Joan Manuel Serrat

Joan Manuel Serrat abre hoy la gira más esperada en el Centenario

Serrat abre hoy en Elche su esperada gira de 'Hijo de la luz y de la sombra', en el Palacio de los Deportes de la Universidad que lleva el nombre del poeta oriolano. Éste será un comienzo muy especial, una vez superadas las 'sombras' del propio cantautor catalán y sus problemas de salud.

Pocas veces en los últimos años un periplo del músico había despertado tanta expectación. Ahora es el público quien tiene la palabra, después de unos ensayos con la banda y un montaje de escenario que se ha prolongado por espacio de varios días. Cuando se acerque el día del centenario de la muerte del autor de las 'Nanas de la Cebolla' será Orihuela quien acogerá los dos últimos conciertos.

Para aportar alguna novedad a este concierto, nadie mejor que el propio Serrat hablando de su disco, a través de la red, explicando el porqué de volver al poeta tras más de treinta años, la elección del título y del poema en un lenguaje quizás más íntimo que el de la propia rueda de prensa que hace dos días dio en la ciudad que además patrocina la gira completa y que llevará por toda España el nombre de Elche.
Es una carta abierta, una declaración de principios y del principio de este viaje que comienza hoy, una nueva y sentimental vuelta de tuerca del cantautor catalán.
Son sus palabras más importantes, porque como él mismo dijo hace dos días esta gira será «distinta» a todas las demás, porque el «protagonismo» recaerá «absolutamente» en las canciones, los poemas, las cartas y las acotaciones de Miguel Hernández.

En la edición mexicana de 'Hijo de la luz y de la sombra' se descubre un texto en el que Serrat comparte con sus fieles seguidores las vivencias y anécdotas que le acompañaron en su conocimiento de las obras del poeta.

En ese escrito constata: «Quisiera que los que escuchen estas canciones recuerden que su autor fue un poeta perseguido, condenado y encarcelado. Un hombre que murió en prisión por el delito de pensar y escribir cosas como las que aquí pueden oír.
Fue un pastor de cabras, fue una persona comprometida con su gente y con su tiempo. Un hombre sencillo y sensible que amaba la libertad y decía 'soy como el árbol talado que retoño y aún tengo vida'...y se la quitaron».

La, la la, y Eurovisión.

Les dejo el link pues el artrículo es largo:

http://www.cancioneros.com/co/1447/2/el-la-la-la-y-eurovision-por-fermi-puig

Ety

El ambiente y Joan Manuel Serrat

El 22 de abril de 1970, por iniciativa del senador demócrata Gaylord Nelson, se celebró por primera vez en EE. UU., Canadá y algunos países de Europa, el “Día de la Tierra”. El movimiento verde que promovió en su país, tuvo consecuencias: se creó la Agencia de Protección Ambiental –EPA, y se aprobaron las primeras leyes ambientales (Clean Air Act, Clean Water Act y Endangered Species Act, entre otras). Dos años más tarde, se celebrará, en Estocolmo, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano y en ella se proclamó el 5 de Junio, como el “Día Mundial del Medio Ambiente”.

Esa conciencia que empezaba a despertarse, encontró en Joan Manuel Serrat tierra fértil, pues por medio de sus poemas hechos canciones, ha rendido homenaje al ambiente como nadie. Hoy, 40 años después de la primera celebración del Día de la Tierra, es oportuno hacer un repaso de cómo este cantautor –natural de Girona–, ha participado de esa fiesta, que hoy es mundial. En 1973, en su canción llamada Pare (Padre), a manera de oración, recita los lamentos de un campesino catalán quepide explicaciones a su Dios, por la contaminación y degradación que ve a su alrededor: “Padre, decidme qué le han hecho al río que ya no canta./ Resbala como un barbo muerto bajo un palmo de espuma blanca./ Padre, que el río ya no es el río (') Padre, decidme qué le han hecho al bosque que ya no hay árboles./ En invierno no tendremos fuego ni en verano sitio donde resguardarnos./ Padre, que el bosque ya no es el bosque (') Sin leña y sin peces (...) tendremos que quemar la barca, labrar el trigo entre las ruinas (') y cerrar con tres cerrojos la casa (') Padre, donde no hay flores no se dan las abejas, ni la cera, ni la miel./ Padre, que el campo ya no es el campo. '”

En 1981, en su canción “A quien corresponda”, personalmente se queja en una carta que dirige al político de turno con poder de decisión, para reclamarle “que las manzanas no huelen ('), que el mar está agonizando ('), que la Tierra cayó en manos de unos locos con carné/ Que el mundo es de peaje y experimental, que todo es desechable y provisional”.

En 1992, año de la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y Desarrollo, nos regala quizá una de sus canciones más preciosas y profundas: “El hombre y el agua”. En este poema –como solo sabe hacerlo Serrat–, nos recuerda la relación que se da entre ese recurso y el ser humano: “Si el hombre es un gesto el agua es la historia/ Si el hombre es un sueño el agua es el rumbo./ Si el hombre es un pueblo el agua es el mundo./ Si el hombre es recuerdo el agua es memoria./ Si el hombre está vivo el agua es la vida. (') Brinca, moja, vuela, lava, agua que vienes y vas. Río, espuma, lluvia, niebla, nube, fuente, hielo, mar/ Agua, barro en el camino, agua que esculpes paisajes, agua que mueves molinos. ¡Ay agua!, que me da sed nombrarte, agua que le puedes al fuego, agua que agujereas la piedra, agua que estás en los cielos como en la tierra”.

Cuarenta años después de haberse tomado conciencia sobre la urgencia de proteger el ambiente de su mayor depredador, podríamos afirmar que nuestra Asamblea Legislativa, bien que mal, tiene un saldo a favor, pues en ese lapso ha elevado a rango constitucional el derecho a disfrutar de un ambiente sano y ecológicamente equilibrado; y ha protegido por medio de leyes específicas, entre otros, los recursos forestal, edáfico, minero y la biodiversidad. Sin embargo, arrastra una deuda de más de siete años que la próxima legislatura deberá saldar, y es precisamente aprobar una ley del recurso hídrico que salvaguarde el agua del hombre, para el hombre. Por ello, parafraseando a Serrat, deberá ocuparse menos de las palabras, para poner a salvo de ellas las cosas.

Excelente artículo, como todos los que nos traes, Ety.

Muchísimas gracias.

Un abrazo,
Damablanca.

Joan Manuel Serrat entona su oratorio a Miguel Hernández
El músico abre la gira dedicada al poeta en Elche con un hondo concierto


Por la senda del poeta uno encuentra palmeras, piedras y barro. El camino que conducía ayer al Pabellón de los Deportes de la Universidad Miguel Hernández, en Elche, presentaba una metáfora de lo que fue su obra, sus obsesiones. También de lo que le ha costado a Joan Manuel Serrat levantar su nueva gira. Pero allí estaba el músico: "Perdón por el retraso", dijo al despedirse de su público entregado, las 3.000 personas que le recibieron y le despidieron en pie, tras una hora y 40 minutos consagrados exclusivamente al poeta del hambre, la guerra, la cárcel y el aire de Levante.

El espectáculo es sencillo y contundente, al servicio de la poesía

El público se emocionó con 'El niño yuntero' o las 'Nanas de la cebolla'

El retraso al que se refería Serrat fue el que le obligó a posponer casi un mes los conciertos que tenía pensado iniciar antes de que un problema de salud le dejara al cuidado de los médicos. Pero ayer vino a demostrar que ya está repuesto. Con ganas de carretera, escenario y versos.

