ofrecerá el próximo viernes 15 de octubre, en el Teatro Palenque de Talavera de la Reina (Toledo), un recital en el que presentará su último trabajo, 'Hijo de la luz y de la sombra', un disco que incluye 13 poemas musicados de Miguel Hernández y que nace con motivo de la celebración del primer centenario de su nacimiento.
Con este recital, el Gobierno de Castilla-La Mancha, a través de la Consejería de Economía y Hacienda y la Sociedad Don Quijote de Conmemoraciones Culturales, pretende unirse a los actos conmemorativos del nacimiento del poeta de Orihuela que se han desarrollado a lo largo de 2010, y a la vez resaltar la relación del poeta oriolano con la ciudad de la cerámica, en la que tuvo buenos amigos, como el escultor Víctor González Gil (miembro de la Generación del 27) o el poeta Rafael Morales.
De hecho, según contaba el propio González Gil, Miguel Hernández escribió 'Las Nanas' y algunas cancioncillas en la parte de arriba de su casa de Talavera, y abajo, en el patio, se pasaba el día subido a la higuera, como si estuviera en Orihuela natal.
Tras el éxito obtenido por Serrat en sus recitales en Madrid, con llenos consecutivos durante nueve días en el Teatro de la Zarzuela, y tras pasar por cerca de cuarenta localidades de todo el país, Talavera será una de las últimas escalas de una gira que finalizará en España el día 30 de octubre en Orihuela, justo el día en que se cumple el centenario del nacimiento de Miguel Hernández. Posteriormente, la gira proseguirá por diversos países americanos.
Esta es la segunda incursión de Miguel Hernández en la discografía de Serrat, después de que en 1972, el Noi del Poble Sec versionara versos tan conocidos como 'Elegía a Ramón Sijé', 'El niño yuntero' y 'Nanas de la cebolla', que estarán presentes en su recital talaverano junto a su mítica y emocionante 'Para la libertad'.
A lo largo de casi dos horas de concierto, el cantante interpretará cerca de una veintena de canciones entre las que no faltarán vívidos poemas de amor, como 'Sólo quien ama vuela' o 'Tus cartas son un vino', marcadas por la sencillez y la ingenuidad del novio primerizo, y otros temas como 'La palmera levantina' o 'Dale que dale'.
OTROS POEMAS MUSICADOS
El público talaverano también tendrá ocasión de disfrutar con otros poemas musicados como 'Las desiertas abarcas', en el que recuerda la pobreza de su niñez, y la brutal 'El hambre', así como 'Canción del esposo soldado' y 'Si me matan bueno', inspirados en los ideales y en la lucha solidaria. Junto a estas interpretaciones, los asistentes al recital asistirán a la proyección de diversos videoclips relativos a la poesía de Miguel Hernández, y rodados por directores tan prestigiosos como Imanol Uribe, Isabel Coixet, Manuel Gutiérrez Aragón, José Luis Garci o Bigas Luna.
Bajo la dirección al piano del maestro Ricard Miralles, Serrat estará acompañado en el escenario por otros cinco grandes músicos: José Mas, 'Kitflus', a los teclados, Vicente Climent a la batería y percusiones, Israel Cuenca a las guitarras, Olvido Lanza a la viola y Víctor Merlo al contrabajo y bajo eléctrico.
No es la primera colaboración de Joan Manuel Serrat con el Gobierno de Castilla-La Mancha, ya que en 2005 actuó en Cuenca, Puertollano, Albacete, Valdepeñas y también en Talavera de la Reina con motivo de la programación cultural elaborada por el Ejecutivo autonómico para celebrar el IV Centenario de la publicación de la primera parte de El Quijote.
En el marco del Centenario de Miguel Hernández, el Gobierno de Castilla-La Mancha ha desarrollado a lo largo de este año "hernandiano" más de un centenar de actuaciones en los escenarios de la región, que han recordado al 'poeta cabrero' a través del teatro, la música, la danza, recitales de poesía y reuniones científicas, como el Curso "Miguel Hernández. Un ruiseñor en la besana", celebrado en Toledo en el mes de marzo.
Las entradas para el recital, cuyo precio es de 40 ó 30 euros dependiendo de la zona elegida, se pueden adquirir desde el viernes 1 de octubre en el servicio de televenta de CCM (www.ccm.es), en el número de teléfono 902 405 902 y en las taquillas del teatro en los horarios habituales.
El cantautor catalán Joan Manuel Serrat ofrecerá el próximo viernes 15 de octubre, en el Teatro Palenque de Talavera de la Reina (Toledo), un recital en el que presentará su último trabajo, 'Hijo de la luz y de la sombra', un disco que incluye 13 poemas musicados de Miguel Hernández y que nace con motivo de la celebración del primer centenario de su nacimiento.
Con este recital, el Gobierno de Castilla-La Mancha, a través de la Consejería de Economía y Hacienda y la Sociedad Don Quijote de Conmemoraciones Culturales, pretende unirse a los actos conmemorativos del nacimiento del poeta de Orihuela que se han desarrollado a lo largo de 2010, y a la vez resaltar la relación del poeta oriolano con la ciudad de la cerámica, en la que tuvo buenos amigos, como el escultor Víctor González Gil (miembro de la Generación del 27) o el poeta Rafael Morales.
De hecho, según contaba el propio González Gil, Miguel Hernández escribió 'Las Nanas' y algunas cancioncillas en la parte de arriba de su casa de Talavera, y abajo, en el patio, se pasaba el día subido a la higuera, como si estuviera en Orihuela natal.
Tras el éxito obtenido por Serrat en sus recitales en Madrid, con llenos consecutivos durante nueve días en el Teatro de la Zarzuela, y tras pasar por cerca de cuarenta localidades de todo el país, Talavera será una de las últimas escalas de una gira que finalizará en España el día 30 de octubre en Orihuela, justo el día en que se cumple el centenario del nacimiento de Miguel Hernández. Posteriormente, la gira proseguirá por diversos países americanos.
Esta es la segunda incursión de Miguel Hernández en la discografía de Serrat, después de que en 1972, el Noi del Poble Sec versionara versos tan conocidos como 'Elegía a Ramón Sijé', 'El niño yuntero' y 'Nanas de la cebolla', que estarán presentes en su recital talaverano junto a su mítica y emocionante 'Para la libertad'.
A lo largo de casi dos horas de concierto, el cantante interpretará cerca de una veintena de canciones entre las que no faltarán vívidos poemas de amor, como 'Sólo quien ama vuela' o 'Tus cartas son un vino', marcadas por la sencillez y la ingenuidad del novio primerizo, y otros temas como 'La palmera levantina' o 'Dale que dale'.
OTROS POEMAS MUSICADOS
El público talaverano también tendrá ocasión de disfrutar con otros poemas musicados como 'Las desiertas abarcas', en el que recuerda la pobreza de su niñez, y la brutal 'El hambre', así como 'Canción del esposo soldado' y 'Si me matan bueno', inspirados en los ideales y en la lucha solidaria. Junto a estas interpretaciones, los asistentes al recital asistirán a la proyección de diversos videoclips relativos a la poesía de Miguel Hernández, y rodados por directores tan prestigiosos como Imanol Uribe, Isabel Coixet, Manuel Gutiérrez Aragón, José Luis Garci o Bigas Luna.
Bajo la dirección al piano del maestro Ricard Miralles, Serrat estará acompañado en el escenario por otros cinco grandes músicos: José Mas, 'Kitflus', a los teclados, Vicente Climent a la batería y percusiones, Israel Cuenca a las guitarras, Olvido Lanza a la viola y Víctor Merlo al contrabajo y bajo eléctrico.
No es la primera colaboración de Joan Manuel Serrat con el Gobierno de Castilla-La Mancha, ya que en 2005 actuó en Cuenca, Puertollano, Albacete, Valdepeñas y también en Talavera de la Reina con motivo de la programación cultural elaborada por el Ejecutivo autonómico para celebrar el IV Centenario de la publicación de la primera parte de El Quijote.
En el marco del Centenario de Miguel Hernández, el Gobierno de Castilla-La Mancha ha desarrollado a lo largo de este año "hernandiano" más de un centenar de actuaciones en los escenarios de la región, que han recordado al 'poeta cabrero' a través del teatro, la música, la danza, recitales de poesía y reuniones científicas, como el Curso "Miguel Hernández. Un ruiseñor en la besana", celebrado en Toledo en el mes de marzo.
Las entradas para el recital, cuyo precio es de 40 ó 30 euros dependiendo de la zona elegida, se pueden adquirir desde el viernes 1 de octubre en el servicio de televenta de CCM (www.ccm.es), en el número de teléfono 902 405 902 y en las taquillas del teatro en los horarios habituales.
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Re: Joan Manuel Serrat
Este chico no para...no sé de dónde saca tantas energías.
Por otra parte, me alegra mucho su merecido éxito. "Hijo de la luz y de la sombra" es un trabajo extraordinario.
Bss
Damablanca.
Por otra parte, me alegra mucho su merecido éxito. "Hijo de la luz y de la sombra" es un trabajo extraordinario.
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Re: Joan Manuel Serrat
Serrat repasa la obra de Miguel Hernández en el Palacio Valdés
El cantautor estará acompañado al bajo por el avilesino Dani Casielles en un acto organizado por el Niemeyer
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Joan Manuel Serrat se subirá de nuevo a las tablas del teatro Palacio Valdés avilesino invitado por la Fundación del Niemeyer a partir de las ocho de la tarde. El cantautor catalán llega a Avilés para presentar su particular homenaje al «Poeta del pueblo» Miguel Hernández el año en que se cumple el centenario de su nacimiento. El cantautor catalán estará acompañado al bajo por el avilesino Dani Casielles.
La Fundación del Niemeyer ha querido aprovechar que el cantautor catalán se encuentra de gira por España para que actúe en Aviles a los quince meses de haber presentado el espectáculo «100 x 100 Serrat» en la misma plaza. En este caso, su «tour» se denomina «Hijo de luz y de la sombra», gira que finalizará en Orihuela (Alicante), pueblo natal de Miguel Hernández, el próximo 30 de octubre.
Serrat, que ya descansó anoche en Avilés, ha preparado un espectáculo en el que repasará aquellos temas que grabó en el disco que da nombre a la gira allá por 1972. Entre esas canciones, el catalán interpretará el popular «Dale que dale», «La palmera levantina», «Si me matan, bueno», «Cerca del agua» y «Sólo quien ama vuela», entre otros.
Según ha manifestado el propio Joan Manuel Serrat en varias ocasiones, uno de los principales motivos que le han empujado a ahondar más en la figura de Miguel Hernández ha sido «la intemporalidad de su poesía». A juicio del cantautor, los versos del «Poeta del Pueblo» siguen sonando tan actuales como si hubieran sido escritos ayer.
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Re: Joan Manuel Serrat
La mala suerte persigue a Miguel Hernández´
(Entrevista a Serrat)
La Biblioteca Nacional recupera la memoria de Miguel Hernández. Cultura
Joan Manuel Serrat (Barcelona, 1943) ha fijado su mirada nuevamente en el verso del poeta alicantino Miguel Hernández (1910-1942), con motivo del disco 'Hijo de la luz y de la sombra'. Es su homenaje a uno de los mártires de la dictadura, que llega a Gran Canaria el 19 de octubre
DIEGO F. HERNÁNDEZ
- Es un concierto que gira alrededor de la vida y obra de Miguel Hernández, que reúne un manojo de sus poemas a los cuales he puesto música en dos fases: una en 1972 y otra ahora en 2010, y ambos trabajos se unen en este espectáculo conmemorativo del poeta. Afortunadamente, el trabajo ha sido bien recibido, y a mi entender creo que conforma un espectáculo donde el poema, la música y las imágenes, un trabajo de audiovisuales creados por otros tantos realizadores, y el resultado es fantástico, no me puedo quejar. A los conciertos les han llovido palabras muy satisfactorias, en todas partes, cosa que agradezco mucho porque le aseguro que en él está puesto mucho esfuerzo, corazón y ganas para que realmente esto fuera algo más que un concierto, un recorrido vital y poético por la obra de Miguel Hernández.
- ¿Vuelve al verbo de Miguel Hernández con intención de rescatar textos que quizás permitan descubrir otro perfil del poeta alicantino?
- El disco de hace 38 años fue un trabajo bien recibido en su tiempo. Lo que ocurre es que la dimensión de Miguel Hernández en 1972 no era exactamente la misma porque en ese año era no solo reivindicado como poeta condenado al ostracismo como tanto, sino que era reivindicado como un mártir de la dictadura, por tanto, este elemento que hoy en día sigue siendo el mismo, no se percibe con las mismas sensaciones tres décadas después de la muerte del dictador. A pesar de ello, la percepción de la gente también es distinta. Le puedo decir que la obra de Miguel Hernández es más conocida, su figura es más cercana, aunque mucho menos de lo que sería saludable para todos nosotros.
- Ha sido también regresar a emociones y sentimientos que permanecían dormidos, redescubrir la voz de un amigo con un legado universal.
- Hay un descubrimiento, a pesar de que la obra del poeta haya estado muy cerca de mí a lo largo de todos estos años, releer de nuevo el trabajo con la severidad de hacer una nueva producción musical con sus poemas, me ha obligado a volver a bucear, volver a redescubrir. Es lo bueno que tienen los grandes poetas. Su obra sigue vigente aunque fuera escrita en otro tiempo y circunstancias. Y si está vigente es porque es buena, aquí o en Honduras, y en cada lugar la tomarán con las circunstancias personales de quien la recibe, y conmoverá, y servirá para lo que la poesía sirve, que es para conmover. En la medida que el poeta es bueno, su obra atraviesa el tiempo con mayor seguridad.
- El disco y espectáculo es además una percha de cara a que las nuevas generaciones descubran al poeta.
- Si, es evidente, pero Miguel Hernández tuvo tan mala suerte en la vida, en todo lo que le aconteció, que esa mala suerte le ha perseguido en el centenario, haciendo que se produjera en un año ruinoso en todos los sentidos, y ha impedido cualquier posibilidad de fastos. Que pocas cosas han surgido por el centenario, y me alegro mucho de haber colaborado a que tenga algo de proyección.
- La Biblioteca Nacional en Madrid acoge una exposición titulada La sombra vencida en la que se abunda en la obra de Miguel Hernández y se postula incluso un premio literario para estimular a los jóvenes. ¿Qué le parece?
- Cualquier cosa me parece poco, pero más allá del centenario, la poesía, nuestros artistas son un patrimonio muy grande, y que esto debe de estar cercano a la gente, es una riqueza para todos y no se le puede volver la espalda a algo tan importante y tan nuestro. Debería ser algo cotidiano.
- Acaba la gira en Orihuela a finales de mes en la fecha que se cumple el centenario. ¿Será especial el cierre en localidad natal del poeta?
- La verdad es que se me ha hecho corto todo. Cuando a una gira como ésta te acompaña la gente, sabe a poco. Cada vez que subes al escenario, lo haces como si fueras de fiesta. Y vamos a prolongar en América.
- ¿Se siente con fuerzas entonces para seguir en la carretera con éste y los nuevos proyecto que están por venir?
- Yo doy pedales, voy en una bicicleta de piñón fijo a la que hay que dar pedal constantemente, porque si paras te caes. Y de los nuevos proyectos, pienso en ello, lo que pasa es que no hablo. Sólo espero que la vida y la salud me le permitan. Y no es que quiera seguir insistiendo en este tema, en mi salud. Quiero aclarar a la gente que estoy escandalosamente bien, me parece hasta una ofensa cómo me encuentro, y si no pudiera mantener un estado de salud como el que tengo ahora, tenga claro que difícilmente podría mantener una actividad de esta manera.
(Entrevista a Serrat)
La Biblioteca Nacional recupera la memoria de Miguel Hernández. Cultura
Joan Manuel Serrat (Barcelona, 1943) ha fijado su mirada nuevamente en el verso del poeta alicantino Miguel Hernández (1910-1942), con motivo del disco 'Hijo de la luz y de la sombra'. Es su homenaje a uno de los mártires de la dictadura, que llega a Gran Canaria el 19 de octubre
DIEGO F. HERNÁNDEZ
- Es un concierto que gira alrededor de la vida y obra de Miguel Hernández, que reúne un manojo de sus poemas a los cuales he puesto música en dos fases: una en 1972 y otra ahora en 2010, y ambos trabajos se unen en este espectáculo conmemorativo del poeta. Afortunadamente, el trabajo ha sido bien recibido, y a mi entender creo que conforma un espectáculo donde el poema, la música y las imágenes, un trabajo de audiovisuales creados por otros tantos realizadores, y el resultado es fantástico, no me puedo quejar. A los conciertos les han llovido palabras muy satisfactorias, en todas partes, cosa que agradezco mucho porque le aseguro que en él está puesto mucho esfuerzo, corazón y ganas para que realmente esto fuera algo más que un concierto, un recorrido vital y poético por la obra de Miguel Hernández.
- ¿Vuelve al verbo de Miguel Hernández con intención de rescatar textos que quizás permitan descubrir otro perfil del poeta alicantino?
- El disco de hace 38 años fue un trabajo bien recibido en su tiempo. Lo que ocurre es que la dimensión de Miguel Hernández en 1972 no era exactamente la misma porque en ese año era no solo reivindicado como poeta condenado al ostracismo como tanto, sino que era reivindicado como un mártir de la dictadura, por tanto, este elemento que hoy en día sigue siendo el mismo, no se percibe con las mismas sensaciones tres décadas después de la muerte del dictador. A pesar de ello, la percepción de la gente también es distinta. Le puedo decir que la obra de Miguel Hernández es más conocida, su figura es más cercana, aunque mucho menos de lo que sería saludable para todos nosotros.
- Ha sido también regresar a emociones y sentimientos que permanecían dormidos, redescubrir la voz de un amigo con un legado universal.
- Hay un descubrimiento, a pesar de que la obra del poeta haya estado muy cerca de mí a lo largo de todos estos años, releer de nuevo el trabajo con la severidad de hacer una nueva producción musical con sus poemas, me ha obligado a volver a bucear, volver a redescubrir. Es lo bueno que tienen los grandes poetas. Su obra sigue vigente aunque fuera escrita en otro tiempo y circunstancias. Y si está vigente es porque es buena, aquí o en Honduras, y en cada lugar la tomarán con las circunstancias personales de quien la recibe, y conmoverá, y servirá para lo que la poesía sirve, que es para conmover. En la medida que el poeta es bueno, su obra atraviesa el tiempo con mayor seguridad.
- El disco y espectáculo es además una percha de cara a que las nuevas generaciones descubran al poeta.
- Si, es evidente, pero Miguel Hernández tuvo tan mala suerte en la vida, en todo lo que le aconteció, que esa mala suerte le ha perseguido en el centenario, haciendo que se produjera en un año ruinoso en todos los sentidos, y ha impedido cualquier posibilidad de fastos. Que pocas cosas han surgido por el centenario, y me alegro mucho de haber colaborado a que tenga algo de proyección.