El espectáculo es sencillo y contundente. No hay concesiones a otra cosa que no sea la voz del poeta. Es un Serrat generoso con Hernández. Un Serrat que se arriesga y deja de lado 40 años de carrera por una causa. Serrat que deja de ser Serrat. No interfiere nunca en la esencia que persigue. Cuando habla, recita Hernández. Cuando canta, nos lo devuelve a la vida.

Es un cantante transmutado en otra voz, en acorde y verso del poeta. Música y narrativa audiovisual al servicio del mero lenguaje y la palabra hernandiana. Pura y simplemente. Profundamente.

Empieza por el final y acaba por el principio este viaje de Serrat hacia Hernández. Llego con tres heridas, la canción que cierra su primer disco, aquel ya mítico de 1972, acompaña su entrada en el escenario. Uno de aquellos, el poema que abre Hijo de la luz y de la sombra, lo cierra. En medio queda todo lo demás.

La poesía desgarrada y certera de Hernández, su canto a la vida en mitad de la miseria, su alerta rabiosa, su pasión esclava y atada al vientre del amor, las rendijas de esperanza, la amistad, la sensualidad, el compromiso.

Conciencia a flor de piel

Quedará el espectáculo que ha zurcido Serrat como una gran oración hernandiana. Quizás como el acontecimiento que más ayude a este centenario. Porque pocos actos se organizarán en las ciudades donde recale en que quede más a flor de piel su conciencia. Parecen olvidadas las trabas absurdas a que le han sometido los administradores de su legado, más después de que la sociedad que lo llevaba haya quebrado. La figura del poeta supera lo miserable de los obstáculos en su lucha para sacar el proyecto adelante.

El resultado es algo serio y hondo. La veteranía le ha dado versatilidad. Le hemos visto ya de todas las formas posibles. Íntimo y divertido, con guiños al monólogo cabaretero, a dúo con algunos de los grandes, acompañado de orquestas sinfónicas. Ahora reaparece entregado completamente a la firma y la inspiración de Miguel Hernández, con elegancia y conciencia, dejando encima del escenario muchas cosas claras.

Nos presentó a Miguel Hernández cuando este país andaba huérfano de sus versos. Ahora lo sumerge en el presente con adaptaciones como El hambre, Uno de aquellos, Hijo de la luz y de la sombra, esa memorable recreación de Las abarcas desiertas. Le aligera con aire mediterráneo en La palmera levantina, Dale que dale, Del ay al ay por el ay, consigue hacer prender emociones de pasado, presente y futuro con las revisiones eficaces del repertorio antiguo.

La gente se emocionó con El niño yuntero, la Elegía a Ramón Sijé, las Nanas de la cebolla. Vibró con Para la libertad, que Serrat se encarga de arropar con aquel viaje de la dictadura a la democracia.

Los músicos le acompañan con delicadeza y eficacia, tanto en el intimismo y la emoción, como cuando entona Serrat Menos tu vientre, como en el grito y la rabia de sus versos.

Proporcionan las chispas que requiere en algunos momentos y se consagran a la espina dorsal y a la comunión hernandiana admirablemente, siempre dirigidos por el maestro Ricard Miralles. Juntos, a la vera de Serrat componen y encadenan la comunión musical de este auténtico oratorio hernandiano.

Serrat ofrece a Miguel Hernández su homenaje más íntimo y sentido

* El cantautor ha ofrecido un concierto en Elche arropado por 3.000 personas
* Así ha iniciado la gira de su nuevo álbum 'Hijo de la luz y de la sombra'


Serrat ha iniciado en Elche la gira de su nuevo álbum ’Hijo de la luz y de la sombra’ con el que conmemora el centenario del nacimiento del poeta Miguel Hernández

Miguel Hernández ha recibido este viernes en Elche (Alicante) uno de los homenajes más sentidos de las celebraciones de su Centenario, a través del concierto monográfico que el cantautor Joan Manuel Serrat ha dedicado de manera "absoluta" a su figura y a la obra del ilustre poeta de Orihuela.

El cantautor catalán ha inaugurado en la ciudad ilicitana la gira 'Hijo de la luz y de la sombra', con un recital de algunas de las mejoras piezas escritas por Hernández a lo largo de su vida, y que han vuelto a ser musicadas por Serrat cuarenta años después de que publicara su primer disco dedicado al "poeta del pueblo".

En un recientemente estrenado Palacio de los Deportes de la Universidad Miguel Hernández, alrededor de 3.000 personas han arropado a Serrat en un montaje "diferente" y "cerrado", en el que temas tan conocidos como 'Lucía' o 'Mediterráneo' han sido sustituidas por 'Tres heridas' y 'El niño yuntero'.
Un concierto muy íntimo

Aunque se escucharon espontáneos "te queremos" o "tu vales mucho", el concierto ha tomado un aire "íntimo" y "sereno" acorde al tono de los discos 'Miguel Hernández' (1972) e 'Hijo de la Luz y de la Sombra' (2010), ya disco de platino.

No obstante, el público ha apreciado las también enérgicas interpretaciones que el 'Nen del Poble Sec' ha hecho de 'Dale que dale', 'Si me matan, bueno' o 'Uno de aquellos'.

Con ellas, el catalán ha demostrado que mantiene una buena voz a sus 66 años y tras haberse sometido el pasado mes de marzo a una operación en la que le extrajeron un nódulo pulmonar, razón por la cual tuvo que posponer hasta este viernes el concierto inaugural.

Con el mismo entusiasmo, ha llegado el tramo final de la actuación en la que los asistentes, principalmente de mediana edad, han tarareado 'Para la libertad sangro, lucho y pervivo', ilustrada en el fondo del escenario con imágenes representativas de la Transición.
El único protagonista, Miguel Hernández

Precisamente estos montajes audiovisuales, realizados por directores como Manuel Gutiérrez Aragón, José Luis Garci o Isabel Coixet, han ahondado en los problemas universales del Hambre o la Guerra, que son una constante en la obra del poeta.

Una denuncia social a la que Serrat se ha referido en los versos que han introducido algunas de las canciones, y de los que se ha valido únicamente para vertebrar su actuación.

Tanto es así que el "buenas noches" y el agradecimiento al público y a la ciudad de Elche, en la que se encuentra actualmente el legado del poeta cabrero, se han hecho esperar hasta la bajada del telón.

Ha sido en ese momento en el que el cantautor ha justificado que los únicos protagonistas de la velada hayan sido los versos "vigentes" de Miguel Hernández, y ha pedido al público que así lo entendiera, ya que, de otra manera, "se hubiera bajado el nivel" del homenaje al poeta.

A este respecto, Serrat ha prometido, a modo de broma, que "el próximo concierto que ofrezca a los ilicitanos será de discos dedicados".

Joan Manuel Serrat regresa a Chile con doble show "íntimo y poético"

El español trae a Chile su último disco, "Hijo de la luz y la sombra".

Teatro Caupolicán albergará las presentaciones del 12 y 13 de noviembre.

La nueva producción está inspirada en los textos del poeta Miguel Hernández.
María Francisca Maldonado W., Cooperativa.cl

El español Joan Manuel Serrat, que tras su operación parte este viernes su gira de promoción de su último trabajo "Hijo de la luz y la sombra", confirmó que se reencontrará con su público chileno en un concierto "íntimo y poético".

El músico estará en Santiago el próximo 12 y 13 de noviembre en el Teatro Caupolicán, cuando llegue a cantar los temas del disco inspirado en los textos del poeta Miguel Hernández.