- La Biblioteca Nacional en Madrid acoge una exposición titulada La sombra vencida en la que se abunda en la obra de Miguel Hernández y se postula incluso un premio literario para estimular a los jóvenes. ¿Qué le parece?
- Cualquier cosa me parece poco, pero más allá del centenario, la poesía, nuestros artistas son un patrimonio muy grande, y que esto debe de estar cercano a la gente, es una riqueza para todos y no se le puede volver la espalda a algo tan importante y tan nuestro. Debería ser algo cotidiano.
- Acaba la gira en Orihuela a finales de mes en la fecha que se cumple el centenario. ¿Será especial el cierre en localidad natal del poeta?
- La verdad es que se me ha hecho corto todo. Cuando a una gira como ésta te acompaña la gente, sabe a poco. Cada vez que subes al escenario, lo haces como si fueras de fiesta. Y vamos a prolongar en América.
- ¿Se siente con fuerzas entonces para seguir en la carretera con éste y los nuevos proyecto que están por venir?
- Yo doy pedales, voy en una bicicleta de piñón fijo a la que hay que dar pedal constantemente, porque si paras te caes. Y de los nuevos proyectos, pienso en ello, lo que pasa es que no hablo. Sólo espero que la vida y la salud me le permitan. Y no es que quiera seguir insistiendo en este tema, en mi salud. Quiero aclarar a la gente que estoy escandalosamente bien, me parece hasta una ofensa cómo me encuentro, y si no pudiera mantener un estado de salud como el que tengo ahora, tenga claro que difícilmente podría mantener una actividad de esta manera.
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Re: Joan Manuel Serrat
Serrat, culterano y secular
El cantante catalán triunfa en Avilés de la mano del Niemeyer recitando los versos más tristes del poeta Miguel Hernández, del que se celebra el centenario de su nacimiento
La voz de Joan Manuel Serrat se escuchó en Avilés antes que nada «en off». O sea, fuera de escena. Decía: «Me llamo barro aunque Miguel me llame». Los seis músicos de la banda del autor catalán ya estaban sobre el escenario del teatro Palacio Valdés, entre las sombras. El telón de fondo es una pantalla. Y en ella se podía leer, al principio, «Hijo de la luz y de la sombra». Así era como se llamaba el concierto que llenó ayer hasta la bandera el odeón local: una resurrección de los versos de Miguel Hernández, ahora que se cumplen cien años del nacimiento del poeta.
Serrat repite en la ciudad. El año pasado lo trajo el Niemeyer y este ha repetido con el centro cultural de la ría. El año pasado bebió champán del bueno entre canción y canción y este le dio más por el agua y por la cara cariacontecida. A Miguel Hernández, parece ser, se le tiene que cantar con el rostro gélido, imperturbable. Porque habla de cosas tan graves como la muerte, el hambre, la sangre, las hachas... Miguel Hernández, héroe de las trincheras civiles, resucitó de entre los muertos en 1972, cuando Serrat publicó su disco homenaje. De entonces acá pasaron treinta y ocho años y así, con casi cuatro décadas entre medias, ha vuelto a los teatros con los versos más tristes del poeta centenario, el autor de «El rayo que no cesa», de «Perito en lunas» y de tantos libros en la historia de los libros.
El cantante, pasando de su corazón a sus asuntos, explicó a los espectadores que el concierto que iba a empezar «era cerrado», o sea, que no cabían peticiones populares. Prevención; no fuera ser que le pidieran «Mediterráneo», que también está de cumpleaños. «Dada la especial relación que tengo con Avilés igual me planteo un concierto de discos dedicados», comentó en su primer parlamento. Después, durante algo más de una hora versos, versos y más versos. Todos con el ritmo marcado por un piano, unos teclados, un bajo, una guitarra, un contrabajo, un violín y una batería. Para todo esto dan los poemas del poeta pastor en la voz de quien los popularizó, porque Hernández era un escritor comprometido, pero cuando empezó lo hizo por la línea más culterana, que es el mejor modo de deshacerse de los posibles lectores.
La «Elegía» que Hernández dedicó a su amigo Ramón Sijé se convirtió muy pronto en su «hit parade». Empieza con «En Orihuela...» y concluye con «que tenemos que hablar de muchas cosas,/ compañero del alma, compañero». Fue la más aplaudida. Se llevó los bravos.
El cantante catalán triunfa en Avilés de la mano del Niemeyer recitando los versos más tristes del poeta Miguel Hernández, del que se celebra el centenario de su nacimiento
La voz de Joan Manuel Serrat se escuchó en Avilés antes que nada «en off». O sea, fuera de escena. Decía: «Me llamo barro aunque Miguel me llame». Los seis músicos de la banda del autor catalán ya estaban sobre el escenario del teatro Palacio Valdés, entre las sombras. El telón de fondo es una pantalla. Y en ella se podía leer, al principio, «Hijo de la luz y de la sombra». Así era como se llamaba el concierto que llenó ayer hasta la bandera el odeón local: una resurrección de los versos de Miguel Hernández, ahora que se cumplen cien años del nacimiento del poeta.
Serrat repite en la ciudad. El año pasado lo trajo el Niemeyer y este ha repetido con el centro cultural de la ría. El año pasado bebió champán del bueno entre canción y canción y este le dio más por el agua y por la cara cariacontecida. A Miguel Hernández, parece ser, se le tiene que cantar con el rostro gélido, imperturbable. Porque habla de cosas tan graves como la muerte, el hambre, la sangre, las hachas... Miguel Hernández, héroe de las trincheras civiles, resucitó de entre los muertos en 1972, cuando Serrat publicó su disco homenaje. De entonces acá pasaron treinta y ocho años y así, con casi cuatro décadas entre medias, ha vuelto a los teatros con los versos más tristes del poeta centenario, el autor de «El rayo que no cesa», de «Perito en lunas» y de tantos libros en la historia de los libros.
El cantante, pasando de su corazón a sus asuntos, explicó a los espectadores que el concierto que iba a empezar «era cerrado», o sea, que no cabían peticiones populares. Prevención; no fuera ser que le pidieran «Mediterráneo», que también está de cumpleaños. «Dada la especial relación que tengo con Avilés igual me planteo un concierto de discos dedicados», comentó en su primer parlamento. Después, durante algo más de una hora versos, versos y más versos. Todos con el ritmo marcado por un piano, unos teclados, un bajo, una guitarra, un contrabajo, un violín y una batería. Para todo esto dan los poemas del poeta pastor en la voz de quien los popularizó, porque Hernández era un escritor comprometido, pero cuando empezó lo hizo por la línea más culterana, que es el mejor modo de deshacerse de los posibles lectores.
La «Elegía» que Hernández dedicó a su amigo Ramón Sijé se convirtió muy pronto en su «hit parade». Empieza con «En Orihuela...» y concluye con «que tenemos que hablar de muchas cosas,/ compañero del alma, compañero». Fue la más aplaudida. Se llevó los bravos.
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Re: Joan Manuel Serrat
«Tengo un compromiso con Avilés y pienso volver»
Joan Manuel Serrat llegó en la tarde-noche del lunes a la villa. El cantautor se instaló con su esposa en el hotel NH Palacio de Ferrera y quiso disfrutar de la primera hora de la noche con una cena tranquila. Con esa intención, y acompañado de Natalio Grueso, el músico estuvo en Sal de Vinos en un ambiente relajado y jovial que muy pronto le brindó una primera sorpresa. Aprovechando que Amigos del País había inaugurado su exposición de recuerdos de Miguel Hernández dos horas antes, una representación de la entidad coincidió con él en el local hostelero y pudo comentarle que, precisamente, el acto de inauguración fue abierto con la escucha de un tema de su último disco, donde el catalán pone música al poeta de Orihuela. Serrat expresó efusivo su agradecimiento por este detalle, que completó ayer con una visita a las obras del Niemeyer, que supusieron para él una grata impresión. Otra comida relajada, en esta ocasión en Casa Tataguyo, fue el preámbulo a una tarde donde el espíritu de Miguel Hernández flotaba en el ambiente.
Y es que la reverencia al poeta por un lado, y al músico por otro, se palpaba en el Palacio Valdés ya antes de subirse el cantante al escenario. La lluvia no logró empañar la asistencia de público al concierto, registrando el odeón un lleno hasta la bandera con gente de todas las edades. Al apagarse las luces, fueron saliendo los músicos entre penumbras. Un manto de teclados precedió al recitado de 'Las tres heridas', con el cantante aún entre bambalinas. La ovación dada al 'noi del Poble Sec' al salir a escena fue correspondida con su promesa de volver «porque tengo un compromiso con Avilés, y el concierto de hoy -por ayer- va a ser sólo de poemas de Miguel Hernández». Y bromeó con que esa futura actuación «será sólo de 'grandes éxitos' o, si no, de 'álbumes dedicados', aunque eso no sé muy bien cómo se hará». Si bien al hablar la voz de Serrat acusa los problemas de salud que ha atravesado, cantando recupera el tono potente y sobrio que le ha hecho célebre. El público vibró con la magia del acto.
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Re: Joan Manuel Serrat
Compromís reclama al Consell la Alta Distinción para Serrat
Oltra destaca en las Cortes su labor para difundir el legado de Miguel Hernández
La coalición Compromís, que se ha negado en Elche —a través de su única edil y portavoz, Ángeles Candela— a pagar por retener el legado del poeta oriolano Miguel Hernández, parece haber encontrado la forma de homenajear, a su modo, al universal literato en el centenario de su nacimiento. La portavoz adjunta de la coalición en las Cortes, Mónica Oltra, ha registrado una proposición no de Ley para sugerir un homenaje indirecto: celebrar el Año Hernandiano a través de un premio al cantautor catalán Joan Manuel Serrat.
La intención de Compromís es que la Generalitat conceda a Serrat su «Alta Distinción al Mérito Cultural» (sic), bajo el argumento del interés del prolífico cantautor por difunfir el legado de Miguel Hernández a través de su música. La propuesta, a la que ha tenido acceso ABC, se registró en la Cámara autonómica el pasado jueves; es decir, dos días antes de que la Generalitat otorgase las distinciones de 2010 con motivo de la festividad del 9 d'Octubre.
Compromís, de hecho, confunde la Alta Distinción de la Generalitat, que es un galardón único —y que este año se entregó al catedrático alicantino de Geografía Antonio Gil Olcina—, con la medalla al Mérito Cultural —que este año comparten la Sociedad de Cronistas del Reino, el pintor Nassio Bayarri y el escultor Silvestre de Edeta—.
Carácter valenciano
Serrat, en cualquier caso, sería un caso atípico de personalidad distinguida por la Generalitat. La Alta Distinción, de hecho, persigue reconocer el trabajo en cualquier campo de personas nacidas en la Comunidad Valenciana o, en cualquier caso, con fuertes vínculos con la región —o cuyo trabajo ha beneficiado directamente a los valencianos—. De hecho, los dos últimos premiados han sido Gil Olcina por sus investigaciones sobre las carencias hídricas de la Comunidad, y el cooperante valenciano Vicente Ferrer (en 2009).
No obstante, Oltra considera que el cantautor catalán merece tal título por «la dedicación a propagar el conocimiento de los grandes poetas de las letras hispanas y, de manera particular, de Miguel Hernández». Así, recuerda que «ya en 1972 publicó un disco homenaje a Miguel Hernández», y que con motivo del Año Hernandiano «está realizando la gira “Hijo de la luz y de la sombra”».
La propuesta de resolución de Compromís, al margen del personaje al que pretende premiar, se topa también con otra dificultad añadida. Según el texto registrado en las Cortes, los nacionalistas pretenden que el Consell galardone a Serrat «en la próxima edición de de 2010 de los premios». Una edición que tuvo lugar dos días después de registrada la proposición no de Ley —dado que la Alta Distinción y el resto de premios se entregan en el acto protocolario que se celebra con motivo del Día de la Comunidad Valenciana—, sin tiempo para que el Hemiciclo llegase siquiera a debatirla.
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Re: Joan Manuel Serrat
Desde luego, el trabajo de Serrat para propagar a nivel popular la poesía de Miguel Hernández, ha sido enorme. Otro premio para la vitrina serratiana. Le felicitaremos si se lo conceden.
Damablanca.
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Re: Joan Manuel Serrat
Serrat, La Fuga y Alejandro Monterrat, protagonizan sesión musical de hoy
El cantante Joan Manuel Serrat, la Fuga y Alejandro Montserrat protagonizan hoy las actuaciones musicales de la quinta jornada de las Fiestas del Pilar de Zaragoza 2010, que incluye además la celebración de la Ofrenda de Frutos y del Rosario de Cristal.
Serrat actuará en la Sala Mozart del Auditorio, donde presentará su trabajo "Hijo de la luz y de la sombra".
En la plaza del Pilar se darán cita Alejandro Montserrat y Al B'Aída, junto con Sincopa, ganador del Concurso Grupos Emergentes, mientras que en el pabellón de Interpeñas se reunirán Despistaos, La Fuga y Barkerville.
La sesión de música clásica en la Sala Luis Galve del Auditorio correrá a cargo de la soprano Pilar Torreblanca, que celebra su veinticinco aniversario cantando, y al Espacio Z de Valdespartera llegará la música folk con la Banda de Gaitas de Boto.
Además, la Plaza de San Bruno será el escenario del Festival Flamenco Puro Flamenco, organizado por la Asociación de Promoción Gitana de Zaragoza.
En la carpa del Ternasco se celebrarán los conciertos de Os Mochales y de La Talega.
El Duo Kapikua y la vedette cantante Merche Lois serán los artistas invitados en la Saña Multiusos dentro de la programación El Pilar con nuestros mayores.
En el I Festival Internacional de Teatro de Feria, Parque de las Marionetas, actuarán las compañías Picazzio Títerés, Civi Civiac, Teatro Che y Moche, Títeres de la Tía Elena, Teatro Buffo, Petits Miracles, Laura Kibel, Alex y Thêatre rue Barrée y en el Parque de los Insectos Envol, Virginia Imaz, La Tal y Chipolatas.
Marianico el Corto seguirá en el Colegio Jesuitas-El Salvador con su espectáculo "Supermarianico en Hollywood", Manolo Royo dará continuidad a la comedia "Mucho que reír" en la Sala Multiusos del Auditorio y Vol-Ras hará reír un día más con la obra "S.G.A.G
(Sociedad General de Aguas Globales) en el Teatro del Mercado.
Las comparsas de gigantes y cabezudos, las vaquillas y los toros y la fiesta de la Cerveza en el Parque de Atracciones, serán otros de los atractivos de estas Fiestas del Pilar.
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Re: Joan Manuel Serrat
Serrat triunfa con su homenaje a Miguel Hernández
Joan Manuel Serrat no defrauda. El concierto que el catalán ofreció ayer en la sala Mozart tuvo un lleno absoluto. Durante casi dos horas de concierto, el cantante interpretó cerca de una veintena de canciones, algunas pertenecientes a su último trabajo Hijo de la luz y la sombra, un fantástico homenaje al poeta Miguel Hernández, que sin duda ha sido muy bien acogido por sus fans.
Joan Manuel Serrat no defrauda. El concierto que el catalán ofreció ayer en la sala Mozart tuvo un lleno absoluto. Durante casi dos horas de concierto, el cantante interpretó cerca de una veintena de canciones, algunas pertenecientes a su último trabajo Hijo de la luz y la sombra, un fantástico homenaje al poeta Miguel Hernández, que sin duda ha sido muy bien acogido por sus fans.
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Re: Joan Manuel Serrat
Joan Manuel Serrat: el trovador inconsciente
"Soy una persona muy generosa y tolerante con los pecadores; y lo hago en defensa propia", dice el cantante
"Soy una persona muy generosa y tolerante con los pecadores; y lo hago en defensa propia", dice un sonriente Joan Manuel Serrat. Al filo de los 67 y próximo a visitar nuevamente nuestro país (vendrá en noviembre a presentar su último álbum, Hijo de la luz y de la sombra), el gran trovador catalán despliega carisma, facilidad de palabra, inteligencia y juvenil entusiasmo en la imperdible entrevista que este domingo publica LNR.
"Inconsciente": así se define el caballero Serrat antes de explicar por qué: "Nunca pasé miedo en un avión, lo que muestra el grado de inconsciencia que tengo. Cuando me dicen "usted se tiene que operar", soy diligente y trato de hacerlo lo más rápidamente posible, porque quiero estar bien lo más rápidamente posible. He pasado dos cánceres y afortunadamente estoy recuperado. Lo único que quiero transmitir a los que están en una situación parecida es un aire optimista para enfrentar lo que les suceda".
Conocedor de la realidad latinoamericana, califica a Chávez de "personaje curioso", hace votos por que "el pluralismo político pueda hacerse realidad en Cuba" y considera que la actual crisis económica poco puede afectar a los pueblos andinos "que, como nunca recibieron nada, no notan la diferencia".
Defensor a ultranza de la pasión, enamorado de la música y las letras, el creador de Mediterráneo asegura que los años los tornaron más sereno, más allá de que "aquello que me cabreaba hace un tiempo me sigue cabreando". En cada una de sus expresiones, Serrat transmite una luminosa alegría de vivir: "Cuando despierto, me entra un grado de felicidad pensando que sigo vivo, que todavía estoy aquí. Como le pasaba a Trotsky, que se despertaba y, feliz, salía de la cama gritando: "¡Stalin me concedió un día más de vida!"
"Soy una persona muy generosa y tolerante con los pecadores; y lo hago en defensa propia", dice el cantante
"Soy una persona muy generosa y tolerante con los pecadores; y lo hago en defensa propia", dice un sonriente Joan Manuel Serrat. Al filo de los 67 y próximo a visitar nuevamente nuestro país (vendrá en noviembre a presentar su último álbum, Hijo de la luz y de la sombra), el gran trovador catalán despliega carisma, facilidad de palabra, inteligencia y juvenil entusiasmo en la imperdible entrevista que este domingo publica LNR.
"Inconsciente": así se define el caballero Serrat antes de explicar por qué: "Nunca pasé miedo en un avión, lo que muestra el grado de inconsciencia que tengo. Cuando me dicen "usted se tiene que operar", soy diligente y trato de hacerlo lo más rápidamente posible, porque quiero estar bien lo más rápidamente posible. He pasado dos cánceres y afortunadamente estoy recuperado. Lo único que quiero transmitir a los que están en una situación parecida es un aire optimista para enfrentar lo que les suceda".
Conocedor de la realidad latinoamericana, califica a Chávez de "personaje curioso", hace votos por que "el pluralismo político pueda hacerse realidad en Cuba" y considera que la actual crisis económica poco puede afectar a los pueblos andinos "que, como nunca recibieron nada, no notan la diferencia".
Defensor a ultranza de la pasión, enamorado de la música y las letras, el creador de Mediterráneo asegura que los años los tornaron más sereno, más allá de que "aquello que me cabreaba hace un tiempo me sigue cabreando". En cada una de sus expresiones, Serrat transmite una luminosa alegría de vivir: "Cuando despierto, me entra un grado de felicidad pensando que sigo vivo, que todavía estoy aquí. Como le pasaba a Trotsky, que se despertaba y, feliz, salía de la cama gritando: "¡Stalin me concedió un día más de vida!"
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Re: Joan Manuel Serrat
Serrat canta a Miguel Hernández este sábado en el Baluarte
El cantautor Joan Manuel Serrat ofrece este sábado en Baluarte a partir de las 20 horas uno de los últimos conciertos de la gira de presentación de su nuevo disco, 'Hijo de la luz y de la sombra', su segundo trabajo sobre poemas del poeta alicantino Miguel Hernández que ha visto la luz con motivo del centenario de su nacimiento.
El cantautor Joan Manuel Serrat ofrece este sábado en Baluarte a partir de las 20 horas uno de los últimos conciertos de la gira de presentación de su nuevo disco, 'Hijo de la luz y de la sombra', su segundo trabajo sobre poemas del poeta alicantino Miguel Hernández que ha visto la luz con motivo del centenario de su nacimiento.
En el concierto, el cantautor catalán interpretará las nuevas canciones junto a las ya musicadas en 1972 para su disco 'Miguel Hernández'. Con este nuevo álbum Serrat ha vuelto al número uno de los discos más vendidos y ha conseguido el Disco de Oro en España y Argentina.
Sobre el escenario, Serrat estará acompañado por seis músicos, bajo la dirección al piano del maestro Ricardo Miralles. Un guión teatral servirá de hilo conductor del espectáculo y cada tema irá acompañado de un corto cinematográfico realizado por prestigiosos directores de cine como Montxo Armendáriz, Isabel Coixet, José Luis Cuerda, David Trueba, José Luis Garci, Bigas Luna, Imanol Uribe o Manuel Huerga, entre otros.
No quedan entradas para el concierto, que el propio Joan Manuel Serrat define en su página web como "un amplio recorrido por la obra de Miguel Hernández que incluye desde poemas de juventud como La palmera levantina hasta versos de Hijo de la luz y de la sombra, el más hondo y ambicioso de sus poemas y probablemente su obra maestra".
El cantautor Joan Manuel Serrat ofrece este sábado en Baluarte a partir de las 20 horas uno de los últimos conciertos de la gira de presentación de su nuevo disco, 'Hijo de la luz y de la sombra', su segundo trabajo sobre poemas del poeta alicantino Miguel Hernández que ha visto la luz con motivo del centenario de su nacimiento.
El cantautor Joan Manuel Serrat ofrece este sábado en Baluarte a partir de las 20 horas uno de los últimos conciertos de la gira de presentación de su nuevo disco, 'Hijo de la luz y de la sombra', su segundo trabajo sobre poemas del poeta alicantino Miguel Hernández que ha visto la luz con motivo del centenario de su nacimiento.
En el concierto, el cantautor catalán interpretará las nuevas canciones junto a las ya musicadas en 1972 para su disco 'Miguel Hernández'. Con este nuevo álbum Serrat ha vuelto al número uno de los discos más vendidos y ha conseguido el Disco de Oro en España y Argentina.
Sobre el escenario, Serrat estará acompañado por seis músicos, bajo la dirección al piano del maestro Ricardo Miralles. Un guión teatral servirá de hilo conductor del espectáculo y cada tema irá acompañado de un corto cinematográfico realizado por prestigiosos directores de cine como Montxo Armendáriz, Isabel Coixet, José Luis Cuerda, David Trueba, José Luis Garci, Bigas Luna, Imanol Uribe o Manuel Huerga, entre otros.
No quedan entradas para el concierto, que el propio Joan Manuel Serrat define en su página web como "un amplio recorrido por la obra de Miguel Hernández que incluye desde poemas de juventud como La palmera levantina hasta versos de Hijo de la luz y de la sombra, el más hondo y ambicioso de sus poemas y probablemente su obra maestra".
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Re: Joan Manuel Serrat
Serrat conmueve al Baluarte con Miguel Hernández
El catalán cantó los poemas del alicantino en un auditorio lleno en el que se vivieron momentos de gran emoción
Algunas de las imágenes que se proyectaban ayer en las pantallas del Baluarte eran actuales y en color mostraban niños explotados y guerras. Y las palabras que las ilustraban, las de Miguel Hernández, eran plenamente vigentes a pesar de haber sido escritas hace más de 70 años.
Desde el momento en que salió al escenario, Joan Manuel Serrat advirtió al público que llenaba el auditorio pamplonés que se trataba de un concierto cerrado. "Es un homenaje al poeta, que reúne un manojo de poemas de Miguel Hernández. Es un concierto cerrado en el que únicamente caben poemas de Miguel Hernández. Me comprometo a un concierto de grandes éxitos en un futuro. Incluso dada la especial relación con Pamplona, podríamos llegar a un concierto de discos dedicados", bromeó el cantante.
Serrat había comenzado recitando desde las bambalinas el poema Me llamo barro ("Me llamo barro aunque Miguel me llame/Barro es mi profesión y mi destino/que mancha con su lengua cuanto lame). Fue justo antes de salir a escena entre el aplauso de un público que siguió el concierto con un gran respeto y atención, sin que se escuchara una sola tos.
Una apuesta segura
Lo cierto es que el concierto de ayer, que pertenece a la gira Hijo de la luz y de la sombra, era una apuesta segura por tres motivos: los textos del poeta de Orihuela, las notas de Serrat y las imágenes que se proyectaban en las pantallas, rodadas por importantes directores de cine, entre ellos el navarro Montxo Armendáriz.
Durante el recital se sucedieron momentos de gran emoción. Por ejemplo, cuando Serrat cantó la Elegía a Ramón Sijé(Yo quiero ser llorando el hortelano/ de la tierra que ocupas y estercolas/ compañero del alma, tan temprano) y en la pantalla se iba formando el rostro del amigo a quien Miguel Hernández dedicó estos versos. O cuando interpretó la canción que se ha convertido casi en un himno, Para la libertad(Para la libertad sangro, lucho y pervivo/Para la libertad, mis ojos y mis manos,/como un árbol carnal, generoso y cautivo,/doy a los cirujanos), un tema que fue recibido con una gran ovación y que se acompañó con las imágenes de los periódicos de la Transición. El público también agradeció composiciones como Las abarcas desiertas(Por el cinco de enero /cada enero ponía/ mi calzado cabrero/ a la ventana fría) o Si me matan, bueno(Ante la vida, sereno/ y ante la muerte, mayor;/ si me matan, bueno:/ si vivo, mejor).
Serrat alternó los temas musicados, para los que contaba con seis instrumentistas (batería, guitarra, viola, contrabajo, bajo eléctrico, piano y teclado), con partes solo recitadas, en los que el catalán hablaba solemne, bajo una luz cenital. "Dice un antiguo proverbio que las guerras son los grandes negocios de los reyes y poderosos. Tal vez. Lo que es seguro es que siempre acaban pagándolas los mismos", expresó en uno de esos momentos.
El concierto, que se prolongó durante algo más de hora y media, hasta las 21.40 horas, pasó por todos los temas habituales en Hernández:las cárceles la pobreza, el amor... Uno de los poemas que recorren todos esos sentimientos, cómo no, fue Nanas de la cebolla(La cebolla es escarcha / cerrada y pobre. /Escarcha de tus días/ y de mis noches. /Hambre y cebolla, /hielo negro y escarcha /grande y redonda). Antes de cantarla, Serrat explicó que el poema surgió cuando Hernández recibió en la cárcel una carta de su mujer, en la que le contaba que había tenido que vender la última cabra, con cuya leche alimentaba a su hijo Manuel Miguel. "Sólo queda una vieja gallina que ha cruzado toda una guerra y dos partos. Cuando la gallina deje de poner huevos, habrá que contentarse con la cebolla".
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Re: Joan Manuel Serrat
Joan Manuel Serrat presenta a los canarios su último trabajo 'Hijo de la luz y de la sombra'
El cantautor Joan Manuel Serrat presentará el próximo martes, 19 de octubre, a las 21.00 horas en el Auditorio Alfredo Kraus de Las Palmas de Gran Canaria, su último trabajo titulado 'Hijo de la luz y de la sombra'.
El concierto se enmarca dentro de la gira que artista catalán está realizando en homenaje a Miguel Hernández y que finalizará el 30 de octubre coincidiendo con la fecha de nacimiento del poeta.
Serrat, durante el proceso de producción del disco, se puso en contacto con directores de cine y les encargó una pieza que reflejara el alma de cada una de las canciones.
Ante esta petición, todos los que ha participado lo han hecho "de manera desinteresada" en este homenaje a Miguel Hernández. Así, durante el concierto de Joan Manuel Serrat se proyectarán 19 pequeños vídeos que integran el DVD que acompaña al disco y que forman parte de la escenografía de los conciertos de esta gira.
Estos trabajos audiovisuales han sido realizados por José Luis Garci, Imanol Uribe, Manuel Gutiérrez Aragón, Jaime Chávarri, Manuel Gómez Pereira, Javier Mariscal, José Luis Cuerda, Manuel Huerga, Sergio Cabrera, Montxo Armendáriz, Pedro Olea, Bigas Luna, Pere Portabella, David Trueba, Isabel Coixet, Rogelio Caballero, Ana Marquesán, Agustín Sánchez Vidal y Santiago Garrido.
SERRAT
Joan Manuel Serrat nació en Barcelona en 1943 y a los 25 años graba su primer trabajo. Posteriormente se integra en el movimiento 'Nova Canço Catalana', cuyo grupo promotor lleva el nombre de Els Setze Jutges.
Sin embargo, su debut en público llegaría en 1965 en el Teatro Esplugues de Llobregat. Seguidamente, con 'Ara que tinc vint anys' se presenta en el Palau de la Música Catalana, lo que conllevó una escalada de puestos en las listas de ventas en España.
En 1968 es elegido representante de Televisión Española en el Festival de Eurovisión pero renunció a cantar en el mismo si no lo hacía en catalán. Esto le llevó a que se produjera un veto sobre él y sus canciones tanto en radio como en televisión oficial que se mantiene durante cinco años.
Serrat siempre se ha definido por ser un gran amante de la poesía y autor de versos memorables, lo que en 1969 le llevó a publicar su primer trabajo destacado en castellano, 'Dedicado a Antonio Machado, poeta', disco con el que emprende una gira latinoamericana de cinco meses.
Este homenaje poético tendrá continuidad en 1972 cuando alumbró el álbum 'Miguel Hernández', primero de los homenajes al autor de la 'Nana de la cebolla', 'Elegía a Ramón Sijé' o 'Para la libertad'. En 1975 publica 'Piel de manzana', que pasa a ser un disco casi clandestino cuando Serrat protesta desde México por las últimas penas de muerte del franquismo.
Diez años después, produce 'Cada loco con su tema' y en 'El sur también existe', sobre poemas de Mario Benedetti, y 'Bienaventurados'. Después, grabaría 'Sinceramente teu', una selección de temas que interpreta en portugués junto a María Betania, Gal Costa, Caetano Veloso, Toquinho y Raimundo Fagner.
Además, 'Bienaventurados', 'Utopía', 'Nadie es perfecto', 'Sombras de la China', 'Canciones', 'Versos en la boca' o 'Serrat sinfónico' son algunos de los títulos de sus trabajos más recientes y con los que ha seguido cosechando reconocimientos, entre ellos la Medalla de Oro al Mérito a las Bellas Artes, un Premio Ondas, varios Premios de la Música y el Premio Nacional de las Músicas Actuales.
Las entradas para asistir al concierto de Joan Manuel Serrat el martes 19 de octubre a las 21.00 horas están a la venta en la taquilla del Auditorio Alfredo Kraus o a través de Internet (www.cajatique.com), cajeros expendedores de La Caja de Canarias o llamando al teléfono 902 405 504.
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Re: Joan Manuel Serrat
Serrat finalizará gira latina en Montevideo
Joan Manuel Serrat finalizará en Uruguay, el proximo 7 de diciembre su gira latinoamericana, informó Sony Music
El popular cantautor estará presentando “Hijo de la luz y de la sombra” Album editado en CD y CD+DVD, segundo trabajo de Joan Manuel Serrat, sobre el poeta Miguel Hernández.
El CD contiene 13 canciones y el DVD es un documental de 30 minutos de duración.
Con textos de Miguel Hernández, música de Joan Manuel Serrat y arreglos de Joan Albert Amargós, el álbum, según afirma Serrat en su web, es “un puñado de canciones sobre poemas de Miguel Hernández. Una prolongación del disco que apareció en 1972 y también un complemento. [.] ¿Por qué vuelvo a escarbar de nuevo en la obra de Miguel Hernández? Fundamentalmente por dos razones: Una porque este año se cumple el Centenario del nacimiento del poeta y, como viejo amigo que soy, me sentía en la obligación de celebrarlo desde los escenarios. [.] La otra razón que me ha empujado a volver sobre la obra de Miguel Hernández, la más importante y la que me convenció del interés y validez del proyecto, es la intemporalidad de su poesía, la vigencia de sus versos más allá del lugar y el tiempo en el que vieron la luz, más allá del contexto en que nacieron, versos que siguen sonando tan sólidos y frescos como si hubieran sido escritos ayer y aquí. [.] Me gustaría que este trabajo ayudase a acercar al público la poesía de Miguel Hernández, a mi entender uno de nuestros poetas contemporáneos fundamentales, y que la gente, más allá de las canciones, encuentre en los libros el alma del poeta”.
Para presentar Hijo de la luz y de la sombra, Joan Manuel Serrat comenzó el 28 de marzo en Elche una gira de conciertos que culminará en Orihuela finalizando en Uruguay el 17 de diciembre de 2010, en el Velodromo Municipal capitalino
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Re: Joan Manuel Serrat
EMBAJADOR DE LUJO - Serrat, amigo de la vida
Una charla imperdible con el artista catalán; "América latina forma parte de mi mundo cercano", aseguró
http://bucket.ak.lanacion.com.ar/anexos/fotos/70/1282370w288.jpg
Serrat, amigo de la vida
El encuentro era en el hotel de Puerto Madero donde se alojaba. Apenas apareció, saludó cariñosamente a todos los presentes, pidió un agua sin gas y empezó la charla. Se puede decir que Serrat está acostumbrado a ser muy amable, aunque tiene fama de cabrearse. Trata de tomarse cierto tiempo para descubrir a su interlocutor. Intenta descifrar qué busca con las preguntas, adónde quiere llegar. Y una vez que lo tiene más o menos claro, fluye... se relaja.
Se lo ve confortable en sus jeans azules, camisa y saco. Bien físicamente, sin un gramo de más ni uno de menos, pocas arrugas, alguna marca de la vida. Al filo de los 67 años, puede darse el lujo de presumir. Porque encanta aunque no cante.
Para más de una generación, no sólo es cantante, poeta, músico: es un símbolo. En el corazón y en la cabeza de tantos, Joan Manuel Serrat es sinónimo de coherencia, de heroísmo. De este ensamble difícil entre los pensamientos y las actitudes. Fuimos su novia con La mujer que yo quiero; su mujer, su compañera de lucha, con Para la libertad; su madre, cuando lo operaron de cáncer, y su hija, con Las dos Españas.
Serrat siempre parece tener una palabra "afinada" en un mundo de desconcierto. Nacido el 27 de diciembre de 1943 en el seno de una familia obrera, de muy joven se recibió de perito agrónomo. En 1965 se presentó por primera vez en público. Fue prohibido durante el franquismo y se exilió en México. Tras la muerte de Franco regresó a España.
Video: Joan Manuel Serrat en Argentina [ver original]
-Con los años te has convertido en un amigo, en un símbolo, en alguien que ha acompañado la vida de mucha gente.
-Personalmente, no tengo ningún interés en simbolizar absolutamente nada. Entre otras cosas, soy una persona muy generosa y muy tolerante con los pecadores; y lo hago en defensa propia. Quiero decir que trato de manejar mi vida de la manera en que me sienta más cómodo conmigo mismo. De la misma manera como escojo la ropa en función de evitar los inconvenientes, es decir, la busco por su comodidad, no por su elegancia. Elijo la ropa para un manejo despreocupado y, sobre todo, huyendo siempre de todo lo que pueda simbolizar. Y en la vida hago más o menos lo mismo: cuando tengo que escoger entre dos caminos, normalmente tomo aquel en el que me siento más a gusto conmigo mismo... Llevo mucho rato presumiendo de esto [se sonríe por su conclusión a modo de chiste].
-También puedes presumir de haber seducido a hombres y mujeres a lo largo de tu vida. Fontanarrosa lo dice claramente en un texto.
-[Con humor] Es un poco confuso esto.
-Pero, como diría Woody Allen, ¿es malo o bueno para el pueblo judío?
-[Se ríe con gusto] He tenido la suerte de no ser un artista varón que provocara en el resto de los varones una excesiva envidia o celos. Esto me ha hecho sentir bien, porque lo contrario me hubiera hecho sentir incómodo. Aunque no me hubiera hecho cambiar mis hábitos [se ríe otra vez].
-Si de cambiar hábitos se trata, ¿te sientes más sabio con los años, menos discutidor?
-Que discutes menos, es evidente. Pero es que uno discutía por muchas estupideces. Estupideces. Estamos rodeados de estupideces. Discutía por cosas que son absolutamente prescindibles y que no van a modificar nada de todo lo que te afecta, fundamentalmente del entorno: cada quien tiene estas cosas prescindibles y cada quien sabe de las que quiere prescindir. De cualquier manera, sigue habiendo gente muy discutidora.
-¿No es tu caso?
-No. Otra cosa diferente es que pueda indignarme. Aquello que me cabreaba hace un tiempo me sigue cabreando. Y aquello que me indignaba me sigue indignando. Frente a eso, lo que trato de hacer es actuar de una forma más serena. En lugar de embestir el muro con la cabeza, trato de buscar dónde el muro es más débil para ver dónde pego el cabezazo con la sana intención de hacerme el menor daño posible en la cabeza.
Joan Manuel Serrat tiene un dominio perfecto de la lengua. Lo sabe, y le encanta hablar. Y si hay preguntas que le interesan menos que otras, las aprovechará para encontrar, de todos modos, siempre algo interesante para decir.
-Tu amigo Jesús Quintero te ha hecho un reportaje en el que hablabas de América latina. Incluso te acordabas de una frase de Herminio Iglesias: "Conmigo o sinmigo".
-Muy famosa. Fue antes de las primeras elecciones después de la dictadura aquí.
-Pero estás muy al tanto de lo que pasa en América latina.
-Estoy al tanto de lo que pasa en el mundo, en mi mundo. Y América latina forma parte de mi mundo cercano. Lo raro sería lo contrario: después de tantos años, tantos amigos, tantos sentimientos, tantas contradicciones, tantos amores, tantos sueños, no tener la vida comprometida con esta realidad. Raro sería, muy raro.