El productor a cargo de su visita, Alfredo Saint Jean, aseguró que al español le "encanta venir a Chile y reencontrarse con su público, son sus amigos y eso ya se ha convertido en una cosa tradicional".

Saint Jean explicó que se trata de "un concierto de poesía en un espacio adecuado (Teatro Caupolicán) y que tiene excelente acústica, excelente sonido".

Próximamente se entregarán los detalles de la venta de entradas para el espectáculo.

REGRESO A LOS ESCENARIOS DEL CANTAUTOR DE POBLE SEC

Serrat emociona en Elx evocando el poemario de Miguel Hernández
• Más de 3.000 personas le recibieron anoche en pie en el recital que abrió su postergada gira

• El artista repasó íntegramente ‘Hijo de la luz y de la sombra’ y rescató piezas del álbum de 1972



En un triste día de la sombría posguerra (el 28 de marzo de 1942) murió en la prisión de Alicante el poeta Miguel Hernández. Y anoche (68 años después), muy cerca de allí, en Elx, Joan Manuel Serrat rescató como «el rayo que no cesa» (parafraseando al malogrado escritor) su luminoso canto. La expectación era total. Era el inicio de gira del cantautor del Poble Sec y su reaparición después de que le extirparan hace mes y medio un nódulo cancerígeno en el pulmón. Y el público que abarrotó el flamante Palacio de Deportes Universidad Miguel Hernández le recibió poniéndose en pie nada más aparecer, y se emocionó con este recital monográfico que el artista quiso empezar con el más apropiado de los versos: «Llegó con tres heridas/ la del amor/ la de la muerte/ la de la vida…», con los que cerraba ese imprescindible disco de 1972.
Serrat tituló entonces su vinilo sencillamente Miguel Hernández. Y ayer incorporó buena parte de este repertorio a su lanzamiento más reciente, Hijo de la luz y de la sombra. Pero no solo eso, también recitó otros poemas así como extractos de cartas del escritor de Orihuela. Su objetivo, ya lo avisó, era que el protagonista fuera el poeta del pueblo. Y sus rimas, así como su vida –recordada también a través de imágenes– dieron contenido a una generosa actuación que incluyó 20 canciones.
Más de 3.000 personas no quisieron perderse este recital que, además, suponía la inauguración de este pabellón ubicado en la universidad con el nombre del poeta. La mayoría ya tenía las entradas para el pasado 27 de marzo, la fecha inicialmente prevista.

MÁS PALMERAS QUE HABITANTES/ Los acordes del piano de Ricard Miralles introdujeron la segunda pieza de la velada, Del ay del ay por el ay, un romance existencial poco conocido que representa la atormentada búsqueda espiritual del joven Miguel. Y prosiguió con la alegre La palmera levantina, que el público recibió con aplausos. No hay lugar más apropiado para cantarla que Elx: hay más palmeras que habitantes. La emotiva Las desiertas abarcas (un retrato de la infancia del poeta) conmovió a una audiencia entonces ya más que entregada. Y Serrat siguió ahondado en las injusticias y el dolor de los más pequeños con El niño yuntero, la segunda canción que rescató de ese primer trabajo sobre Hernández.
Los temas de ambos discos se acoplaron con naturalidad. Abordó las 13 del de más reciente hornada. Pero los más coreados fueron títulos como Elegía (esos casi seis minutos de rebeldía por la muerte del amigo Ramón Sijé), Menos tu vientre, Nanas de la cebolla y esa Para la libertad (la más ovacionada de la noche), que esta vez no eligió para acabar la actuación, tal y como hace habitualmente. «Soy como el árbol talado, que retoño:/ aún tengo la vida», reza su última e impactante estrofa.
Con las carnes dolidas y curtidas, Serrat caminó por el poemario del hoy centenario Hernández con devota fascinación. No tiene la voz de hace 38 años, cuando se arrimó por primera vez a su orilla, pero lo compensó con su incuestionable dominio escénico (en Dale que dale hasta se marcó unos pasos de baile).
En el tramo final interpretó el único poema que no escribió Hernández: Historia conocida, la letra que Jose Agustín Goytisolo le dedicó a su contemporáneo («Hace tiempo hubo un hombre entre nosotros/ alegre, iluminado/ que vivió y amó, cantaba hasta la muerte, libre como los pájaros»). Rescató esta balada que publicó en 1978 (el año en que se casó con Candela Tiffón) y la enlazó con Uno de aquellos, la canción que abre el disco Hijo de la luz y de la sombra y que ayer cerró el recital. Seguramente es la letra que mejor define la personalidad y la dimensión tanto de Hernández como del propio Serrat: «Si hay hombres que contienen un alma sin fronteras, tú eres uno de aquellos».

Ha empezado con buen pie.
Gracias por el artíulo, Ety.

Damablanca.