-¿Cómo percibes esta España que se ha complicado tanto con la crisis?
-Todas las democracias occidentales están complicadas, con un proceso de crisis económica muy dura. Un proceso que va a ser bastante más largo que lo que en principio los optimistas podían prever, y que por tanto para resolverlo harán falta medidas más duras que las que a todos nos gustaría.
-El dinero, los bienes materiales, ¿se han convertido en un objetivo en sí mismos?
-No: el dinero ha sido importante para el mundo desde el momento en que se planteó como el único símbolo del progreso. Es decir, tú tienes dinero, tú has progresado; tú tienes dinero, tú tienes estatus; tú tiene estatus, entonces esto es tuyo. El dinero ha dado el vellocino de oro que esta sociedad buscaba; no exclusivamente la española, sino la europea y todas sus derivadas latinoamericanas, es decir, todas las sucursales latinoamericanas. Para la América de la montaña, la América andina, o la que vive y viene de otras culturas -dentro de este maltrato y este abandono histórico que ha sufrido-, quizás estas sean historias que la afecten muy poco. Porque, como nunca recibieron nada, no notan la diferencia con la crisis económica.
-¿Estamos hablando de Bolivia y de Evo Morales?
-Sí, podemos hablar de Bolivia, pero también de Ecuador, de Guatemala, y de toda América Central, de buena parte de México; podemos hablar, desgraciadamente, de muchos países.
-Algunas verdades en las que uno creía en los años setenta hoy ya las relativiza.
-Recuerdo que allá por los años ochenta, cuando los primeros días del gobierno de Felipe González, las fuerzas reaccionarias del país [irónico], siempre tan solidarias, trataron ya de boicotear las primeras andaduras del presidente. Entonces soltaron lo que se llamó la teoría del desencanto. Quiere decir: empezaron a extender en los medios de comunicación que les eran propios y fieles que el pueblo español estaba evidenciando desencantarse. Y ya lo hicieron correr mucho antes de que nadie tuviera tiempo de encantarse de nada. Entonces, volviendo a lo que hablábamos, antes de desencantarse hay que encantarse. Y para encantarse tienen que pasar cosas encantadoras. Yo, en estos momentos, no me siento en esa situación. Creo que los gobiernos democráticos que se juntan estos días aquí, los ministros de Educación que se juntan aquí, tienen un momento muy bonito, un momento importante para ir un poco más allá de las palabras. Deberían hacer que podamos creer, confiar en las palabras bellas -que sin duda dirán-, y plasmar en hechos concretos los primeros pasos para que la educación pueda arrancar, ya que siempre es y será una piedra angular del progreso de cualquier pueblo.
-Hablemos de música. Serge Reggiani y Paco Ibáñez se asemejan a ti en el uso de las palabras. No encuentro muchos otros intérpretes, compositores, que tengan este sentimiento y les den tanto valor a las palabras. A veces, más que a la música...
-Yo canto canciones. Y las canciones están hechas de ambas cosas. No cantaría nunca canciones vacías, por muy hermosa que fuera la música; pero tampoco pretendería hacer una canción de un hermoso texto si detrás de él no hubiera una melodía que lo sostuviera con dignidad. Una cosa va con la otra. Las palabras son importantes, muy importantes. Por eso duele tanto ver cómo el mal uso de las palabras les hace perder poco a poco el sentido.
-Pero hay en tu forma un despliegue interesante del lenguaje: usas las palabras como si fuesen condimentos de una receta.
-Antes era así, ¿no? Pero ese es el sentido, para mí, de juntar palabras. Si puedo juntar palabras, que sea para conseguir esto.
-Hay una frase maravillosa que dijiste en aquel reportaje de Jesús Quintero, en relación con tu matrimonio: "De vez en cuando el agua bendita de la pasión salpica". Es difícil conjugar el paso de los años con la pasión.
-Pensar otra cosa es vivir en una falacia. Una relación de pareja, lo primero que tiene que tener para serlo es claridad, transparencia. Y no puede existir si tú no quieres a la otra persona. Y en el querer aparece un abanico muy amplio de posibilidades. Va desde el afecto más fraternal hasta la lujuria más desbordante. A lo largo de todo este abanico se mueve una relación de pareja que, cuanto más clara y más generosa y más respetuosa sea, mejor.
-Todo muy bonito. ¿Y cómo renovar la pasión y la adrenalina?
-Depende de las personas y de algo tan sencillo como es el conocerse uno al otro. [Piensa el tema, casi como pensando en voz alta] Qué buscará cada persona en la otra, ¿no? Si lo tiene, es fácil todo; si no lo tiene, no. Hay muchas cosas que pueden ir en contra de esto. La primera es reconocerse a sí mismo: reconocer quién eres, qué eres, qué edad tienes, qué esperas de la vida exactamente, hasta qué punto estás dispuesto a hacer el ridículo por tus pasiones.
-¿Has dejado de tener miedo de hacer el ridículo por tus pasiones?
-Nunca he tenido miedo al ridículo por las pasiones. Es como matar a un oso: son cosas que sólo he visto en el cine [risas].
-Hace unas semanas estuvo en Buenos Aires Daniel Barenboim. Antes de tocar la Sinfonía Inconclusa, de Beethoven, dijo que luego de interpretarla no había nada más que agregar. ¿Cuál es tu sinfonía inconclusa? ¿En qué momento ante un tema sentiste que no había más nada que agregar? ¿Con Mediterráneo?
-Sí, pero una canción es una cosa puntual; no es una sinfonía. Y, además, no existe una canción que lo contenga todo. Cada día una canción determinada tiene un espíritu diferente y se te presenta de una manera diferente; cada día tú estás diferente, y las cosas te llegan de una manera distinta. Hay días en que se ajustan más unas cosas a las otras. Pero lo que normalmente me ocurre a mí con respecto a la música es que, siendo una persona feliz con lo que he hecho, lo que más me conmueve musicalmente siempre es ajeno. Lo mío forma parte de una conmoción personal, que cuando toco me aparece y me devuelve al sitio donde escribí la canción, y a muchas cosas. Vivo la canción por lo que la canción representa y por lo que somos, por la relación simbiótica que tenemos la canción y yo. Pero es más natural que me ocurra esto escuchando o cantando canciones de otros.
-¿Por ejemplo?
-Muchas, soy muy emotivo.
-Acepto de buena gana que no me des nombres. ¿Dónde escuchas música?
-Probablemente donde menos tengo música sea en el auto, donde me gusta escuchar los programas políticos y deportivos. Normalmente, escucho música en mi casa, sentado, y escuchando música: nunca la pongo mientras hago otras cosas.
-¿Y qué escuchas?
-Lo que me apetece. Hoy por la mañana me he levantado y he salido a comprar. He tenido un impulso determinado de salir a la calle a comprar el concierto de violín y orquesta de Tchaikovski, porque quería oírlo. Es muy raro: ¿por qué ese concierto? No lo sé. Pero otros días me da por escuchar algo que, si lo tengo en mi casa, lo escucho, y si no, lo voy a buscar. Como no podía bajármelo de Internet, he tenido que salir prácticamente en calzoncillos a comprar el disco.
-¿Cómo es tu cotidianidad en Buenos Aires?
-No: yo no uso cotidianos.
-¿Perdón?
-Hay cosas que se parecen, pero me niego a tener cotidianos. Lo que ocurre es que cuando entro en época de trabajo, todo el día se convierte en día de composición. Voy saliendo a partir de mis necesidades físicas de orearme, de respirar, de caminar o de alejarme de las cosas en que estoy. Pero no: no tengo cotidianos.
-¿No desayunas a determinada hora?
-Más o menos. Yo desayuno con mi perro. Pepe y yo desayunamos lo mismo. El come su comida, pero desayuna conmigo. Es un poco elástico. Puede ir de las 8 a las 10.
-¿Cambió algo tu cabeza desde la operación, con la enfermedad? ¿Estás más temeroso o más intrépido?
-Mira, yo subo a los aviones absolutamente inconsciente de los riesgos. Nunca pasé miedo en un avión, lo que muestra el grado de inconsciencia que tengo. Tengo muchos amigos médicos y he visto lo reacios que son a operarse, seguramente porque saben lo que pasa. En cambio yo no tengo ningún inconveniente. Cuando me dicen "usted se tiene que operar", soy diligente y trato de hacerlo lo más rápidamente posible, porque quiero estar bien lo más rápidamente posible. He pasado dos cánceres y distintas historias. Pero, bueno, afortunadamente estoy recuperado. Y lo único que quiero a partir de esta historia personal es transmitir a los que están en una situación parecida un aire optimista para enfrentar lo que les suceda, porque en la medida en que lo enfrenten así tendrán más recursos.
-¿Hay cosas que te ilusionan y que todavía no has hecho?
-No, las que puedo decirte son las cosas que me hubiera gustado hacer y no haré jamás en la vida.
-Como dice Alejandro Dolina, ya no puedes ser diez de Boca.
-[Se ríe] Exactamente. Esas son las cosas definitivamente perdidas, y de éstas no voy a hablar, porque corresponden al mundo de la intimidad y de lo oculto de uno, que dejaría de ser maravilloso en el momento en que lo contara. Las cosas que yo he querido hacer, mejor o peor, las he hecho.
-¿Hay algún momento más luminoso que otros en tu día?
-Cuando me despierto, me entra un grado de felicidad pensando que sigo vivo, que todavía estoy aquí. Como le pasaba a Trotsky, que se despertaba y, feliz, salía de la cama gritando: "¡Stalin me concedió un día más de vida!".
-Debía de ser doloroso e interesante al mismo tiempo, ya que cuando estaba en México compartía amores con Frida Kahlo. No la pasaba nada mal.
-No se puede pasar bien cuando tú estás amenazado de muerte y no sabes cuándo te van a matar. Todos tenemos este monstruo que intenta que no exista más ese día. Entonces, yo abro los ojos y digo: ¡otro día más!
-¿Quién es tu Stalin hoy?
-No tiene cara ni tiene nombre. Ni tengo ningunas ganas de preocuparme por qué cara o qué nombre tiene. Sencillamente, creo que sin duda soy yo mismo. Es otra parte de mí mismo.
-¿Has percibido el cambio de actitud de las jovencitas cuando pasan de mirarte como guapo y te llaman señor?
-¡Sí! Lo que pasa es que el espejo es la realidad. Y en el alma tú tienes otro que no coincide con el espejo. No coincide hasta el día en que asumes que el del espejo no sólo es la realidad, sino que es la realidad imposible de modificar. Entonces, te gastas el dinero en cirujano plástico o te gastas el dinero en cosas mucho más divertidas.
-¿Has ido al cirujano plástico?
-¡No! Yo me he gastado el dinero en placeres terminales. Y no soy muy excesivo.
-¿Sos un señor que cocina?
-No, no, mi mujer cocina muy bien, y a veces me deja cocinar a mí. Yo sí cocino; el problema está en que soy un poco desordenado en mi cocina, lo cual a mi mujer no le gusta. Por eso tengo que esforzarme mucho, no sólo en lo que cocino, sino en aprender el orden de la cocina. Pero estoy en ello: soy un muchacho aplicado.
-Perteneces a una generación que no cocinaba ni cambiaba pañales.
-No: yo sí cambié pañales. A mi primer hijo, Queco, no lo vi prácticamente, y a mi primera hija la tuve con treinta y cuatro años, cuando ya había pañales absorbentes. Sí, muchas noches. Y he dado biberón. Y hago las camas de mi casa. Los sábados y domingos, cuando no está la muchacha, las hacemos nosotros.
-¿Y has llevado el desayuno a la cama?
-¿A mi señora? Pues eso ya es vicio.
-Hace poco le hicieron una entrevista a Fidel Castro en la que dijo: "El modelo cubano no funciona ni para nosotros".
-Ese hombre lo tiene claro. Pero ha tardado mucho en decirlo. Yo creo que hace tiempo que lo sabe; bendito sea que lo haya dicho y bendito sea que todo esto represente un paso adelante para que el pluralismo político pueda hacerse realidad en Cuba.
-¿Lo de Chávez es una democracia?
-Es un personaje curioso, que adopta la personalidad de Simón Bolívar modificada; porque mientras Bolívar era preferentemente esclavista, descubrimos que Chávez adoptó un Simón Bolívar que es liberador de los negros. Pero estos son usos y manipulaciones a los que los políticos, y los civiles también, nos tienen bastante acostumbrados.
-Luego de visitar tanto la Argentina, ¿has podido entender al peronismo?
-No, ni los peronistas lo entienden. Nunca me he sentido más tonto que otros por no entender bien el abanico del peronismo.
Por Any Ventura
revista@lanacion.com.ar
VISITA INMINENTE
Serrat vino en septiembre a Buenos Aires para el acto de apertura del Congreso Iberoamericano de Educación. Volverá el mes próximo para presentar su último álbum, Hijo de la luz y de la sombra, en el que evoca al poeta Miguel Hernández. Los shows serán el 25, 26, 27 y 28 de noviembre en el Gran Rex, y cerrará la gira el 3 de diciembre con un concierto en Córdoba.
MUY PERSONAL
Está casado desde 1978 con Candela Tiffon, con la que tiene dos hijas mujeres, María y Candela. Queco, su hijo mayor (fruto de otra relación) vive en Madrid y lo ha convertido en abuelo.
-¿Eres abuelo?
-Sí, soy abuelo de dos niñas, de catorce y de ocho años.
-¿De tus hijas?
-[Con tono irónico y encantador] Mis hijas todavía no han considerado esta posibilidad de darme un nieto varón. Y como sigan en el plan que siguen, no voy a poder llevar a mis nietos al campo del Barça, como es mi ilusión. Porque mi hijo vive en Madrid y, evidentemente, hay estadios de fútbol a los que yo no voy.
-¿Qué edad tienen María y Candela?
-Mi hija María tiene treinta años y Candela, veintitrés. María estudió farmacia, fue una brillantísima estudiante, pero después se dio cuenta de que el mundo exterior le interesaba más y entonces estudió periodismo y se dedicó a algo que a mí me hizo mucha ilusión: el periodismo deportivo. Ha estado muchos años trabajando en los campeonatos del mundo de motociclismo en Moto GP, y ahora se encuentra trabajando en una empresa que patrocina equipos de automovilismo en las World Series y en la Serie 2000.
-¿Cómo es María?
-Es muy inteligente y muy sensata. Es una mujer de las que jamás se acuestan sin haber terminado lo que tienen que hacer.
-Qué bueno que eso lo diga un padre. ¿Y qué hace tu hijo?
-Trabaja en producción de televisión.
-Se han dedicado a los medios, entonces.
-Sí, pero tú lo dices como si esto tuviera algo que ver conmigo, y no, yo no tengo nada que ver. Ellos han tenido la posibilidad de dedicarse a lo que más les gustaba. La pequeña [Candela] es la que hace algo más parecido a mí: está terminando Arte Dramático. Pero nunca se sabe.
-Necesitas un nieto varón para llevar a la cancha.
-A mí realmente tampoco me urge esto. Lo único cierto es que cada año que pasa, pues, es un año en que se retrasa la presencia de mi nieto en la cancha.
Serrat, amigo de la vida - lanacion.com
el dispensador dice: Joan Manuel Serrat forma parte de mi paisaje, desde siempre... es un desconocido para querer, es un trovador para amar, es un creador para admirar, esencialmente es un pensador que representa una época romántica, un tiempo que como todos los tiempos, se extingue con las personas que lo sintieron y lo expresaron, de allí que "todo pasa y todo queda... España tiene muchos embajadores en distintas materias, personas de bien que traducen lo mejor de la hispanidad, indudablemente uno de ellos es JMS, tan eterno como el Quijote... Octubre 18, 2010.-
Una charla imperdible con el artista catalán; "América latina forma parte de mi mundo cercano", aseguró
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Serrat, amigo de la vida
El encuentro era en el hotel de Puerto Madero donde se alojaba. Apenas apareció, saludó cariñosamente a todos los presentes, pidió un agua sin gas y empezó la charla. Se puede decir que Serrat está acostumbrado a ser muy amable, aunque tiene fama de cabrearse. Trata de tomarse cierto tiempo para descubrir a su interlocutor. Intenta descifrar qué busca con las preguntas, adónde quiere llegar. Y una vez que lo tiene más o menos claro, fluye... se relaja.
Se lo ve confortable en sus jeans azules, camisa y saco. Bien físicamente, sin un gramo de más ni uno de menos, pocas arrugas, alguna marca de la vida. Al filo de los 67 años, puede darse el lujo de presumir. Porque encanta aunque no cante.
Para más de una generación, no sólo es cantante, poeta, músico: es un símbolo. En el corazón y en la cabeza de tantos, Joan Manuel Serrat es sinónimo de coherencia, de heroísmo. De este ensamble difícil entre los pensamientos y las actitudes. Fuimos su novia con La mujer que yo quiero; su mujer, su compañera de lucha, con Para la libertad; su madre, cuando lo operaron de cáncer, y su hija, con Las dos Españas.
Serrat siempre parece tener una palabra "afinada" en un mundo de desconcierto. Nacido el 27 de diciembre de 1943 en el seno de una familia obrera, de muy joven se recibió de perito agrónomo. En 1965 se presentó por primera vez en público. Fue prohibido durante el franquismo y se exilió en México. Tras la muerte de Franco regresó a España.
Video: Joan Manuel Serrat en Argentina [ver original]
-Con los años te has convertido en un amigo, en un símbolo, en alguien que ha acompañado la vida de mucha gente.
-Personalmente, no tengo ningún interés en simbolizar absolutamente nada. Entre otras cosas, soy una persona muy generosa y muy tolerante con los pecadores; y lo hago en defensa propia. Quiero decir que trato de manejar mi vida de la manera en que me sienta más cómodo conmigo mismo. De la misma manera como escojo la ropa en función de evitar los inconvenientes, es decir, la busco por su comodidad, no por su elegancia. Elijo la ropa para un manejo despreocupado y, sobre todo, huyendo siempre de todo lo que pueda simbolizar. Y en la vida hago más o menos lo mismo: cuando tengo que escoger entre dos caminos, normalmente tomo aquel en el que me siento más a gusto conmigo mismo... Llevo mucho rato presumiendo de esto [se sonríe por su conclusión a modo de chiste].
-También puedes presumir de haber seducido a hombres y mujeres a lo largo de tu vida. Fontanarrosa lo dice claramente en un texto.
-[Con humor] Es un poco confuso esto.
-Pero, como diría Woody Allen, ¿es malo o bueno para el pueblo judío?
-[Se ríe con gusto] He tenido la suerte de no ser un artista varón que provocara en el resto de los varones una excesiva envidia o celos. Esto me ha hecho sentir bien, porque lo contrario me hubiera hecho sentir incómodo. Aunque no me hubiera hecho cambiar mis hábitos [se ríe otra vez].
-Si de cambiar hábitos se trata, ¿te sientes más sabio con los años, menos discutidor?
-Que discutes menos, es evidente. Pero es que uno discutía por muchas estupideces. Estupideces. Estamos rodeados de estupideces. Discutía por cosas que son absolutamente prescindibles y que no van a modificar nada de todo lo que te afecta, fundamentalmente del entorno: cada quien tiene estas cosas prescindibles y cada quien sabe de las que quiere prescindir. De cualquier manera, sigue habiendo gente muy discutidora.
-¿No es tu caso?
-No. Otra cosa diferente es que pueda indignarme. Aquello que me cabreaba hace un tiempo me sigue cabreando. Y aquello que me indignaba me sigue indignando. Frente a eso, lo que trato de hacer es actuar de una forma más serena. En lugar de embestir el muro con la cabeza, trato de buscar dónde el muro es más débil para ver dónde pego el cabezazo con la sana intención de hacerme el menor daño posible en la cabeza.
Joan Manuel Serrat tiene un dominio perfecto de la lengua. Lo sabe, y le encanta hablar. Y si hay preguntas que le interesan menos que otras, las aprovechará para encontrar, de todos modos, siempre algo interesante para decir.
-Tu amigo Jesús Quintero te ha hecho un reportaje en el que hablabas de América latina. Incluso te acordabas de una frase de Herminio Iglesias: "Conmigo o sinmigo".
-Muy famosa. Fue antes de las primeras elecciones después de la dictadura aquí.
-Pero estás muy al tanto de lo que pasa en América latina.
-Estoy al tanto de lo que pasa en el mundo, en mi mundo. Y América latina forma parte de mi mundo cercano. Lo raro sería lo contrario: después de tantos años, tantos amigos, tantos sentimientos, tantas contradicciones, tantos amores, tantos sueños, no tener la vida comprometida con esta realidad. Raro sería, muy raro.
-¿Cómo percibes esta España que se ha complicado tanto con la crisis?
-Todas las democracias occidentales están complicadas, con un proceso de crisis económica muy dura. Un proceso que va a ser bastante más largo que lo que en principio los optimistas podían prever, y que por tanto para resolverlo harán falta medidas más duras que las que a todos nos gustaría.
-El dinero, los bienes materiales, ¿se han convertido en un objetivo en sí mismos?
-No: el dinero ha sido importante para el mundo desde el momento en que se planteó como el único símbolo del progreso. Es decir, tú tienes dinero, tú has progresado; tú tienes dinero, tú tienes estatus; tú tiene estatus, entonces esto es tuyo. El dinero ha dado el vellocino de oro que esta sociedad buscaba; no exclusivamente la española, sino la europea y todas sus derivadas latinoamericanas, es decir, todas las sucursales latinoamericanas. Para la América de la montaña, la América andina, o la que vive y viene de otras culturas -dentro de este maltrato y este abandono histórico que ha sufrido-, quizás estas sean historias que la afecten muy poco. Porque, como nunca recibieron nada, no notan la diferencia con la crisis económica.
-¿Estamos hablando de Bolivia y de Evo Morales?
-Sí, podemos hablar de Bolivia, pero también de Ecuador, de Guatemala, y de toda América Central, de buena parte de México; podemos hablar, desgraciadamente, de muchos países.
-Algunas verdades en las que uno creía en los años setenta hoy ya las relativiza.
-Recuerdo que allá por los años ochenta, cuando los primeros días del gobierno de Felipe González, las fuerzas reaccionarias del país [irónico], siempre tan solidarias, trataron ya de boicotear las primeras andaduras del presidente. Entonces soltaron lo que se llamó la teoría del desencanto. Quiere decir: empezaron a extender en los medios de comunicación que les eran propios y fieles que el pueblo español estaba evidenciando desencantarse. Y ya lo hicieron correr mucho antes de que nadie tuviera tiempo de encantarse de nada. Entonces, volviendo a lo que hablábamos, antes de desencantarse hay que encantarse. Y para encantarse tienen que pasar cosas encantadoras. Yo, en estos momentos, no me siento en esa situación. Creo que los gobiernos democráticos que se juntan estos días aquí, los ministros de Educación que se juntan aquí, tienen un momento muy bonito, un momento importante para ir un poco más allá de las palabras. Deberían hacer que podamos creer, confiar en las palabras bellas -que sin duda dirán-, y plasmar en hechos concretos los primeros pasos para que la educación pueda arrancar, ya que siempre es y será una piedra angular del progreso de cualquier pueblo.
-Hablemos de música. Serge Reggiani y Paco Ibáñez se asemejan a ti en el uso de las palabras. No encuentro muchos otros intérpretes, compositores, que tengan este sentimiento y les den tanto valor a las palabras. A veces, más que a la música...
-Yo canto canciones. Y las canciones están hechas de ambas cosas. No cantaría nunca canciones vacías, por muy hermosa que fuera la música; pero tampoco pretendería hacer una canción de un hermoso texto si detrás de él no hubiera una melodía que lo sostuviera con dignidad. Una cosa va con la otra. Las palabras son importantes, muy importantes. Por eso duele tanto ver cómo el mal uso de las palabras les hace perder poco a poco el sentido.
-Pero hay en tu forma un despliegue interesante del lenguaje: usas las palabras como si fuesen condimentos de una receta.
-Antes era así, ¿no? Pero ese es el sentido, para mí, de juntar palabras. Si puedo juntar palabras, que sea para conseguir esto.
-Hay una frase maravillosa que dijiste en aquel reportaje de Jesús Quintero, en relación con tu matrimonio: "De vez en cuando el agua bendita de la pasión salpica". Es difícil conjugar el paso de los años con la pasión.
-Pensar otra cosa es vivir en una falacia. Una relación de pareja, lo primero que tiene que tener para serlo es claridad, transparencia. Y no puede existir si tú no quieres a la otra persona. Y en el querer aparece un abanico muy amplio de posibilidades. Va desde el afecto más fraternal hasta la lujuria más desbordante. A lo largo de todo este abanico se mueve una relación de pareja que, cuanto más clara y más generosa y más respetuosa sea, mejor.
-Todo muy bonito. ¿Y cómo renovar la pasión y la adrenalina?
-Depende de las personas y de algo tan sencillo como es el conocerse uno al otro. [Piensa el tema, casi como pensando en voz alta] Qué buscará cada persona en la otra, ¿no? Si lo tiene, es fácil todo; si no lo tiene, no. Hay muchas cosas que pueden ir en contra de esto. La primera es reconocerse a sí mismo: reconocer quién eres, qué eres, qué edad tienes, qué esperas de la vida exactamente, hasta qué punto estás dispuesto a hacer el ridículo por tus pasiones.
-¿Has dejado de tener miedo de hacer el ridículo por tus pasiones?
-Nunca he tenido miedo al ridículo por las pasiones. Es como matar a un oso: son cosas que sólo he visto en el cine [risas].
-Hace unas semanas estuvo en Buenos Aires Daniel Barenboim. Antes de tocar la Sinfonía Inconclusa, de Beethoven, dijo que luego de interpretarla no había nada más que agregar. ¿Cuál es tu sinfonía inconclusa? ¿En qué momento ante un tema sentiste que no había más nada que agregar? ¿Con Mediterráneo?
-Sí, pero una canción es una cosa puntual; no es una sinfonía. Y, además, no existe una canción que lo contenga todo. Cada día una canción determinada tiene un espíritu diferente y se te presenta de una manera diferente; cada día tú estás diferente, y las cosas te llegan de una manera distinta. Hay días en que se ajustan más unas cosas a las otras. Pero lo que normalmente me ocurre a mí con respecto a la música es que, siendo una persona feliz con lo que he hecho, lo que más me conmueve musicalmente siempre es ajeno. Lo mío forma parte de una conmoción personal, que cuando toco me aparece y me devuelve al sitio donde escribí la canción, y a muchas cosas. Vivo la canción por lo que la canción representa y por lo que somos, por la relación simbiótica que tenemos la canción y yo. Pero es más natural que me ocurra esto escuchando o cantando canciones de otros.
-¿Por ejemplo?
-Muchas, soy muy emotivo.
-Acepto de buena gana que no me des nombres. ¿Dónde escuchas música?
-Probablemente donde menos tengo música sea en el auto, donde me gusta escuchar los programas políticos y deportivos. Normalmente, escucho música en mi casa, sentado, y escuchando música: nunca la pongo mientras hago otras cosas.
-¿Y qué escuchas?
-Lo que me apetece. Hoy por la mañana me he levantado y he salido a comprar. He tenido un impulso determinado de salir a la calle a comprar el concierto de violín y orquesta de Tchaikovski, porque quería oírlo. Es muy raro: ¿por qué ese concierto? No lo sé. Pero otros días me da por escuchar algo que, si lo tengo en mi casa, lo escucho, y si no, lo voy a buscar. Como no podía bajármelo de Internet, he tenido que salir prácticamente en calzoncillos a comprar el disco.
-¿Cómo es tu cotidianidad en Buenos Aires?
-No: yo no uso cotidianos.
-¿Perdón?
-Hay cosas que se parecen, pero me niego a tener cotidianos. Lo que ocurre es que cuando entro en época de trabajo, todo el día se convierte en día de composición. Voy saliendo a partir de mis necesidades físicas de orearme, de respirar, de caminar o de alejarme de las cosas en que estoy. Pero no: no tengo cotidianos.
-¿No desayunas a determinada hora?
-Más o menos. Yo desayuno con mi perro. Pepe y yo desayunamos lo mismo. El come su comida, pero desayuna conmigo. Es un poco elástico. Puede ir de las 8 a las 10.
-¿Cambió algo tu cabeza desde la operación, con la enfermedad? ¿Estás más temeroso o más intrépido?
-Mira, yo subo a los aviones absolutamente inconsciente de los riesgos. Nunca pasé miedo en un avión, lo que muestra el grado de inconsciencia que tengo. Tengo muchos amigos médicos y he visto lo reacios que son a operarse, seguramente porque saben lo que pasa. En cambio yo no tengo ningún inconveniente. Cuando me dicen "usted se tiene que operar", soy diligente y trato de hacerlo lo más rápidamente posible, porque quiero estar bien lo más rápidamente posible. He pasado dos cánceres y distintas historias. Pero, bueno, afortunadamente estoy recuperado. Y lo único que quiero a partir de esta historia personal es transmitir a los que están en una situación parecida un aire optimista para enfrentar lo que les suceda, porque en la medida en que lo enfrenten así tendrán más recursos.
-¿Hay cosas que te ilusionan y que todavía no has hecho?
-No, las que puedo decirte son las cosas que me hubiera gustado hacer y no haré jamás en la vida.
-Como dice Alejandro Dolina, ya no puedes ser diez de Boca.
-[Se ríe] Exactamente. Esas son las cosas definitivamente perdidas, y de éstas no voy a hablar, porque corresponden al mundo de la intimidad y de lo oculto de uno, que dejaría de ser maravilloso en el momento en que lo contara. Las cosas que yo he querido hacer, mejor o peor, las he hecho.
-¿Hay algún momento más luminoso que otros en tu día?
-Cuando me despierto, me entra un grado de felicidad pensando que sigo vivo, que todavía estoy aquí. Como le pasaba a Trotsky, que se despertaba y, feliz, salía de la cama gritando: "¡Stalin me concedió un día más de vida!".
-Debía de ser doloroso e interesante al mismo tiempo, ya que cuando estaba en México compartía amores con Frida Kahlo. No la pasaba nada mal.
-No se puede pasar bien cuando tú estás amenazado de muerte y no sabes cuándo te van a matar. Todos tenemos este monstruo que intenta que no exista más ese día. Entonces, yo abro los ojos y digo: ¡otro día más!
-¿Quién es tu Stalin hoy?
-No tiene cara ni tiene nombre. Ni tengo ningunas ganas de preocuparme por qué cara o qué nombre tiene. Sencillamente, creo que sin duda soy yo mismo. Es otra parte de mí mismo.
-¿Has percibido el cambio de actitud de las jovencitas cuando pasan de mirarte como guapo y te llaman señor?
-¡Sí! Lo que pasa es que el espejo es la realidad. Y en el alma tú tienes otro que no coincide con el espejo. No coincide hasta el día en que asumes que el del espejo no sólo es la realidad, sino que es la realidad imposible de modificar. Entonces, te gastas el dinero en cirujano plástico o te gastas el dinero en cosas mucho más divertidas.
-¿Has ido al cirujano plástico?
-¡No! Yo me he gastado el dinero en placeres terminales. Y no soy muy excesivo.
-¿Sos un señor que cocina?
-No, no, mi mujer cocina muy bien, y a veces me deja cocinar a mí. Yo sí cocino; el problema está en que soy un poco desordenado en mi cocina, lo cual a mi mujer no le gusta. Por eso tengo que esforzarme mucho, no sólo en lo que cocino, sino en aprender el orden de la cocina. Pero estoy en ello: soy un muchacho aplicado.
-Perteneces a una generación que no cocinaba ni cambiaba pañales.
-No: yo sí cambié pañales. A mi primer hijo, Queco, no lo vi prácticamente, y a mi primera hija la tuve con treinta y cuatro años, cuando ya había pañales absorbentes. Sí, muchas noches. Y he dado biberón. Y hago las camas de mi casa. Los sábados y domingos, cuando no está la muchacha, las hacemos nosotros.
-¿Y has llevado el desayuno a la cama?
-¿A mi señora? Pues eso ya es vicio.
-Hace poco le hicieron una entrevista a Fidel Castro en la que dijo: "El modelo cubano no funciona ni para nosotros".
-Ese hombre lo tiene claro. Pero ha tardado mucho en decirlo. Yo creo que hace tiempo que lo sabe; bendito sea que lo haya dicho y bendito sea que todo esto represente un paso adelante para que el pluralismo político pueda hacerse realidad en Cuba.
-¿Lo de Chávez es una democracia?
-Es un personaje curioso, que adopta la personalidad de Simón Bolívar modificada; porque mientras Bolívar era preferentemente esclavista, descubrimos que Chávez adoptó un Simón Bolívar que es liberador de los negros. Pero estos son usos y manipulaciones a los que los políticos, y los civiles también, nos tienen bastante acostumbrados.
-Luego de visitar tanto la Argentina, ¿has podido entender al peronismo?
-No, ni los peronistas lo entienden. Nunca me he sentido más tonto que otros por no entender bien el abanico del peronismo.
Por Any Ventura
revista@lanacion.com.ar
VISITA INMINENTE
Serrat vino en septiembre a Buenos Aires para el acto de apertura del Congreso Iberoamericano de Educación. Volverá el mes próximo para presentar su último álbum, Hijo de la luz y de la sombra, en el que evoca al poeta Miguel Hernández. Los shows serán el 25, 26, 27 y 28 de noviembre en el Gran Rex, y cerrará la gira el 3 de diciembre con un concierto en Córdoba.
MUY PERSONAL
Está casado desde 1978 con Candela Tiffon, con la que tiene dos hijas mujeres, María y Candela. Queco, su hijo mayor (fruto de otra relación) vive en Madrid y lo ha convertido en abuelo.
-¿Eres abuelo?
-Sí, soy abuelo de dos niñas, de catorce y de ocho años.
-¿De tus hijas?
-[Con tono irónico y encantador] Mis hijas todavía no han considerado esta posibilidad de darme un nieto varón. Y como sigan en el plan que siguen, no voy a poder llevar a mis nietos al campo del Barça, como es mi ilusión. Porque mi hijo vive en Madrid y, evidentemente, hay estadios de fútbol a los que yo no voy.
-¿Qué edad tienen María y Candela?
-Mi hija María tiene treinta años y Candela, veintitrés. María estudió farmacia, fue una brillantísima estudiante, pero después se dio cuenta de que el mundo exterior le interesaba más y entonces estudió periodismo y se dedicó a algo que a mí me hizo mucha ilusión: el periodismo deportivo. Ha estado muchos años trabajando en los campeonatos del mundo de motociclismo en Moto GP, y ahora se encuentra trabajando en una empresa que patrocina equipos de automovilismo en las World Series y en la Serie 2000.
-¿Cómo es María?
-Es muy inteligente y muy sensata. Es una mujer de las que jamás se acuestan sin haber terminado lo que tienen que hacer.
-Qué bueno que eso lo diga un padre. ¿Y qué hace tu hijo?
-Trabaja en producción de televisión.
-Se han dedicado a los medios, entonces.
-Sí, pero tú lo dices como si esto tuviera algo que ver conmigo, y no, yo no tengo nada que ver. Ellos han tenido la posibilidad de dedicarse a lo que más les gustaba. La pequeña [Candela] es la que hace algo más parecido a mí: está terminando Arte Dramático. Pero nunca se sabe.
-Necesitas un nieto varón para llevar a la cancha.
-A mí realmente tampoco me urge esto. Lo único cierto es que cada año que pasa, pues, es un año en que se retrasa la presencia de mi nieto en la cancha.
Serrat, amigo de la vida - lanacion.com
el dispensador dice: Joan Manuel Serrat forma parte de mi paisaje, desde siempre... es un desconocido para querer, es un trovador para amar, es un creador para admirar, esencialmente es un pensador que representa una época romántica, un tiempo que como todos los tiempos, se extingue con las personas que lo sintieron y lo expresaron, de allí que "todo pasa y todo queda... España tiene muchos embajadores en distintas materias, personas de bien que traducen lo mejor de la hispanidad, indudablemente uno de ellos es JMS, tan eterno como el Quijote... Octubre 18, 2010.-
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Re: Joan Manuel Serrat
Estimado Miguel Hernández
La sobriedad y la emoción se dieron la mano en el sentidísimo homenaje que Joan Manuel Serrat y sus excelentes músicos ofrecieron al poeta alicantino el sábado en Baluarte. Fue un recital sin concesiones al verbo fácil, escueto, apretado en el equilibrio a todos los niveles. Ejemplar. La luz, el sonido, el envoltorio -y protagonismo instrumental, por que no-, la voz ajada pero terriblemente emocional de Serrat a sus 67 años. y el respeto del público que no pestañeaba.
La poesía de Hernández está por encima del mero revisionismo de un conflicto patrio que tanto nos ha marcado. Su poesía es eso, ni más ni menos, capacidad poética henchida de talento. Qué belleza en el trascender de un sentir atemporal que trata amor, pobreza, cárcel y por ende justicia, injusticia, pertenencia, destino, muerte. Serrat supo dedicarle un capítulo de enorme calidad en 1972, imprescindible en el cancionero moderno, y ayudó a que nuevas generaciones se acercaran al poeta alicantino a través de la música. En esta segunda ocasión hace lo mismo y se suma al homenaje en el centenario del nacimiento del malogrado. ¿Llegará el mensaje a los más jóvenes? Es posible que a los que están asomando a la veintena antes les llegue por ejemplo el envite del excelente rapero Nach que también ha sabido acordarse del poeta de Orihuela. Pero al menos ahí estará este Hijo de la luz y de la sombra. En Baluarte Serrat repasó los trece poemas musicados que lo conforman, y remató el recital con algunos otros del 72.