Serrat, un rayo que no cesa

Guapo!», «¡Valiente!», «¡Te queremos!», le gritaba el público a Joan Manuel Serrat. Y otras muchas cosas bonitas más, expresiones espontáneas que salían del corazón de unos espectadores-amigos gozosos de encontrarse con su ídolo-amigo, tras el 'ay al ay' vivido en las últimas semanas por el susto de esa operación pulmonar que reavivó los temores de otra grave dolencia de años atrás felizmente superada.
Serrat se encontró con el reto de saber si era el mismo de siempre, en el escenario más adverso que puede encontrarse un artista amante de sutilezas instrumentales e intimidades vocales: un polideportivo cubierto. Se habían hecho distintos arreglos con grandes cortinajes en la parte trasera y en el bello entramado de vigas de madera del techo, y 'encerrado' la batería dentro de una especie de biombo transparente, pero la incertidumbre se mantenía.
De pronto se escuchó su voz: «Me llamo barro aunque Miguel me llame». «Llegó con tres heridas: / la del amor, / la de la muerte / la de la vida». Y de pronto apareció, entre una ovación generalmente destinada a la despedida. Pero había que ponerse de pie y saludar con generosidad a un artista de los pies a la cabeza, a un artista comprometido y generoso; a un hombre comprometido con el artista-músico y con el artista-compromiso, y por supuesto, comprometido con Miguel Hernández, hasta hacerse uno solo sobre el escenario. Empezó comedido, como tanteando sus fuerzas, pero a partir de la tercera o cuarta canción Serrat volvió a reconocerse sobre el escenario. Y el público lo agradecía y se lo premiaba generosamente. «¡No te mueras nunca!», le gritaban. Y el público apoyó el deseo-ruego. 'La palmera levantina', con su ritmo de bossa nova, añadía relajamiento tras un arranque cargado de dramatismo.
Allí estaba, de un lado para otro del escenario, ya suelto, y enlazando temas del nuevo disco, 'Hijos de la luz y de la sombra' (excelente, si no extraordinario) con el que en 1972, aún en pleno franquismo, sacó de la oscuridad al poeta cabrero y llevó a los primeros puestos de las listas de éxito auténticos cantos revolucionarios. 'Para la libertad', la canción más celebrada de la noche, así lo demostró. Por las pantallas colocadas sobre el fondo del escenario fueron pasando portadas de periódicos de aquellos años. ¡Cómo hemos cambiado! ¿O no?
Las canciones nuevas y viejas se sucedieron en un concierto monográficamente hernandiano como si todas formaran parte de un mismo proyecto musical. La actualización de los arreglos de los temas de hace 38 años, y la magnífica adaptación para los conciertos realizada por el inseparable maestro Ricard Miralles dan una actualidad nítida y explosiva a todos estos poemas.
Serrat, el rayo que no cesa, ya dueño total del escenario, fue desgranando hitos de la educación sentimental y musical de generaciones de españoles: 'Nanas de la cebolla', 'Menos tu vientre' (un momento íntimo, sólo con la guitarra), 'Elegía a Ramón Sijé', 'El niño yuntero'... Poesías, música y voz remarcadas por unas proyecciones que ilustran y matizan las canciones de forma sutil pero efectiva, sin restarles protagonismo. El público disfrutaba. Aplaudía a rabiar, mientras Serrat seguía recitando, cantando, feliz y a gusto por el reencuentro con su público, que, como no podía ser de otra manera, no puso ningún reparo a esta liturgia hernandiana, sin añadidos (excepto un poema de José Agustín Goytisolo dedicado al poeta oriolano). Al contrario. No se echan en falta otras canciones del Serrat-autor. La entrega del Noi del Poble Sec y su magnífico sexteto musical, y la comunión entre artistas y público eran totales. Podía haber interpretado la obra completa hernandiana, que el público habría permanecido tan entregado y extasiado. Miguel Hernández inundó el flamante y coqueto Palacio de Deportes ilicitano y el corazón de los cerca de 3.000 asistentes a esta ceremonia oficiada por un Serrat pletórico.
El sonido era bueno y aunque pudiera parecer algo bajo de volumen (tal vez para evitar reverberaciones), esa ausencia de estridencia añadía intimidad y dramatismo al concierto.
La gente disfrutaba, los músicos también. Serrat no se dirigió al público hasta el final. Lo hizo en catalán y advirtió que no habría bises (algo que incumplió, al repetir 'Dale que dale') y confesó sentirse como en casa. El alcalde, Alejandro Soler, así se lo había expresado días atrás, al darle la bienvenida a una ciudad que siempre lo ha tenido como un hijo adoptivo (la UMH ha reconocido ese vínculo al nombrarle, muy acertadamente, doctor honoris causa). Cariño y apoyo que el cantautor agradeció a los ilicitanos, así como la apuesta de la ciudad por este proyecto, que sin duda hará por el Centenario hernandiano más que ninguna otra de las celebraciones programadas.
Más de cien minutos de concierto no están nada mal para alguien que hace apenas mes y medio estaba sobre la mesa de quirófano (Serrat tuvo también un agradecimiento para los cirujanos que le operaron). Esa fue otra de las alegrías de la noche: verlo de nuevo sobre un escenario («Perdón por el retraso», dijo) y en plenitud de facultades. Tiene por delante 50 conciertos en España y después la gira por el extranjero. Pero esta primera actuación demostró que puede afrontarlos con garantías.
Así que todos contentos. Por muchas cosas. Porque Serrat fue de nuevo Serrat; por el estreno del Palacio de Deportes compartido por el Ayuntamiento y la UMH (esperemos ver otros grandes conciertos en el recinto); porque la entrada y salida de los asistentes se realizara sin problemas, pese a que el entorno está aún sin urbanizar; por el magnífico espectáculo en el que intérprete y poeta fueron uno, y contentos por haber vivido un acontecimiento histórico.
PD: ACUERDO CERCANO. Últimamente se ha visto al alcalde y a la nuera del Poeta, Lucía Izquierdo, haciendo muy buenas migas en la charla de Alfonso Guerra y en el concierto. Aunque no dicen esta boca es mía, es una señal inequívoca de que está muy cerca el acuerdo para que el legado hernandiano siga en Elche. Atentos.

Serrat: Crónica de un regreso

JOSÉ LUIS FERRIS

Había expectación, qué duda cabe. Las 2.800 entradas se habían agotado y la cola para acceder al Palau dels Esports de la Universidad Miguel Hernández de Elche se extendía, como una cicatriz multicolor, a lo largo del campus. Ninguno de los allí reunidos quería perderse, en presente y en vivo, una velada con Serrat tras el regreso de éste a los versos de Miguel Hernández. Su último trabajo, "Hijo de la luz y de las sombras", prometía completar la labor realizada hace 38 años con aquel álbum dedicado al poeta de Orihuela y que sirvió para lanzar al mundo, en un tiempo de silencios últimos, los poemas de un autor condenado al desconocimiento y a la clandestinidad.

Cuando Joan Manuel Serrat apareció entre las sombras y las luces del escenario, su voz ya había poblado las cuatro esquinas del pabellón con tres heridas esenciales: la del amor, la de la muerte, la de la vida. Era una voz firme, limpia, resucitada, que se hundía en la raíz de un poeta aparentemente muerto hace 68 años tras los muros de una cárcel, para ascender untada de prodigio, vibrante y esencial, sin la erosión del tiempo, sin las escoceduras de una convalecencia consabida y cercana. Allí estaban Hernández y Serrat en alma entera, desamordazados de toda incertidumbre, enarbolando las banderas de la plenitud y enamorando a un público que regresaba con ellos al centro de la vida, al sentido profundo de la vida, a los lugares exactos donde la vida habita.

El directo nos devolvía a un Serrat más generoso y entregado que nunca, más amarrado al mundo, más convicto y más rendido a la causa de sentirse propagandista universal del poeta, desde al "ay al hay por el ay" de la queja íntima de Hernández, desde su humildad primitiva ("Las desiertas abarcas", "El hambre", "Cerca del agua"), a las cumbres del "Dale que dale que", siguiendo la carnal ascensión de la palmera, empuña el cósmico deseo de ese "Para la libertad" que se convierte en coro humano, en consigna de futura mirada.

Serrat trazó un recorrido de sabio por el periplo del poeta. Intercaló poemas valiéndose de esa dicción que se hermana, honda y exquisitamente, con los silencios, con el tiempo y con los matices sedosos, graves, de su veterana garganta. Las notas de una viola (animada por Olvido Lanza) o los acordes de una guitarra (la de Israel Cuenca) retomaban las últimas palabras del maestro y conducían entonces hacia el corazón de "El niño yuntero", la mítica "Elegía" o las "Nanas de la cebolla". Redobles de guerra (en las manos de Vicente Climent) anunciaban luego la inminente "Canción del esposo soldado", "Si me matan, bueno" o la estremecedora confesión de "Tus cartas son un vino". Y más tarde, entre el envolvente aroma de los teclados (acariciados por José Mas), el piano del maestro Miralles, del contrabajo incluso (pellizcado por Víctor Merlo), reivindicó su momento la experiencia de sentir cómo germinan, florecen, los versos de "Sólo quien ama vuela", "El mundo de los demás", "Hijo de la luz y de las sombras"É El cantautor de siempre pidió entonces una luz cenital y un tiempo para el recogimiento en un tú a tú con Hernández, cara a cara, corazón con corazón, alma con alma; se creó la atmósfera propicia en la penumbra confesional de un escenario donde sólo Serrat, su guitarra y Miguel, desmigaron como un pan amigo, la tristeza de las guerras y la clara certeza de que, "Menos tu vientre", todo es oscuro, todo es pasado, baldío, turbio.

Los versos de José Agustín Goytisolo se sumaron en el penúltimo poema a la vieja y conocida historia de los poetas olvidados. Y lo hicieron de tal modo, con tanta sencillez y magnitud, que no un hubo tiempo para más discurso ni más música que la canción final de "Uno de aquellos", todo un telón de melodías y palabras que pusieron fin a la aventura de andar o desandar los pasos Miguel Hernández, con su mismo calzado pobre, con su misma luz de poeta necesario.