Con alguna luz cenital en tres o cuatro momentos de recitativo, las luces trabajaron con cierto contraste, siempre desde la mesura, los ambientes que debían forjar unidad con las proyecciones en la pantalla partida en tres. Por debajo un vallado como fondo, tras los músicos, que simbólicamente acercaba un aire de ese mundo rural del que procedía Miguel Hernández. Un vallado que se entrecortaba en ambientes de colores básicos para ayudar a mascar tragedia, alegría, ilusión, penar, muerte, redención.
Sobriedad por bandera y los músicos flanqueando a Serrat en tres líneas, piano y teclados, viola y guitarra, contrabajo y batería. Máxima concentración para unos retazos amorosos, esos arreglos del maestro Miralles que parece el alma gemela de Serrat, el primero con el piano y el segundo con la voz quebradiza y emocionada. Un piano que conmovió por ejemplo en Cerca del aguapero que cedió protagonismo a un Kitflus maravilloso que desde su teclado recreaba a una armónica. Olvido y su viola trenzaron posiblemente los mayores apretones emocionantes, con permiso de Serrat. Envidiable por su capacidad interpretativa con ese plus de emoción que sólo tienen los mejores y que además cuentan con la actitud entregada a la causa. Y qué decir de una sección rítmica que no tuvo ni una sola sombra.
Hubo reparto de momentos álgidos en una estructura hilada para ello. Y destacaron los arreones de Uno de aquellos, El mundo de los demás, Dale que dale, Sólo quien ama vuela y por supuesto Hijo de la luz y de la sombra. Y preparó los bises con las veteranas Nanas de la cebolla y Para la libertad. A pesar de la mesura y el tacto en los volúmenes, las batallas que han ido mellando la voz de Serrat han marcado este momento en el que el catalán sabe salir airoso por oficio. Pero su control emotivo de la voz le valen no sólo para aguantar el tipo sino para seguir emocionando como cuando tenía aquel chorro fresco de los 20 años. Día y lugar:Concierto de Joan Manuel Serrat celebrado el sábado 16 a las 20 horas en Baluarte de Pamplona. El concierto fue un homenaje al poeta valenciano en el centenario de su nacimiento. Músicos: Joan Manuel Serrat voz y guitarra acústica. Acompañado por Ricardo Miralles en el piano y la dirección musical; José Mas Kitflus en los teclados, programaciones y coros; Israel Sandoval, guitarras; Olvido Lanza, viola y coros; Víctor Merlo, contrabajo y bajo eléctrico y Vicente Climent, batería.Incidencias: Lleno absoluto con las entradas vendidas con mucha anticipación. Casi una hora y cuarenta minutos de recital con dos bises incluidos y una gran ovación final con parte del público puesto en pie.
La sobriedad y la emoción se dieron la mano en el sentidísimo homenaje que Joan Manuel Serrat y sus excelentes músicos ofrecieron al poeta alicantino el sábado en Baluarte. Fue un recital sin concesiones al verbo fácil, escueto, apretado en el equilibrio a todos los niveles. Ejemplar. La luz, el sonido, el envoltorio -y protagonismo instrumental, por que no-, la voz ajada pero terriblemente emocional de Serrat a sus 67 años. y el respeto del público que no pestañeaba.
La poesía de Hernández está por encima del mero revisionismo de un conflicto patrio que tanto nos ha marcado. Su poesía es eso, ni más ni menos, capacidad poética henchida de talento. Qué belleza en el trascender de un sentir atemporal que trata amor, pobreza, cárcel y por ende justicia, injusticia, pertenencia, destino, muerte. Serrat supo dedicarle un capítulo de enorme calidad en 1972, imprescindible en el cancionero moderno, y ayudó a que nuevas generaciones se acercaran al poeta alicantino a través de la música. En esta segunda ocasión hace lo mismo y se suma al homenaje en el centenario del nacimiento del malogrado. ¿Llegará el mensaje a los más jóvenes? Es posible que a los que están asomando a la veintena antes les llegue por ejemplo el envite del excelente rapero Nach que también ha sabido acordarse del poeta de Orihuela. Pero al menos ahí estará este Hijo de la luz y de la sombra. En Baluarte Serrat repasó los trece poemas musicados que lo conforman, y remató el recital con algunos otros del 72.
Con alguna luz cenital en tres o cuatro momentos de recitativo, las luces trabajaron con cierto contraste, siempre desde la mesura, los ambientes que debían forjar unidad con las proyecciones en la pantalla partida en tres. Por debajo un vallado como fondo, tras los músicos, que simbólicamente acercaba un aire de ese mundo rural del que procedía Miguel Hernández. Un vallado que se entrecortaba en ambientes de colores básicos para ayudar a mascar tragedia, alegría, ilusión, penar, muerte, redención.
Sobriedad por bandera y los músicos flanqueando a Serrat en tres líneas, piano y teclados, viola y guitarra, contrabajo y batería. Máxima concentración para unos retazos amorosos, esos arreglos del maestro Miralles que parece el alma gemela de Serrat, el primero con el piano y el segundo con la voz quebradiza y emocionada. Un piano que conmovió por ejemplo en Cerca del aguapero que cedió protagonismo a un Kitflus maravilloso que desde su teclado recreaba a una armónica. Olvido y su viola trenzaron posiblemente los mayores apretones emocionantes, con permiso de Serrat. Envidiable por su capacidad interpretativa con ese plus de emoción que sólo tienen los mejores y que además cuentan con la actitud entregada a la causa. Y qué decir de una sección rítmica que no tuvo ni una sola sombra.
Hubo reparto de momentos álgidos en una estructura hilada para ello. Y destacaron los arreones de Uno de aquellos, El mundo de los demás, Dale que dale, Sólo quien ama vuela y por supuesto Hijo de la luz y de la sombra. Y preparó los bises con las veteranas Nanas de la cebolla y Para la libertad. A pesar de la mesura y el tacto en los volúmenes, las batallas que han ido mellando la voz de Serrat han marcado este momento en el que el catalán sabe salir airoso por oficio. Pero su control emotivo de la voz le valen no sólo para aguantar el tipo sino para seguir emocionando como cuando tenía aquel chorro fresco de los 20 años. Día y lugar:Concierto de Joan Manuel Serrat celebrado el sábado 16 a las 20 horas en Baluarte de Pamplona. El concierto fue un homenaje al poeta valenciano en el centenario de su nacimiento. Músicos: Joan Manuel Serrat voz y guitarra acústica. Acompañado por Ricardo Miralles en el piano y la dirección musical; José Mas Kitflus en los teclados, programaciones y coros; Israel Sandoval, guitarras; Olvido Lanza, viola y coros; Víctor Merlo, contrabajo y bajo eléctrico y Vicente Climent, batería.Incidencias: Lleno absoluto con las entradas vendidas con mucha anticipación. Casi una hora y cuarenta minutos de recital con dos bises incluidos y una gran ovación final con parte del público puesto en pie.
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Re: Joan Manuel Serrat
Serrat ´abraza´ a Miguel Hernández
'Tres heridas' encendió una noche de intimidad en el Auditorio con 'El hijo de la Luz y la Sombra'
Joan Manuel Serrat ofreció anoche, en la sala principal del auditorio Alfredo Kraus, un concierto homenaje a la figura de Miguel Hernández a través de las canciones de su último disco, Hijo de la Luz y de la Sombra, y la recuperación de otras de su anterior trabajo sobre el poeta de Orihuela, Miguel Hernández, de hace 40 años. Serrat inició el concierto con el tema Tres heridas, que inició incluso antes de salir al escenario, y al que siguieron títulos como Del ay al ay por el ay, La palmera levantina, Las desiertas abarcas y El niño yuntero.
Desde un principio, Serrat dejó claro al público que el concierto reunía a un grupo de poemas interpretados con el fin de conmemorar el centenario del poeta, que era por tanto "un concierto cerrado que sólo admite canciones suyas, porque otra cosa sería traicionar el proyecto", comentó. Sin embargo, añadió, para que quedara constancia, que la próxima vez volvería a "interpretar sus grandes éxitos". Una pantalla presidía el concierto, con una imagen de Miguel Hernández y de la bandera anarquista, y el cantautor catalán apareció con una banda de cinco músicos y un montaje audiovisual bastante interesante.
Un guión teatral serviría de hilo conductor del espectáculo de un Serrat acompañado por una formación integrada por Ricardo Miralles en la dirección musical y el piano; José Mas Kitflus al teclado y las programaciones; Vicente Climent a la batería y las percusiones; Israel Cuenca a las guitarras; Tania Mesa a la viola y Daniel Casielles al contrabajo y bajo eléctrico. Para los últimos momentos dejó Para la libertad, Historia conocida y Uno de aquellos.
'Tres heridas' encendió una noche de intimidad en el Auditorio con 'El hijo de la Luz y la Sombra'
Joan Manuel Serrat ofreció anoche, en la sala principal del auditorio Alfredo Kraus, un concierto homenaje a la figura de Miguel Hernández a través de las canciones de su último disco, Hijo de la Luz y de la Sombra, y la recuperación de otras de su anterior trabajo sobre el poeta de Orihuela, Miguel Hernández, de hace 40 años. Serrat inició el concierto con el tema Tres heridas, que inició incluso antes de salir al escenario, y al que siguieron títulos como Del ay al ay por el ay, La palmera levantina, Las desiertas abarcas y El niño yuntero.
Desde un principio, Serrat dejó claro al público que el concierto reunía a un grupo de poemas interpretados con el fin de conmemorar el centenario del poeta, que era por tanto "un concierto cerrado que sólo admite canciones suyas, porque otra cosa sería traicionar el proyecto", comentó. Sin embargo, añadió, para que quedara constancia, que la próxima vez volvería a "interpretar sus grandes éxitos". Una pantalla presidía el concierto, con una imagen de Miguel Hernández y de la bandera anarquista, y el cantautor catalán apareció con una banda de cinco músicos y un montaje audiovisual bastante interesante.
Un guión teatral serviría de hilo conductor del espectáculo de un Serrat acompañado por una formación integrada por Ricardo Miralles en la dirección musical y el piano; José Mas Kitflus al teclado y las programaciones; Vicente Climent a la batería y las percusiones; Israel Cuenca a las guitarras; Tania Mesa a la viola y Daniel Casielles al contrabajo y bajo eléctrico. Para los últimos momentos dejó Para la libertad, Historia conocida y Uno de aquellos.
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Re: Joan Manuel Serrat
De Joan Manuel Serrat a Miguel Hernández, en corto
Joan Manuel Serrat ha reeditado su álbum 'Hijo de la luz y de la sombra', en un pack en el que se incluye además el álbum 'Miguel Hernández' para conmemorar el centenario de su nacimiento y un DVD que contiene 18 cortos realizados por varios directores españoles.
Entre los 18 directores cuyos cortometrajes aparecen en el DVD se encuentran Manuel Gutiérrez Aragón ('Canción del esposo soldado'), Jaime Chávarri ('Nanas de la cebolla'), David Trueba y Joaquín Risueño ('Sólo ama quien vuela'), Pedro Olea ('Elegía'), Manuel Gómez Pereira ('Para la libertad'), José Luis Garci ('Cerca del agua'), Sergio Cabrera ('Si me matan, bueno') y Agustín Sánchez Vidal ('Las abarcas desiertas').
Además, José Luis Cuerda ('El mundo de los demás'), Manuel Huerga ('El hambre'), Pere Portabella ('Uno de aquellos'), Isabel Coixet ('Tus cartas son un vino'), Javier Mariscal ('La palmera levantina'), Bigas Luna ('Del ay, al ay, por el ay'), Imanol Uribe ('Dale que dale'), Rogelio Caballero, ('Hijo de la luz y de la sombra'), Montxo Armendáriz ('El niño yuntero'), y Ana Marquesán ('La boca').
Asimismo, esta reedición incluye un libro de 96 páginas con texto de Agustín Sánchez Vidal, letras de las canciones, fotografías del Legado de Miguel Hernández, fotografías de Joan Manuel Serrat realizadas por Jordi Socías, imágenes de la grabación e imágenes de las mini películas.
Para presentar 'Hijo de la luz y de la sombra', Joan Manuel Serrat comenzó el pasado 23 de abril en Elche una gira de conciertos que finalizará en el Teatro Circo de Orihuela (Alicante) los días 29 y 30 de octubre de 2010.
Joan Manuel Serrat ha reeditado su álbum 'Hijo de la luz y de la sombra', en un pack en el que se incluye además el álbum 'Miguel Hernández' para conmemorar el centenario de su nacimiento y un DVD que contiene 18 cortos realizados por varios directores españoles.
Entre los 18 directores cuyos cortometrajes aparecen en el DVD se encuentran Manuel Gutiérrez Aragón ('Canción del esposo soldado'), Jaime Chávarri ('Nanas de la cebolla'), David Trueba y Joaquín Risueño ('Sólo ama quien vuela'), Pedro Olea ('Elegía'), Manuel Gómez Pereira ('Para la libertad'), José Luis Garci ('Cerca del agua'), Sergio Cabrera ('Si me matan, bueno') y Agustín Sánchez Vidal ('Las abarcas desiertas').
Además, José Luis Cuerda ('El mundo de los demás'), Manuel Huerga ('El hambre'), Pere Portabella ('Uno de aquellos'), Isabel Coixet ('Tus cartas son un vino'), Javier Mariscal ('La palmera levantina'), Bigas Luna ('Del ay, al ay, por el ay'), Imanol Uribe ('Dale que dale'), Rogelio Caballero, ('Hijo de la luz y de la sombra'), Montxo Armendáriz ('El niño yuntero'), y Ana Marquesán ('La boca').
Asimismo, esta reedición incluye un libro de 96 páginas con texto de Agustín Sánchez Vidal, letras de las canciones, fotografías del Legado de Miguel Hernández, fotografías de Joan Manuel Serrat realizadas por Jordi Socías, imágenes de la grabación e imágenes de las mini películas.
Para presentar 'Hijo de la luz y de la sombra', Joan Manuel Serrat comenzó el pasado 23 de abril en Elche una gira de conciertos que finalizará en el Teatro Circo de Orihuela (Alicante) los días 29 y 30 de octubre de 2010.
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Re: Joan Manuel Serrat
Recitales de Serrat en Chile sólo tienen disponibles entradas del sector más barato
El artista se presentará en Santiago el 12 y 13 de noviembre.
[b]Ya se ha vendido casi la totalidad de los boletos de los shows.
Los seguidores de Joan Manuel Serrat están a un paso de agotar la totalidad de las entradas para los dos conciertos que el cantautor español realizará en Chile.
Ya se agotaron todos los sectores de ambos recitales, salvo el tercer nivel del recinto de calle San Diego.
Los únicos boletos disponibles en el sistema Feria Ticket tienen un valor de 16.500 pesos.
Serrat viene a mostrar en vivo sus éxitos y los temas de "Hijo de la luz y de la sombra", su más reciente disco.
El artista se presentará en Santiago el 12 y 13 de noviembre.
[b]Ya se ha vendido casi la totalidad de los boletos de los shows.
Los seguidores de Joan Manuel Serrat están a un paso de agotar la totalidad de las entradas para los dos conciertos que el cantautor español realizará en Chile.
Ya se agotaron todos los sectores de ambos recitales, salvo el tercer nivel del recinto de calle San Diego.
Los únicos boletos disponibles en el sistema Feria Ticket tienen un valor de 16.500 pesos.
Serrat viene a mostrar en vivo sus éxitos y los temas de "Hijo de la luz y de la sombra", su más reciente disco.
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Re: Joan Manuel Serrat
Hijo del tiempo y la ausencia
Antes de una nueva gira por nuestro país, Joan Manuel Serrat habla sobre sus razones para regresar al universo poético de Miguel Hernández, al que conoció gracias a las ediciones argentinas, y repasa su carrera. "Algunas de mis canciones no soportaron el paso del tiempo", reconoce el cantante y compositor catalán.
"MI FONDO CULTURAL pasa por la música popular, la copla, el bolero, el tango...", dice Serrat
Para los españoles sigue siendo “el Niño de Poble Sec” (Raphael es el de Linares y, así, se fundó la famosa antinomia que cesó, por fin, cuando grabaron juntos), pero para los argentinos, Joan Manuel Serrat es, simplemente “el Nano”. Los diez mil kilómetos que separan a Barcelona de Buenos Aires hicieron mella a la hora de calzarle apodos aunque, cosa curiosa, el uno y el otro remiten a la infancia, que para los ojos del público no es otra cosa que el recuerdo del rostro aniñado del cantante en sus inicios, cuando apenas contaba veinte años. Orilla los 70 años Serrat ahora, cuando vuelve a la Argentina a presentar Hijo de la luz y de la sombra , su segundo acercamiento a la obra de Miguel Hernández, casi cuarenta años después del primero y a un siglo del nacimiento del poeta de Orihuela.
Más allá de las coyunturas, Serrat ha compuesto un cancionero único en habla española durante, por lo menos, sus primeros veinte años de carrera, comparable, por caso, a los de Franco Battiato, Jacques Brel o Charles Aznavour. De paso en Buenos Aires, por asuntos personales y para la inauguración del Congreso Iberoamericano de Educación, y antes de la gira que lo trae al teatro Gran Rex hacia finales de noviembre, Serrat habló con Ñ .
-¿Cómo era el clima musical en tu casa de infancia?
Creo entender hacia dónde vas.Nací en un tiempo donde la comunicación, la información y la distracción pasaban por la radio. La radio era nuestro gran aliado, por muchas razones: funcionaba como una ventana abierta a la esperanza y a la alegría en un tiempo, como el de la dictadura, que era muy poco esperanzado y sumamente tenebroso. Y no estoy haciendo metáforas… Habrá quien pueda hablar de otras cosas, de abundancia y de esplendor, pero la mayoría de los españoles solamente puede hablar de tenebrosidad. Tenebrosidad en cuanto al trabajo diario, sin luz, con frío en el invierno, con cartillas de racionamiento para poder acceder a los alimentos, con represión, donde constantemente había gente que se escondía o que desaparecía… Y la radio representaba la ventana abierta a la fantasía, a la ensoñación, a los colores. Y de toda la radio, era la música el hecho más importante.
-¿Lo que se escuchaba mayoritariamente era copla?
Copla, bolero… Un tipo de música muy arraigada al tiempo: la música melódica en general. A mí me gustaba todo lo que sonaba, hasta el punto de que la única abuela que yo conocí –porque a dos de ellos los mataron durante la guerra y el otro murió antes de la guerra, de tuberculosis…
-¿Estaban en el frente tus abuelos?
No, no, los fusilaron sencillamente. Los fueron a buscar a casa y los fusilaron, como a otros miles y miles. Los franquistas eran muy dados a este ejercicio… Los otros también hicieron de las suyas, pero los franquistas eran fundamentalmente represores; iban, de alguna manera, por el embudo grande, ¿no?