Si algo resulta irrefutable es que Miguel estaba allí, regresado de las falsas leyendas, rescatado de toda la ignominia, a salvo de la infamia y de los cementerios. Por allí anduvo también al terminar, ocupando el corazón del público, cobijado en las entrañas de los que se marcharon convencidos de su grandeza y de su inmortalidad. También se le pudo ver en los ojos satisfechos y húmedos de esa muchacha, Marina, a quien Serrat reconoció en la trastienda del escenario y no pudo por menos que abrazar -era una niña cuando se conocieron, cuando ella ya se sabía de memoria el repertorio del cantautor-, tras largos años sin verse.

No sé lo que será de este tiempo, de estos meses de celebración del centenario del poeta, pero la noche del viernes, gracias a Serrat, Hernández recuperó su dimensión lírica y humana, rubricó su vigencia y ocupó un sitio definitivo entre nosotros.

Serrat tuvo en Roquetas más luces que sombras
Más de 1.000 personas disfrutaron del concierto

Se esperaba con expectación el regreso de Joan Manuel Serrat al Teatro Auditorio de Roquetas de Mar, tras el buen sabor dejado en sus anteriores visitas y lo cierto es que el cantautor catalán no defraudó. Volvió Serrat y lo hizo como mejor sabe: cantando, interpretando, ofreciendo toda su capacidad creativa para, en esta ocasión, rendir homenaje al poeta Miguel Hernández en el centenario de su nacimiento
Casi dos horas estuvo sobre el escenario este 'poeta de la palabra', interpretando los temas de su nuevo álbum, 'Hijo de la luz y de la sombra' en el que ha sido su segundo concierto de la gira del mismo nombre. Una gira que arrancó el pasado 25 de marzo en Palacio de los Deportes de la Universidad Elche y que el público roquetero y del entorno, tuvo ocasión de disfrutar. Serrat ofreció un recital con algunas de las mejores piezas escritas por Miguel Hernández a lo largo de su vida, y que han vuelto a ser musicadas por Serrat casi cuarenta años después de que publicara su primer disco dedicado al 'poeta del pueblo', allá por el año 1972.
Más de un millar de personas arroparon en el Teatro Auditorio de Roquetas de Mar al cantante, que presentó un montaje diferente y cerrado acompañado por seis músicos, bajo la dirección al piano del maestro Ricard Miralles. En el escenario cinco grandes músicos, José Mas 'Kitflus' a los teclados, Vicente Climent a la batería y percusiones, Israel Cuenca a las guitarras, Olvido Lanza a la viola y Víctor Merlo al contrabajo y bajo eléctrico.
El espectáculo 'Hijo de la luz y de la sombra' estuvo apoyado con pantallas y audiovisuales que se integraban en el espacio escénico creado y diseñado para este concierto, todos realizados por prestigiosos directores de cine que se suman así al acontecimiento. La extraordinaria calidad del poeta de Orihuela, la sensibilidad y la magia de su poesía, merecían esta nueva recreación que colaboraba a divulgar la obra del poeta que perdiera la vida con 31 años en la cárcel de Alicante.
Para la libertad
Serrat cantó temas tan conocidos como 'Tres heridas' o 'El niño yuntero' hasta otras menos conocidas como 'Dale que dale', 'Menos tu vientre', 'Solo quien ama vuela', 'Canción del esposo soldado'. El cantautor catalán dejó bien claro desde el principio que el recital iba a transitar por los poemas de Miguel Hernández, y que otro día se dedicaría a temas dedicados y conocidos de Serrat.
Serrat se mostró pletórico de voz, y eso que hace un mes que fue operado de urgencia. Sin embargo, el cirujano ha hecho un buen trabajo, algo que agradeció al final del concierto el propio cantante, cuando se dirigió al público para darles las gracias por haber asistido al recital. Quizás el tema que el público cantó y que volvió a emocionar fue 'Para la libertad', mientras en las pantallas gigantes se podían entrever imágenes de la Transición y de portadas de periódicos de la época.
A lo largo del concierto, en el que Serrat interpretó una veintena de canciones, el artista fue contando la vida del poeta alicantino y recitando algunos de sus poemas de denuncia social. Sin duda, Joan Manuel Serrat conectó en todo momento con el público con su particular y personal voz. Un público que terminó totalmente entregado al cantante.
Como colofón al concierto cantó 'Las nanas de la cebolla', un tema que no podía faltar en el amplio repertorio ofrecido por el cantante. que desde el primer momento se mostró muy agradecido a todos por la gran acogida dispensada por quienes acudieron al Teatro Auditorio de Roquetas de Mar.

Serrat destaca que la poesía ha sido "una estimulante compañera de viaje"

El cantautor Joan Manuel Serrat ha dicho hoy en Cuenca que la poesía ha sido "una estimulante compañera de viaje" en su vida, aunque ha confesado que la razón que le llevó a poner música a creaciones de poetas reconocidos fue "poner en versos ajenos" aquello que él quería decir.
Serrat, que ha pronunciado el pregón de apertura de la VIII Feria del Libro, la Lectura y las Industrias Culturales de Castilla-La Mancha (FLLIC-2010), ha comentado que la poesía llegó a su vida "de la mano de Becker y de una muchacha rubia compañera de clase que se sabía de memoria las rimas", que después se fue, pero que le dejó "para siempre la poesía".
La poesía ha sido "una estimulante compañera de viaje y parte fundamental de lo que ha sido mi cancionero personal", ha señalado Serrat, quien añadió: "los estímulos de la poesía fueron más allá, hasta hacerme sentir en las voces de los poetas mi propia voz, la voz que yo quería tener".
Así, ha puesto música a poemas de Machado, Salvat, Lorca, León Felipe, Mario Benedetti, porque "la canción es un buen modo de difundir la palabra de los poetas".
Sin embargo, ha confesado que esa no fue nunca la razón que lo movió a ponerle música sino que "fue algo mucho más personal y egoísta": "descubrir en versos ajenos aquello que yo quería decir y de la manera que el otro lo dijo".
En este contexto, Serrat ha dedicado un especial recuerdo al centenario del nacimiento de Miguel Hernández, "uno de los más grandes poetas españoles del siglo XX".
Ha recordado que en 1962 les puso música a algunos de sus versos y ha puntualizado que ahora ha vuelto a insistir "porque su vigencia y su musicalidad" lo han empujado a hacerlo.
"Hernández es muy fácil de musicar, Hernández tiene música, brota en él la música, brota en la canción incluso él mismo quiere ser canción continuamente", ha manifestado Serrat, que ha destacado que, "como Miguel Hernández", cree en el placer de cantar por el gusto de cantar y en la lectura por el placer de leer.
Serrat ha rememorado como entró en contacto con la literatura y la influencia de su padre, que era "un hombre sencillo, de poca escuela, pero con una gran curiosidad que solamente encontraba consuelo en la lectura".
Su padre tenía una pequeña biblioteca, que era "un cambalache en el que convivían las aventuras de Tarzán con Quo Vadis, Guillermo Brown, Historia de Dos Ciudades, Ana Karenina, Salgari, Madame Bobary, El Coyote, allí cabía todo, poco pero distinto".
"Aquel era un mundo sencillo, pero desde aquel puerto zarparon miles de flotillas de piratas con las que recorrí medio mundo, desde aquellos lugares descubrí pasiones que ignoraba y que aderezaba a mi manera" ha añadido Serrat. EFE

Serrat cantó a Miguel Hernández
Le sienta bien el aire libre, sobre todo el Mediterráneo, está cómodo a la intemperie el pariente que sus fans habrían querido tener en aquel tiempo de gaviotas

Serrat se echó de nuevo a la carretera y ayer, parada y fonda, recaló en Albacete, donde estuvo por primera vez hace 36 años para cantar en la Caseta. Ha traído ahora en su voz y su guitarra el aliento inmortal de Miguel Hernández, el mejor pretexto del viaje. La suya, como sabemos, es la historia de un superviviente. Joan quería cantar el 'La,la,la' en catalán pero el Gran Capaor dijo que nanay, con desgarro, que todo se ordenaba entonces castizamente, así que al que fuera sexador de pollos le cortaron el resuello y no fue a Eurovisión, acudió la Massiel y se trajo la copa, y aún se pregunta este payo qué habría ocurrido si en vez de triunfar un abrigo de chinchillas sale el Nano y se ventila el triunfo en el más lírico verbo de su tierra, qué cadencia la de Serrat, los trémolos de un acento distinto y el rasgueo genuino de su guitarra por parte de padre, que se la regaló don Josep viendo que al chaval le gustaba acariciar las cuerdas. Y como dijo que no, que con el idioma de Verdaguer o nada, si lo quieres lo tomas y si no lo dejas y ahí te quedas ilustrísimo señor director general, al hijo de la costurera le echaron el cerrojo en las radios y los periódicos, cierra la muralla, y ni siquiera discos suyos hubo algún tiempo en la emisora de aquí, retirados cobardemente de la circulación porque llegó el oficio de 'Quien Corresponda' y vio en los carteles un nombre que no lo quería mirar, como el de Francisco Alegre, pero en borde. Y ya tenemos a Joan Manuel olvidado, relegado, estigmatizado sólo por el gran delito de querer enriquecer una letra estúpida con un acento cálido, con su propio y genuino estilo, así que sufrió un cerco cruel, un bloqueo a conciencia que duró demasiado, pero sin que el cantor perdiera ni el tesón ni el orgullo, que ya vendrían tiempos mejores.?
Digo yo si no hay que recordar, en su fugaz visita profesional de las últimas horas, este grave incidente para entender mejor toda una vida, la de Cani, el que fuera aprendiz de fresador, que llevaría por todo el país su casta en bandolera, aquel Serrat de 'Ahora que tengo veinte años', todos los indicios de una personalidad que habría de cuajar, imponiéndose a cualquier circunstancia hostil, incluida la zozobra de la difícil elección entre la vida común, digo la de un oficio y un salario, y la romántica escapatoria de la música, que le abre las puertas de par en par. Por fortuna, la solución mágica, la salida espontánea, el hallazgo de un estilo, la búsqueda emotiva de temas característicos, de su apego a una tierra, la interpretación del entorno y la aproximación a la étnica que reconoce en todo -el paisaje, la noche de San Juan, un tiempo, un país, el amor, la nostalgia, de la matinada a las paraules d'amor, y renuncio deliberadamente a la cronología y a las mayúsculas-, nos deja en todas las esquinas su voz y sus versos, o los versos de otros, qué más da, mientras va perfilándose el trovador de la calle, que rompe los silencios absurdos y la angustia con un actitud intransigente y proyecta su alma en un repertorio que es siempre fiel a sus principios, en catalán cuando haga falta y en castellano, con un inconfundible deje de andar por casa, por las Ramblas digo, para ampliar el círculo de la expectación.
Se hace el amo, y el que compuso 'Ella em deixa' -su primera canción- colocará en el álbum una colección de motivos de refresco. Le sienta bien el aire libre, sobre todo el Mediterráneo, está cómodo a la intemperie el pariente que sus fans habrían querido tener en aquel tiempo de gaviotas y de un país, y si hay que hablar de cantautores, con el significado de compromiso de la época, allí está él, como ahora, amigo de sus amigos, inconformista, en la plenitud de su talento, cómplice de la gran causa de la autenticidad, sin ceder un gramo de complacencia si no es para integrarse en los demás dándolo todo de su parte, con una fidelidad plena al espíritu de la 'Nova Cansó' donde sin duda hay rastro de sus raíces y una manera de ser.
Juan Manuel Serrat nunca nos dejó en la estacada, hicimos guardia al pie del cañón -de su cañón- para seguir reconociendo al fondo de su sonata, en ese gratificante agujero que da ciento por uno si se le explora bien, a uno de los personajes más fiables de esta hora confusa en la que es fácil apuntarse al inconformismo.

Concierto en Albacete:

http://www.mefeedia.com/video/30907289

Serrat: “El Barça ha hecho remontadas más difíciles”
El cantautor catalán, Joan Manuel Serrat, destacado barcelonista, también está pendiente de la remontada del FC Barcelona en la Champions
Serrat confía en el Barça

Serrat confía en el Barça


Serrat, que se encuentra de gira promocionando su segundo disco sobre la obra de Miguel Hernández, está muy esperanzado en las opciones del Barcelona de Pep Guardiola.

Durante su estancia en Cuenca, al cantante catalán, como no, se le preguntó por el Barça y Serrat fue muy claro: “el Barça ha remontado situaciones deportivas más dificiles y extradeportivas más complicadas”.

Recordemos que Joan Manuel Serrat siempre se ha significado por su barcelonismo, participando incluso en diversos actos oficiales del club blaugrana, como la celebración del Centenari, y que es posible que su apretada agenda le impide asistir esta noche al Camp Nou para animar al Barça. Seguro que estará muy pendiente allá donde esté.

Joan manuel serrat «Mis discos de poetas son escasos, he escrito más de 300 canciones»

El cantautor lleva a Pontevedra, A Coruña y Santiago su exitoso espectáculo «Hijo de la luz y de la sombra» con los poemas de Miguel Hernández



«De vez en cuando la vida / toma conmigo café / y está tan bonita que / da gusto verla. / Se suelta el pelo y me invita / a salir con ella a escena». Serrat sale de nuevo a escena, porque los escenarios son su vida, «mi forma de expresarme». Lleva de la mano a Miguel Hernández en un espectáculo, Hijo de la luz y de la sombra , que estará el próximo viernes en el pazo da Cultura de Pontevedra, el sábado en el Coliseo de A Coruña y el domingo en el Palacio de Congresos de Santiago. En 1972, hizo un primer disco con versos del poeta levantino y antes de publicarlo fue a ver a su viuda Josefina Manresa.

-¿Le regaló un tocadiscos?

-Había ido a visitarla cuando le planteé el proyecto. Ella estaba muy ilusionada, hablamos mucho de cosas emocionantes. Hay que tener en cuenta que era una conversación a principios de los años 70 con el franquismo presente, cuando Miguel Hernández era una figura, un hombre que había muerto en las cárceles franquistas. Antes de subir, como sabía que no tenía tocadiscos, pasé por una tienda y le compre uno para que pudiera escuchar el disco.

-¿Hay muchas diferencias entre aquel disco y este?

-Son muy diferentes en todos los sentidos. Yo no soy el mismo, los tiempos no son los mismos, a pesar de desgraciados acontecimientos puntuales que puedan suceder, por más que alguien trate de resucitarlos los tiempos no son los mismos.

-El éxito de este disco, ya de oro, ¿demuestra que Miguel Hernández sigue vigente?