-Entonces, me contabas de la única abuela que te quedó…
Que murió siendo yo también muy pequeño, pero aún con tiempo de pasear con ella y de recordarla… Cuando algún domingo me sacaba de paseo, por su calle había dos vendedores; uno vendía barquillos y el otro vendía cancioneros, que eran unos librillos pequeños, de ocho páginas, en los que figuraban las letras de las canciones populares de la época. Entonces la abuela, que disponía de una peseta para el nieto, me preguntaba qué quería, si barquillos o cancioneros. Y yo siempre escogía los cancioneros. Eso tiene mucho significado en una época donde cualquier dulce o cualquier lámina dura eran sumamente valorados.¡Yo escogía siempre esos papelitos de colores que llevaban escritas las canciones de la época!
-¿Y te acordás de alguna?
Me acuerdo absolutamente de todas. Me acuerdo de los repertorios completos y de las sensaciones… No es que me acuerdo: viven en mí las sensaciones que aquellas canciones han podido despertarme. Hay algunas ligadas en mí al miedo y que no tienen nada que ver con eso. Por ejemplo, “La casita de papel” (“Qué felices seremos los dos y qué dulces los besos serán, pasaremos la noche en la Luna, viviendo en mi casita de papel...”) está ligada al miedo, porque seguramente la escuché, quién sabe, en una escalera donde la música se filtraba por las claraboyas… Otras están ligadas al verano profundo, como cuando escucho “Monasterio Santa Chiara”, una canción italiana del año 1952. Me acuerdo del año porque yo hice un programa de radio que se llamó La radio con botas y ponía canciones de diferentes épocas... Las músicas volaban por los cielos abiertos de las casas y pasaban de balcón a balcón, se juntaban de casa a casa como se juntaban los olores a fritanga y a insecticidas…
-¿Y cantabas para tu familia o era algo más bien secreto?
Es que en aquel tiempo se cantaba. Hoy es una cosa difícil de entender, porque el hecho de cantar queda más bien circunscrito a los cantantes. Ahora sólo cantan los cantantes. Antes cantaba todo el mundo. Antes la gente cantaba en la calle, haciendo el trabajo... En los andamios los albañiles cantaban, en las forjas cantaban los herreros, cantaban los guarnicioneros mientras cosían las correas de las caballerías. ¡La gente cantaba! ¡Cantaban las mujeres mientras hacían las camas!
-Por eso en todos los folclores del mundo existen los “cantos de trabajo”...
¡En todos, claro! Y yo cantaba porque era común el hecho de cantar, independientemente de que me gustara y de que en Navidad me hicieran ganarme mi paga extraordinaria cantando alguna canción durante la comida.
-¿Y los instrumentos cómo llegaron a vos?
Yo no empecé a tocar hasta un poco antes de ir para la universidad. A los 16 o 17 años, un compañero me enseñó los acordes básicos. Luego mi padre me regaló una guitarra, como dice el tango “Aquel tapado de armiño”, quitándose de fumar. Era una guitarra muy sencilla, que aún conservo, aunque en mejor estado de lo que era, porque la restauré y la guardo con este afecto íntimo y enfermizo con el que uno llega a guardar determinadas cosas que fueron fundamentales en su vida… Luego empecé a tocar con un grupo, hacíamos lo que se podría conocer como rock’n roll , pero en aquel momento no se le daban esas connotaciones. Te digo esto porque, hoy en día, se conoce como rock a una serie de músicas diferentes, de las cuales el rock forma parte, pero que, en rigor, no lo es… Hay gente que si le preguntas “¿Qué música haces?”, te responde rock , pero son baladistas… Te hablan de rock’n roll como si fuera una música concreta, cuando son muchas músicas entreveradas que lo único que tienen en común es el uso de los instrumentos electrónicos y poca cosa más.
-¿Eras el que cantaba en tu grupo de aquel entonces?
Un grupito, más bien. Cantaba y tocaba guitarra. Supongo que eso sucede en todos los que forman el primer grupo, que no existe una definición del individualismo agrupado, sino que cada uno, a su modo, es un solista. Hicimos algunos conciertos… Borra lo de conciertos: actuábamos en algunos locales… Después el grupo se fue al garete, que era lo que tenía que pasar, porque éramos definitivamente malos…
-¿Tuvo nombre?
¡Tuvo muchos nombres! Más vale que los olvidemos… Yo ya escribía canciones y los mismos compañeros me animaron a que siguiera solo la aventura. Como no sabía cómo hacerlo, hubo uno, que era el más avispado de todos y el que tenía más contacto con la realidad –que no con las personas, pero sí al menos con lo que ocurría–, que me acompañó a Radio Barcelona (siempre la radio, siempre la radio como elemento motor), a un programa de un tipo que se llamaba Salvador Escamilla, que con el tiempo fue uno de mis mejores amigos e, inmediatamente, el primer gran valedor de lo poco que en aquel momento yo podía decir. Ahí empecé a aparecer, en directo, en su programa, que se llamaba Radioscope , gracias al cual, no solamente adquirí una cierta popularidad local y pequeña, sino que también me permitió ganar un dinero… Porque en aquel momento la radio pagaba, poco, pero lo suficiente para costearte el tabaco, algún pequeño vicio y hasta una pequeña alimentación, si es que tenías una aparición asidua.
-¿Y cómo era ese momento de tu vida?
Tendría veinte años, más o menos. Estaba estudiando Biología, había terminado Agronomía… Cantar me permitió seguir estudiando y, al ir subiendo mi popularidad y la posibilidad de pagarme el sustento, pude también ganarme la independencia familiar. Eso hasta el año 67, cuando mi tercer disco –me refiero a discos extended play , no larga duración–, fue número uno en España…
-Que era en catalán ese disco.
Es cierto, hay que aclarar que por primera vez un disco en catalán fue número uno en España… Era ese disco que traía “Cançó de matinada” y “Paraules d’amor”. Y ahí pudo empezar mi carrera como profesional…
-¿Hasta ese momento no te veías como profesional de la música?
No, no, no. La verdad es que, a los veintipocos años, la vida es un ríe y canta. Por más sentido común que pudiera aportar, es muy difícil sentirse mortal a esa edad. Uno se siente absolutamente único, inmortal –¡afortunadamente!– y trabaja con un entusiasmo y una credulidad en sí mismo que pocas veces se repite en otras épocas de la vida. Más allá de esta maravillosa juventud…
-¿Y escribiste siempre?
No diría que me siento muy satisfecho de lo que escribí de adolescente… Hombre, que escribía como manera de comunicarme y de inventar cosas. Yo no tenía ninguna sensación de que la escritura fuera la forma de hacerse de un medio de subsistencia. Escribía como quien juega…
-Pero eras un buen lector…
…
-¿Tampoco?
Yo empecé a ser un lector agradecido con el texto a los 19 o 20 años. De chico leía tebeos, que han sido para mí un gran elemento nutritivo. El amor que siento yo por Hugo Pratt es semejante al que puedo sentir por Shakespeare…
-¿Empezás a valorar a los autores y a la palabra a partir de que escribís tus primeras canciones?
Fue un poco antes. Un poco, no mucho antes. Hay dos o tres años de mi vida en los cuales me resulta muy difícil separar una cosa de otra. Llegaron todas con tal tumulto y con tanta intensidad que me sería muy difícil explicarte la progresión…
-¿Existe la progresión en ese momento de la vida?
Tienes razón, en general todo se produjo como el descubrimiento de las pasiones, del sexo… Todo vino allí muy alborotado y todo se ha ordenado luego de alguna manera, pero sin ninguna voluntad.
-¿Empezaste a escribir en catalán?
Sí, pero no tanto como un hecho personal, sino por una necesidad de definición de pueblo. Empecé a escribir canciones cuando el hecho de escribir en catalán representaba una definición de pueblo y una herramienta de lucha antifranquista.
-Era una opción política...
Todo es política. Esta misma conversación es para mí una opción política. Tú y yo estamos supurando planteamientos políticos. En el caso del catalán, mi gesto era especialmente político, porque el franquismo consideraba un enemigo directo todo lo que representaba el hecho nacional catalán. Ahí hay una coincidencia que no tiene que ver ni con mi familia ni con mi barrio, no porque ellos no lo tuviesen a ese sentimiento nacional, sino porque yo alcancé un nivel cultural que iba más allá de mi familia y mi barrio... Piensa que no era común que un chico llegara a la universidad.
-No termino de entenderte...
Quiero decir que mi padre era catalán, pero era un catalán obrero. No peleó en la guerra con las fuerzas nacionalistas catalanas, peleó con las fuerzas republicanas, con las fuerzas anarquistas. Y mi madre era una inmigrante, de Zaragoza. En casa hablábamos en un catalán callejero, para nada depurado, pero, sin embargo, si nos hubieran preguntado hubiéramos respondido a favor de la cultura catalana. Yo no soy hijo del nacionalismo, soy hijo del obrerismo.
-¿Y la necesidad de cantar luego en español a qué se debió?
A un reconocimiento de quién era yo, a mi necesidad de comunicarme y de acercarme a las cosas. Surgió de responder a mí mismo, de pensar que lo uno no era enemigo de lo otro. Cuando me han preguntado cómo me sentía más a gusto, lo tengo muy claro: canto y escribo en aquello que le molesta al otro que yo haga. Si alguien me prohíbe cantar en catalán, inmediatamente canto en catalán, si a alguien le molesta que cante en castellano, inmediatamente canto en castellano. Para mí es algo tan natural como que las uñas crecen.
-¿Creés que tu carrera, entonces, se ha dividido a partir de la elección de uno u otro idioma?
No porque la haya dividido yo, sino porque las cosas así lo han dictado. Hay un antes de grabar en castellano y un después, evidentemente. Hay un antes del Festival de Eurovisión del 68 y un después. Hay un antes y un después de mi exilio del 75… Incluso podría marcar momentos musicalmente distintos.
-¿Cómo es eso?
Ahí ya me es más difícil contestarte. Eso que lo haga la cátedra, yo ya tengo demasiado que hacer, que se ocupen otros de analizar estas historias.
-¿Cómo ves a tus canciones de la primera época?
Con suma ternura y muchísima gratitud. A veces me sorprendo de algunas imágenes que aparecen en ellas. Yo no soy dado a escuchar lo que he hecho, aunque de vez en cuando tengo que hacerlo porque quiero recuperar alguna canción… Hay muchas de las que no me acuerdo.
-¿Y tenés favoritas?
No se me ocurre… Hay algunas que están bien y que aguantaron el paso del tiempo y otras que no soportan nada…
-Los arreglos de tus primeros discos no han envejecido, eso es curioso.
Pero no es cosa mía… He tenido suerte en lo personal y en lo musical. En lo personal, porque he conocido a gente maravillosa que me ha ayudado a aprender algo. Y en lo musical, porque he trabajado con músicos de una gran solidez, que han hecho que mis canciones pudieran mantenerse...
-Pero fue una decisión tuya rodearte de esa gente. No te restes mérito, Juan…
Está bien, tienes razón. Aquí me los voy a poner a los méritos: yo he tenido muchas veces que defender a músicos determinados que la compañía discográfica no quería porque no respondían a los gustos del momento... Ahora que la venta discográfica es muy escasa, el principal problema que tiene la música es quienes se ocupan de crear el escaparate. El problema es que el mercado está a merced unas gentes que son incapaces y que crean el escaparate de acuerdo a sus gustos de los que creen que va a vender. Y ni se vende ni saben generar un potencial que artísticamente pueda ser defendido.
-¿Solés pensarte en una tradición de cantantes o de trovadores?
A veces no sé muy bien ni siquiera lo que he hecho yo… Puedo saber qué referencias he tenido, qué ha generado mis estímulos. Mi fondo cultural pasa por la música popular, la copla, el bolero, el tango… A la ópera no la conocí hasta que fui mayor, porque en mi casa cantaban zarzuela, que es la ópera de los pobres… También me habrán influido Dylan y Los Beatles, con mi pésimo inglés. Te influencia todo aquello que escuchas con avidez y que puedes incorporar mucho más allá del conocimiento, digamos que te lo metes en la entretela del alma…
-¿Y Georges Brassens y Jacques Brel, esos con los que te han comparado?
A pesar de que de los dos soy un fiel y leal admirador, creo que Brel ha sido un ejemplo innegable de artista todo terreno. Como otros que no son de una división tan sutil, como Aznavour, que es un hombre muy interesante a degustar.
-Y las ganas de musicalizar poetas, ¿cómo nació en vos?
Vino con un tiempo en el que perdí el pudor... Creo que uno de los grandes descorchadores de esta historia es Paco Ibáñez, con sus grandes trabajos sobre Lorca, Quevedo y, luego, con otros poetas del siglo XX español. Paco abre esta lata y a partir de ahí se produce un fenómeno de musicalización de poetas, con mayor o menor acierto… Hubo tipos absolutamente mediocres que han destrozado, con un pudor que escandaliza, cualquier cosa versificada...
-¿Cómo descubriste a Antonio Machado y Miguel Hernández?
Más o menos en el mismo momento que empiezo a hacer mi primer disco. Los descubro por una colección maravillosa de libros que publicó Losada en Argentina, que todos los que tenemos una edad consolidada recordamos y los que no, seguramente los encuentren en las bibliotecas que heredaron de sus mayores: unos libros blancos que enviaron por todo el mundo a una serie de poetas fundamentales: Neruda, Hernández, Machado, Maiakovski… Estos libros fueron para España una maravillosa corriente de aire fresco, una ventana abierta gratificante a la que, en estos momentos, hablando contigo, me gusta rendirle homenaje.
-Fijate las vueltas, que ahora Losada es una editorial española…
Sí, pero alguien habrá que pueda leernos ahora a ti y a mí y que dirá: “yo trabajé en aquella época en Losada y algo tuve que ver”… Yo a esa persona le quiero dar las gracias.
-¿Cuál fue tu necesidad de retomar a Hernández en el último disco?
Lo retomé cuando estaba planteándome los conciertos de este año –debía ser hacia finales de 2008– y pensé que al cumplirse el centenenario del nacimiento de Hernández, dada la relación mía con el poeta, sería lógico tener dentro del concierto un rincón donde rindiera homenaje o celebrara su figura. Entonces pensé en refrescar este rincón con un par de canciones de nuevo cuño. Me metí a trabajar y me engolosiné con la aventura y cuando me di cuenta tenía mucho trabajo hecho, de tal fuerza, que me llamó a plantearme este segundo tomo con poemas de Hernández, casi cuarenta años después.
-Si pregunto si estás contento con el resultado me vas a decir que “por supuesto”...
Estoy muy satisfecho, sobre todo que en una época de crisis como ésta un disco de las características de Hijo de la luz y de la sombra haya encabezando la lista de ventas. Además, me ha permitido hacer un espectáculo sólido.
-¿Está todo dedicado a Hernández?
Es un espectáculo monográfico. Aunque, el que voy a traer a la Argentina, va a ser un poco una síntesis.
-¿Por qué?
Porque quiero dejar una segunda parte con un manojo de canciones propias de todas las épocas que aireen un poco lo anterior… Lo hago por una razón muy sencilla: Hernández no es un poeta argentino, por lo cual no existe una complicidad absoluta. Pienso que el mismo espectáculo que se hace en España puede ser muy viable para mucha gente, pero para mucha otra será un poco complicado y nunca llegaría a entender que yo me subiera a un escenario y no cantara canciones como “Mediterráneo” o “Penélope”; muchas personas podrían sentir que las mantengo alejadas, rehenes de otra historia…
-En el disco nuevo, ¿hay algunos poemas de Hernández que habías querido musicalizar en el anterior y no pudiste hasta ahora?
No hay nada rescatado, incluso desconozco si alguno de los poemas que hay en este disco intenté trabajarlos en el primero. Sólo alguno, pero tampoco está en el segundo disco.
-Se resiste todavía…
¿Sabes? Yo he tratado siempre de que la música que acompaña a un poema, aun teniendo claro que siempre será muy subjetiva y personal, surgiera de la manera más natural posible. Nunca me empeñé. Nunca dije: “este poema será una buena cancion”. Nunca me golpeé contra los techos para ponerle una música a un poema. De algo impuesto sale siempre una impostura.
-¿Y después de Hernández qué?
Mi mamá decía: “De aquí a allá, pajaritos habrá”....
-¿No proyectás?
Como trabajo de nueva creación, supongo que me pondré a elaborar, sin prisa, una serie de canciones nuevas… Quiero terminar este proyecto a mediados de abril… Y ahí hablaremos de cómo enfrento las cosas. Nunca hay que apresurarse y menos a estas alturas del partido. Eso sí, no hay que dejarla botar nunca, hay que cogerla antes de que pique.
¿Y cómo se te ocurren las canciones?
Esto no lo he dicho nunca y te lo cuento a ti: a mí por ejemplo, me divierte mucho, cuando voy por la calle, seguir a un tipo. Me entretengo inventándole vidas ficticias. Lo hago normalmente con la complicidad de alguien que es igual de desquiciado que yo en este sentido y con quien puedo detenerme de vez en cuando en las persecuciones y sentarme en algún café a cagarme de la risa. Supongo que todo el mundo que escribe algo delira antes de ponerse a la parte rigurosa del ritmo y de la rima…
Antes de una nueva gira por nuestro país, Joan Manuel Serrat habla sobre sus razones para regresar al universo poético de Miguel Hernández, al que conoció gracias a las ediciones argentinas, y repasa su carrera. "Algunas de mis canciones no soportaron el paso del tiempo", reconoce el cantante y compositor catalán.
"MI FONDO CULTURAL pasa por la música popular, la copla, el bolero, el tango...", dice Serrat
Para los españoles sigue siendo “el Niño de Poble Sec” (Raphael es el de Linares y, así, se fundó la famosa antinomia que cesó, por fin, cuando grabaron juntos), pero para los argentinos, Joan Manuel Serrat es, simplemente “el Nano”. Los diez mil kilómetos que separan a Barcelona de Buenos Aires hicieron mella a la hora de calzarle apodos aunque, cosa curiosa, el uno y el otro remiten a la infancia, que para los ojos del público no es otra cosa que el recuerdo del rostro aniñado del cantante en sus inicios, cuando apenas contaba veinte años. Orilla los 70 años Serrat ahora, cuando vuelve a la Argentina a presentar Hijo de la luz y de la sombra , su segundo acercamiento a la obra de Miguel Hernández, casi cuarenta años después del primero y a un siglo del nacimiento del poeta de Orihuela.
Más allá de las coyunturas, Serrat ha compuesto un cancionero único en habla española durante, por lo menos, sus primeros veinte años de carrera, comparable, por caso, a los de Franco Battiato, Jacques Brel o Charles Aznavour. De paso en Buenos Aires, por asuntos personales y para la inauguración del Congreso Iberoamericano de Educación, y antes de la gira que lo trae al teatro Gran Rex hacia finales de noviembre, Serrat habló con Ñ .