-Sí, y no me sorprende en absoluto porque la calidad de la obra de Hernández es innegable. No es una poesía ligada a un tiempo, a un lugar, aunque se escribieran en un tiempo y en un lugar, es trasladable a cualquier tiempo y cualquier lugar de España o del mundo.

-Asegura que Miguel Hernández ha tenido mala suerte hasta en este año del centenario de su nacimiento.

-Es cierto: su padre lo condenó a trabajar de pastor. A pesar de ello lee, pero tiene mala suerte a lo largo de toda su vida: mala suerte en la vida afectiva, en la guerra que, como a muchos españoles, lo destroza cuando se va con veintipocos años, en algo que amaba tanto como su primer hijo que muere a los 10 meses y al que le dedica parte de su obra; en los tres años de cárcel en cárcel y un año agonizando, con su tuberculosis, de la que fue tratado. Su vida fue espantosa. Mala suerte hasta en este año de su centenario, año crítico en el sentido amplio.

-El poema «Tus cartas son un vino», con estrofas como «Aunque bajo la tierra/ mi amante cuerpo esté, / escríbeme, paloma, / que yo te escribiré», es impresionante.

-Todos los poemas de este disco son impresionantes. Ese es muy bello, con su visión de la relación de la pareja, que es sumamente romántica, en el sentido de Larra.

-¿Es un cantante de poetas?

-Me parece que no; he escrito más de 300 canciones originales y en mis 33 discos los de poetas son una mínima parte.

Los médicos me desmontaron para dejar lo fundamental: salud y ganas de estar vivo´
El cantautor vuelve a la isla, al "turbio" Palma Arena, con un "monográfico" sobre Miguel Hernández, "poeta de cabecera"

"Ya tengo libre el 22 de mayo y billete de avión a Madrid", avisa el ´culé´ Serrat.

Serrat regresa a Mallorca diez meses después de abarrotar el claustro de Sant Domingo de Pollença para brindar a su público un "monográfico" sobre Miguel Hernández. Una gira con la que conmemora el centenario del nacimiento del poeta de Orihuela y en la que actúa acompañado por seis músicos, dirigidos por Ricard Miralles y Josep Mas ´Kitflus´, y respaldado por vídeos relacionados con el escritor y filmados por directores como Manuel Gutiérrez Aragón, Garci o Isabel Coixet. La cita, el 5 de mayo, en el Palma Arena.

–¿Qué tal es Miguel Hernández como compañero de viaje?
–Desde hace muchos años es uno de mis poetas de cabecera. Cuando lo releo siempre descubro algo que anteriormente me había pasado inadvertido. Es denso y sencillo a la vez, y puede ser entendido por cualquiera que quiera entenderle. En sus textos no sobra ni una palabra.

–¿Qué admira de su persona?
–Me gustaría poder tener el carácter de poeta de Miguel Hernández. Vivió con un rigor ejemplar.

–¿Cuándo caminaremos juntos y en paz los españoles?
–Cuando así lo decidamos. Nadie nos lo va a regalar. Tenemos que decidirlo a partir del respeto al derecho ajeno, a la libertad y a la memoria.

–¿Y vamos por un buen camino?
–Ha habido épocas mejores.

––¿Qué tal está su salud?
–Viajo de la mano de la salud. La salud gozada y la enfermedad combatida. Los médicos han solucionado mis problemas, hacen de mí partes, me desmontan y dejan lo fundamental: salud y ganas de estar vivo.
–Me imagino que habrá cancelado el concierto de esta noche. Manda su Barça.
–Lamentablemente canto, en Girona, pero ya tengo libre el 22 de mayo y billete de avión para Madrid.

–¿Por qué ha decidido ahora poner música a sus versos 38 años después de aquel primer disco?
–Al principio pretendía unirme a la celebración del centenario de su nacimiento haciendo conciertos que incluyeran canciones de 1972 y otras nuevas, pero buceando en su obra me engolosiné y cuando me di cuenta tenía suficiente trabajo desarrollado, y además con una calidad que merecía darlo a conocer con un disco.
–¿Toda la poesía es válida para ser cantada?
–Cantar se puede cantar todo, hasta el BOE, el manual de un lavavajillas y el listín de las páginas amarillas. El interés que pueda provocar ya es otra cosa. Lo que traté con Miguel Hernández es de que la música fluyera de un modo muy natural, de que la melodía surgiera de un modo fresco, sin insistir excesivamente.

–¿Por qué englobó todo su proyecto bajo el poema ´Hijo de la luz y de la sombra´?
–Porque es un poema fundamental en su obra, un poema en el que sublima su argumentario poético. Es una buena forma de envolver al resto del trabajo.

–¿Cómo reaccionaría el autor si escuchara uno de sus poemas musicados?
–No le sería extraño, puede que incluso le gustara. Miguel Hernández vivió muy cerca de la canción, a la que se refería en su obra y con la que se inspiraba. Titular un libro como Cancionero y romancero de ausencias indica que concebía esos versos como algo coral, musical y compartido.

–¿Y cómo lo hizo su viuda, Josefina Manresa, hace tres décadas?
–Josefina era una mujer muy sencilla, con una vida realmente tremenda. Abrazó el proyecto con gran ilusión y con gratitud ante el hecho de que alguien rescatara del ostracismo los versos de su marido. Cuando le llevé el disco a su casa para que lo escuchara me dijo que no podríamos hacerlo porque no tenía tocadiscos. Así que baje y compré uno en una tienda, para escucharlo juntos. Quedó conmovida. Nunca olvidaré su generosidad y confianza.

–¿No le da un ´nosequé´ actuar en el Palma Arena?
–El Palma Arena es un espacio que debemos usar y aprovechar los ciudadanos, sin olvidar lo turbio que puede haber a su alrededor.

Memoria poética

"Buenas noches. Perdonen que haya tardado un poco, pero es que no pude venir antes". Buen humor en el Auditori de Girona por parte de Joan Manuel Serrat, que se refería de este modo a la suspensión de la fecha inicialmente anunciada para su concierto en la ciudad (el 9 de abril). Restablecido ya el cantautor, este presentó al fin en Catalunya su nuevo disco, Hijo de la luz y de la sombra, donde revisita a Miguel Hernández. Es la segunda vez que Serrat consagra un disco a la palabra del poeta de Orihuela. Tras el primer álbum de 1972, y coincidiendo con el centenario del nacimiento de Hernández, quiso preparar una conmemoración que en principio no debía incluir más allá de dos o tres canciones nuevas. Pero el proyecto le fue creciendo entre las manos, de modo que acabó por alumbrar trece temas nuevos. ...

"Con la ilusión que yo tengo, hay Serrat para largo"

Concierto en el que homenajeará al poeta Miguel Hernández, y lo hará cargado de entusiasmo, según confesó a EL CORREO. "Con la gasolina que me inyecta la gente y con la ilusión que yo tengo, por mí no va a quedar".

El artista llega a Compostela dispuesto a dar lo mejor de sí, y cómo no, a disfrutar de la gastronomía gallega, como buen comedor que es. "La salud puede flojear en algún momento, pero el apetito no me abandonó jamás". De hecho, se tomará un buen potaje y algún que otro marisco. "Cuando vengo a Galicia nunca dejo de tomar algún plato de cuchara y algún cefalópodo, algún crustaceo y algún bivalvo caerá, pero no hay que olvidar la cuchara, que da mucho de sí, y los productos de la tierra. Se podría hacer un monográfico de esto".