-¿Cómo era el clima musical en tu casa de infancia?
Creo entender hacia dónde vas.Nací en un tiempo donde la comunicación, la información y la distracción pasaban por la radio. La radio era nuestro gran aliado, por muchas razones: funcionaba como una ventana abierta a la esperanza y a la alegría en un tiempo, como el de la dictadura, que era muy poco esperanzado y sumamente tenebroso. Y no estoy haciendo metáforas… Habrá quien pueda hablar de otras cosas, de abundancia y de esplendor, pero la mayoría de los españoles solamente puede hablar de tenebrosidad. Tenebrosidad en cuanto al trabajo diario, sin luz, con frío en el invierno, con cartillas de racionamiento para poder acceder a los alimentos, con represión, donde constantemente había gente que se escondía o que desaparecía… Y la radio representaba la ventana abierta a la fantasía, a la ensoñación, a los colores. Y de toda la radio, era la música el hecho más importante.
-¿Lo que se escuchaba mayoritariamente era copla?
Copla, bolero… Un tipo de música muy arraigada al tiempo: la música melódica en general. A mí me gustaba todo lo que sonaba, hasta el punto de que la única abuela que yo conocí –porque a dos de ellos los mataron durante la guerra y el otro murió antes de la guerra, de tuberculosis…
-¿Estaban en el frente tus abuelos?
No, no, los fusilaron sencillamente. Los fueron a buscar a casa y los fusilaron, como a otros miles y miles. Los franquistas eran muy dados a este ejercicio… Los otros también hicieron de las suyas, pero los franquistas eran fundamentalmente represores; iban, de alguna manera, por el embudo grande, ¿no?
-Entonces, me contabas de la única abuela que te quedó…
Que murió siendo yo también muy pequeño, pero aún con tiempo de pasear con ella y de recordarla… Cuando algún domingo me sacaba de paseo, por su calle había dos vendedores; uno vendía barquillos y el otro vendía cancioneros, que eran unos librillos pequeños, de ocho páginas, en los que figuraban las letras de las canciones populares de la época. Entonces la abuela, que disponía de una peseta para el nieto, me preguntaba qué quería, si barquillos o cancioneros. Y yo siempre escogía los cancioneros. Eso tiene mucho significado en una época donde cualquier dulce o cualquier lámina dura eran sumamente valorados.¡Yo escogía siempre esos papelitos de colores que llevaban escritas las canciones de la época!
-¿Y te acordás de alguna?
Me acuerdo absolutamente de todas. Me acuerdo de los repertorios completos y de las sensaciones… No es que me acuerdo: viven en mí las sensaciones que aquellas canciones han podido despertarme. Hay algunas ligadas en mí al miedo y que no tienen nada que ver con eso. Por ejemplo, “La casita de papel” (“Qué felices seremos los dos y qué dulces los besos serán, pasaremos la noche en la Luna, viviendo en mi casita de papel...”) está ligada al miedo, porque seguramente la escuché, quién sabe, en una escalera donde la música se filtraba por las claraboyas… Otras están ligadas al verano profundo, como cuando escucho “Monasterio Santa Chiara”, una canción italiana del año 1952. Me acuerdo del año porque yo hice un programa de radio que se llamó La radio con botas y ponía canciones de diferentes épocas... Las músicas volaban por los cielos abiertos de las casas y pasaban de balcón a balcón, se juntaban de casa a casa como se juntaban los olores a fritanga y a insecticidas…
-¿Y cantabas para tu familia o era algo más bien secreto?
Es que en aquel tiempo se cantaba. Hoy es una cosa difícil de entender, porque el hecho de cantar queda más bien circunscrito a los cantantes. Ahora sólo cantan los cantantes. Antes cantaba todo el mundo. Antes la gente cantaba en la calle, haciendo el trabajo... En los andamios los albañiles cantaban, en las forjas cantaban los herreros, cantaban los guarnicioneros mientras cosían las correas de las caballerías. ¡La gente cantaba! ¡Cantaban las mujeres mientras hacían las camas!
-Por eso en todos los folclores del mundo existen los “cantos de trabajo”...
¡En todos, claro! Y yo cantaba porque era común el hecho de cantar, independientemente de que me gustara y de que en Navidad me hicieran ganarme mi paga extraordinaria cantando alguna canción durante la comida.
-¿Y los instrumentos cómo llegaron a vos?
Yo no empecé a tocar hasta un poco antes de ir para la universidad. A los 16 o 17 años, un compañero me enseñó los acordes básicos. Luego mi padre me regaló una guitarra, como dice el tango “Aquel tapado de armiño”, quitándose de fumar. Era una guitarra muy sencilla, que aún conservo, aunque en mejor estado de lo que era, porque la restauré y la guardo con este afecto íntimo y enfermizo con el que uno llega a guardar determinadas cosas que fueron fundamentales en su vida… Luego empecé a tocar con un grupo, hacíamos lo que se podría conocer como rock’n roll , pero en aquel momento no se le daban esas connotaciones. Te digo esto porque, hoy en día, se conoce como rock a una serie de músicas diferentes, de las cuales el rock forma parte, pero que, en rigor, no lo es… Hay gente que si le preguntas “¿Qué música haces?”, te responde rock , pero son baladistas… Te hablan de rock’n roll como si fuera una música concreta, cuando son muchas músicas entreveradas que lo único que tienen en común es el uso de los instrumentos electrónicos y poca cosa más.
-¿Eras el que cantaba en tu grupo de aquel entonces?
Un grupito, más bien. Cantaba y tocaba guitarra. Supongo que eso sucede en todos los que forman el primer grupo, que no existe una definición del individualismo agrupado, sino que cada uno, a su modo, es un solista. Hicimos algunos conciertos… Borra lo de conciertos: actuábamos en algunos locales… Después el grupo se fue al garete, que era lo que tenía que pasar, porque éramos definitivamente malos…
-¿Tuvo nombre?
¡Tuvo muchos nombres! Más vale que los olvidemos… Yo ya escribía canciones y los mismos compañeros me animaron a que siguiera solo la aventura. Como no sabía cómo hacerlo, hubo uno, que era el más avispado de todos y el que tenía más contacto con la realidad –que no con las personas, pero sí al menos con lo que ocurría–, que me acompañó a Radio Barcelona (siempre la radio, siempre la radio como elemento motor), a un programa de un tipo que se llamaba Salvador Escamilla, que con el tiempo fue uno de mis mejores amigos e, inmediatamente, el primer gran valedor de lo poco que en aquel momento yo podía decir. Ahí empecé a aparecer, en directo, en su programa, que se llamaba Radioscope , gracias al cual, no solamente adquirí una cierta popularidad local y pequeña, sino que también me permitió ganar un dinero… Porque en aquel momento la radio pagaba, poco, pero lo suficiente para costearte el tabaco, algún pequeño vicio y hasta una pequeña alimentación, si es que tenías una aparición asidua.
-¿Y cómo era ese momento de tu vida?
Tendría veinte años, más o menos. Estaba estudiando Biología, había terminado Agronomía… Cantar me permitió seguir estudiando y, al ir subiendo mi popularidad y la posibilidad de pagarme el sustento, pude también ganarme la independencia familiar. Eso hasta el año 67, cuando mi tercer disco –me refiero a discos extended play , no larga duración–, fue número uno en España…
-Que era en catalán ese disco.
Es cierto, hay que aclarar que por primera vez un disco en catalán fue número uno en España… Era ese disco que traía “Cançó de matinada” y “Paraules d’amor”. Y ahí pudo empezar mi carrera como profesional…
-¿Hasta ese momento no te veías como profesional de la música?
No, no, no. La verdad es que, a los veintipocos años, la vida es un ríe y canta. Por más sentido común que pudiera aportar, es muy difícil sentirse mortal a esa edad. Uno se siente absolutamente único, inmortal –¡afortunadamente!– y trabaja con un entusiasmo y una credulidad en sí mismo que pocas veces se repite en otras épocas de la vida. Más allá de esta maravillosa juventud…
-¿Y escribiste siempre?
No diría que me siento muy satisfecho de lo que escribí de adolescente… Hombre, que escribía como manera de comunicarme y de inventar cosas. Yo no tenía ninguna sensación de que la escritura fuera la forma de hacerse de un medio de subsistencia. Escribía como quien juega…
-Pero eras un buen lector…
…
-¿Tampoco?
Yo empecé a ser un lector agradecido con el texto a los 19 o 20 años. De chico leía tebeos, que han sido para mí un gran elemento nutritivo. El amor que siento yo por Hugo Pratt es semejante al que puedo sentir por Shakespeare…
-¿Empezás a valorar a los autores y a la palabra a partir de que escribís tus primeras canciones?
Fue un poco antes. Un poco, no mucho antes. Hay dos o tres años de mi vida en los cuales me resulta muy difícil separar una cosa de otra. Llegaron todas con tal tumulto y con tanta intensidad que me sería muy difícil explicarte la progresión…
-¿Existe la progresión en ese momento de la vida?
Tienes razón, en general todo se produjo como el descubrimiento de las pasiones, del sexo… Todo vino allí muy alborotado y todo se ha ordenado luego de alguna manera, pero sin ninguna voluntad.
-¿Empezaste a escribir en catalán?
Sí, pero no tanto como un hecho personal, sino por una necesidad de definición de pueblo. Empecé a escribir canciones cuando el hecho de escribir en catalán representaba una definición de pueblo y una herramienta de lucha antifranquista.
-Era una opción política...
Todo es política. Esta misma conversación es para mí una opción política. Tú y yo estamos supurando planteamientos políticos. En el caso del catalán, mi gesto era especialmente político, porque el franquismo consideraba un enemigo directo todo lo que representaba el hecho nacional catalán. Ahí hay una coincidencia que no tiene que ver ni con mi familia ni con mi barrio, no porque ellos no lo tuviesen a ese sentimiento nacional, sino porque yo alcancé un nivel cultural que iba más allá de mi familia y mi barrio... Piensa que no era común que un chico llegara a la universidad.
-No termino de entenderte...
Quiero decir que mi padre era catalán, pero era un catalán obrero. No peleó en la guerra con las fuerzas nacionalistas catalanas, peleó con las fuerzas republicanas, con las fuerzas anarquistas. Y mi madre era una inmigrante, de Zaragoza. En casa hablábamos en un catalán callejero, para nada depurado, pero, sin embargo, si nos hubieran preguntado hubiéramos respondido a favor de la cultura catalana. Yo no soy hijo del nacionalismo, soy hijo del obrerismo.
-¿Y la necesidad de cantar luego en español a qué se debió?
A un reconocimiento de quién era yo, a mi necesidad de comunicarme y de acercarme a las cosas. Surgió de responder a mí mismo, de pensar que lo uno no era enemigo de lo otro. Cuando me han preguntado cómo me sentía más a gusto, lo tengo muy claro: canto y escribo en aquello que le molesta al otro que yo haga. Si alguien me prohíbe cantar en catalán, inmediatamente canto en catalán, si a alguien le molesta que cante en castellano, inmediatamente canto en castellano. Para mí es algo tan natural como que las uñas crecen.
-¿Creés que tu carrera, entonces, se ha dividido a partir de la elección de uno u otro idioma?
No porque la haya dividido yo, sino porque las cosas así lo han dictado. Hay un antes de grabar en castellano y un después, evidentemente. Hay un antes del Festival de Eurovisión del 68 y un después. Hay un antes y un después de mi exilio del 75… Incluso podría marcar momentos musicalmente distintos.
-¿Cómo es eso?
Ahí ya me es más difícil contestarte. Eso que lo haga la cátedra, yo ya tengo demasiado que hacer, que se ocupen otros de analizar estas historias.
-¿Cómo ves a tus canciones de la primera época?
Con suma ternura y muchísima gratitud. A veces me sorprendo de algunas imágenes que aparecen en ellas. Yo no soy dado a escuchar lo que he hecho, aunque de vez en cuando tengo que hacerlo porque quiero recuperar alguna canción… Hay muchas de las que no me acuerdo.
-¿Y tenés favoritas?
No se me ocurre… Hay algunas que están bien y que aguantaron el paso del tiempo y otras que no soportan nada…
-Los arreglos de tus primeros discos no han envejecido, eso es curioso.
Pero no es cosa mía… He tenido suerte en lo personal y en lo musical. En lo personal, porque he conocido a gente maravillosa que me ha ayudado a aprender algo. Y en lo musical, porque he trabajado con músicos de una gran solidez, que han hecho que mis canciones pudieran mantenerse...
-Pero fue una decisión tuya rodearte de esa gente. No te restes mérito, Juan…
Está bien, tienes razón. Aquí me los voy a poner a los méritos: yo he tenido muchas veces que defender a músicos determinados que la compañía discográfica no quería porque no respondían a los gustos del momento... Ahora que la venta discográfica es muy escasa, el principal problema que tiene la música es quienes se ocupan de crear el escaparate. El problema es que el mercado está a merced unas gentes que son incapaces y que crean el escaparate de acuerdo a sus gustos de los que creen que va a vender. Y ni se vende ni saben generar un potencial que artísticamente pueda ser defendido.
-¿Solés pensarte en una tradición de cantantes o de trovadores?
A veces no sé muy bien ni siquiera lo que he hecho yo… Puedo saber qué referencias he tenido, qué ha generado mis estímulos. Mi fondo cultural pasa por la música popular, la copla, el bolero, el tango… A la ópera no la conocí hasta que fui mayor, porque en mi casa cantaban zarzuela, que es la ópera de los pobres… También me habrán influido Dylan y Los Beatles, con mi pésimo inglés. Te influencia todo aquello que escuchas con avidez y que puedes incorporar mucho más allá del conocimiento, digamos que te lo metes en la entretela del alma…
-¿Y Georges Brassens y Jacques Brel, esos con los que te han comparado?
A pesar de que de los dos soy un fiel y leal admirador, creo que Brel ha sido un ejemplo innegable de artista todo terreno. Como otros que no son de una división tan sutil, como Aznavour, que es un hombre muy interesante a degustar.
-Y las ganas de musicalizar poetas, ¿cómo nació en vos?
Vino con un tiempo en el que perdí el pudor... Creo que uno de los grandes descorchadores de esta historia es Paco Ibáñez, con sus grandes trabajos sobre Lorca, Quevedo y, luego, con otros poetas del siglo XX español. Paco abre esta lata y a partir de ahí se produce un fenómeno de musicalización de poetas, con mayor o menor acierto… Hubo tipos absolutamente mediocres que han destrozado, con un pudor que escandaliza, cualquier cosa versificada...
-¿Cómo descubriste a Antonio Machado y Miguel Hernández?
Más o menos en el mismo momento que empiezo a hacer mi primer disco. Los descubro por una colección maravillosa de libros que publicó Losada en Argentina, que todos los que tenemos una edad consolidada recordamos y los que no, seguramente los encuentren en las bibliotecas que heredaron de sus mayores: unos libros blancos que enviaron por todo el mundo a una serie de poetas fundamentales: Neruda, Hernández, Machado, Maiakovski… Estos libros fueron para España una maravillosa corriente de aire fresco, una ventana abierta gratificante a la que, en estos momentos, hablando contigo, me gusta rendirle homenaje.
-Fijate las vueltas, que ahora Losada es una editorial española…
Sí, pero alguien habrá que pueda leernos ahora a ti y a mí y que dirá: “yo trabajé en aquella época en Losada y algo tuve que ver”… Yo a esa persona le quiero dar las gracias.
-¿Cuál fue tu necesidad de retomar a Hernández en el último disco?
Lo retomé cuando estaba planteándome los conciertos de este año –debía ser hacia finales de 2008– y pensé que al cumplirse el centenenario del nacimiento de Hernández, dada la relación mía con el poeta, sería lógico tener dentro del concierto un rincón donde rindiera homenaje o celebrara su figura. Entonces pensé en refrescar este rincón con un par de canciones de nuevo cuño. Me metí a trabajar y me engolosiné con la aventura y cuando me di cuenta tenía mucho trabajo hecho, de tal fuerza, que me llamó a plantearme este segundo tomo con poemas de Hernández, casi cuarenta años después.
-Si pregunto si estás contento con el resultado me vas a decir que “por supuesto”...
Estoy muy satisfecho, sobre todo que en una época de crisis como ésta un disco de las características de Hijo de la luz y de la sombra haya encabezando la lista de ventas. Además, me ha permitido hacer un espectáculo sólido.
-¿Está todo dedicado a Hernández?
Es un espectáculo monográfico. Aunque, el que voy a traer a la Argentina, va a ser un poco una síntesis.
-¿Por qué?
Porque quiero dejar una segunda parte con un manojo de canciones propias de todas las épocas que aireen un poco lo anterior… Lo hago por una razón muy sencilla: Hernández no es un poeta argentino, por lo cual no existe una complicidad absoluta. Pienso que el mismo espectáculo que se hace en España puede ser muy viable para mucha gente, pero para mucha otra será un poco complicado y nunca llegaría a entender que yo me subiera a un escenario y no cantara canciones como “Mediterráneo” o “Penélope”; muchas personas podrían sentir que las mantengo alejadas, rehenes de otra historia…
-En el disco nuevo, ¿hay algunos poemas de Hernández que habías querido musicalizar en el anterior y no pudiste hasta ahora?
No hay nada rescatado, incluso desconozco si alguno de los poemas que hay en este disco intenté trabajarlos en el primero. Sólo alguno, pero tampoco está en el segundo disco.
-Se resiste todavía…
¿Sabes? Yo he tratado siempre de que la música que acompaña a un poema, aun teniendo claro que siempre será muy subjetiva y personal, surgiera de la manera más natural posible. Nunca me empeñé. Nunca dije: “este poema será una buena cancion”. Nunca me golpeé contra los techos para ponerle una música a un poema. De algo impuesto sale siempre una impostura.
-¿Y después de Hernández qué?
Mi mamá decía: “De aquí a allá, pajaritos habrá”....
-¿No proyectás?
Como trabajo de nueva creación, supongo que me pondré a elaborar, sin prisa, una serie de canciones nuevas… Quiero terminar este proyecto a mediados de abril… Y ahí hablaremos de cómo enfrento las cosas. Nunca hay que apresurarse y menos a estas alturas del partido. Eso sí, no hay que dejarla botar nunca, hay que cogerla antes de que pique.
¿Y cómo se te ocurren las canciones?
Esto no lo he dicho nunca y te lo cuento a ti: a mí por ejemplo, me divierte mucho, cuando voy por la calle, seguir a un tipo. Me entretengo inventándole vidas ficticias. Lo hago normalmente con la complicidad de alguien que es igual de desquiciado que yo en este sentido y con quien puedo detenerme de vez en cuando en las persecuciones y sentarme en algún café a cagarme de la risa. Supongo que todo el mundo que escribe algo delira antes de ponerse a la parte rigurosa del ritmo y de la rima…
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