"En Galicia se come muy bien. No sólo eso, sino que incluso se cocina bien, y eso permite que los que somos de buena mesa gocemos mucho. Yo aquí encuentro una materia prima extraordinaria, aparte del talento de sus cocineros", explica Serrat.

El catalán asegura que tiene muchos amigos en esta tierra, por eso no dejará pasar la oportunidad de verlos. "Espero poder dar un paseo por la ciudad y visitar la Catedral. Normalmente siempre lo hago, siempre me gusta caminar en los lugares en los que estoy, porque recupero ámbitos en los que la memoria se dispara y vuelven a aparecer imágenes, perfúmenes, personas con los que uno ha compartido la vida. Tengo afortunadamente amigos magníficos y tengo recuerdos maravillosos, y no estoy dispuesto a perder ninguna de las dos cosas".

Quizás por esa razón siente especialmente lo ocurrido en el concierto que ofreció junto a Sabina en el Apóstol de 2007, que se vió interrumpido por la lluvia, y que provocó más de una decepción entre sus seguidores. "Su amargura y su frustración no fue mayor que la mía. Un artista lo que quiere es hacer su trabajo, compartirlo con la gente que ha venido a estar con él. Y en un ámbito como el que teníamos, lo que queríamos tanto Joaquín como yo era terminar y hacer el concierto que teníamos previsto, pero las condiciones meteorológicas no lo permitieron".

En el recital que Serrat ofrecerá el 2 de mayo los espectadores podrán disfrutar de su último disco, Hijo de la luz y de la sombra, pero también de los poemas que Serrat grabó en 1972. "Es un concierto monográfico en el que se mezclan las canciones del 72 y las de este último disco, y en el que el protagonista es la poesía y Hernández. Todo va adornado con unas proyecciones en las que han colaborado realizadores como Bigas Luna, Isabel Coixet, Manolo Gutiérrez Aragón y José Luis Cuerda".

Por ahora, Joan Manuel está muy contento con la acogida del espectáculo. "Por encima de todo estoy satisfecho de mí, y de mi equipo de trabajo". Y del público gallego espera "todo el cariño que siempre me ha dado".

Eso es lo que todos deseamos, qe haya Serrat para largo.

Damablanca.

Miguel Hernández versus Serrat

El público abarrota el Pazo da Cultura de Pontevedra en el arranque de la gira de "Hijo de la luz y de la sombra"


"Buenas noches. Bienvenidos a este concierto en el que conmemoramos el nacimiento de Miguel Hernández; es un monográfico y a diferencia de otros recitales no admite otro tipo de canciones porque se desvirtuaría, se que lo entienden y se lo agradezco, en otra ocasión me comprometo a hacer un concierto de discos dedicados". Joan Manuel Serrat saludó así ayer a los más de 700 espectadores que llenaron el Pazo da Cultura de Pontevedra en el arranque de la gira gallega de "Hijo de la luz y de la sombra", un espectáculo que el cantautor catalán presentará este fin de semana en A Coruña y Santiago.

SUSANA REGUEIRA - PONTEVEDRA Porque se cumple el centenario del nacimiento de Miguel Hernández y sobre todo porque su obra es intemporal: sus versos "suenan frescos y sólidos como si hubieran sido escritos ayer". Son las dos razones (por si fuesen necesarias) que esgrime Serrat al presentar su nuevo CD "Hijo de la luz y de la sombra", un trabajo que ya se ha situado como número uno de ventas en España y Argentina y que ayer desgranó en Pontevedra en un espectáculo singular de música, poesía e imágenes.
Pontevedra fue una de las pocas localidades seleccionadas para la gira de presentación de este monográfico de aproximadamente hora y media de duración.
Más de 700 espectadores de todas las edades, aunque mayoritariamente de más de 30 años, llenaron el Pazo da Cultura y de hecho las localidades se agotaron ya durante la mañana. Fue una cita sin sorpresas, a diferencia del anterior concierto de Serrat en Pontevedra, una polémica actuación con Sabina en el verano de 2007 en la plaza de toros en la que decenas de espectadores con entrada se quedaron sin ver el recital. No obstante, sí hubo espera, de unos 25 minutos hasta la salida del artista al escenario.
A sus 66 años y tras la reciente operación de un nódulo en el pulmón, Serrat se declara "fantástico" y lo demostró desde la primera canción: "Tres heridas", a la que siguió "Del ay al ay por el ay".
En adelante un guión teatral sirvió de hilo conductor en un concierto en el que el catalán estuvo acompañado por seis músicos, bajo la dirección al piano de Ricard Miralles.
Desgranó los temas del último álbum (que lleva el título del poema que Miguel Hernández dedicó a su primer hijo, fallecido a los diez meses), pero también una selección de las obras del poeta ya musicadas por el cantautor hace 38 años, como "Las nanas de la cebolla" o "Para la libertad".

Joan Manuel Serrat: «Sólo me conformo con conservar lo que aprendí de mis mayores»
´Hijo de la luz y de la sombra´, el segundo álbum en el que el catalán musica poemas de Miguel Hernández, le ha llevado al número 1 y de gira.

Joan Manuel Serrat ha vuelto al número uno con ´Hijo de la luz y de la sombra´, el segundo disco que dedica al poeta Miguel Hernández y que le traerá a Málaga el 17 de junio.

–¿Cómo va la gira?
–Fantástica, estoy tan contento... Va muy bien, de gente y de crítica. Y sobre todo voy muy bien yo, que me encuentro muy bien y muy a gusto con el espectáculo.
–¿Llena todavía los auditorios y encuentra entusiasmo?
–Ambas cosas. Encuentro un público muy fervoroso, muy cariñoso y que empuja; es un estímulo.
–¿Miguel Hernández tuvo mala suerte hasta en su centenario?
–Fue un hombre que nació en un ambiente humilde pero no tan pobre como para pasar la estrecheces culturales que pasó. Su padre lo mandó sólo dos años al colegio para que cuidase las cabras. Fue desafortunado en toda su vida porque se le derrumbaron las cosas que más amó: el hijo con el que soñó se murió con diez meses, su país reventó en una guerra terrible que cortó su proyección literaria y a los 26 años, tras ir de una cárcel a otra, murió de tuberculosis a los 29 años. Y tuvo tan mala suerte que el año de su centenario es un año de grandes estrecheces, lo cual ayudó muy poco a la conmemoración que debería haber tenido.
–Tiene 66 años, ¿se siente satisfecho de su vida?
–La vida es un discurrir, una combustión, un camino en el que vas dejando y tomando cosas. En este camino nunca tuve la pretensión de ser el mismo cada día porque soy consciente de que la vida es un continuo nacer, morir y resucitar de nuevo. Hay cosas que nos acompañarán siempre, otras a las que renunciaremos y otras que nos serán arrebatadas. Yo me conformo con conservar lo que aprendí de mis mayores, la cadena de vida que me transmitieron y que yo transmitiré a mis hijos y mis hijos a sus hijos. Estoy muy satisfecho, sólo me importaría perder lo que ellos me enseñaron: el conocimiento de quién soy y de dónde vengo y con quién comparto el camino. Creo no haber perdido esta referencia. Lo demás no es más que un aprendizaje, y espero seguir aprendiendo. En general, he sido un hombre afortunado.
–Ha hablado siempre de sus padres, sobre todo de su madre, que perdió 30 familiares en la guerra, entre ellos, su abuelo.
–Mucha gente de mi familia fue asesinada, y mucha gente en España. Quizá hablé más de mi madre siendo más joven, pero a lo largo del tiempo la figura de mi padre ha ido creciendo mucho y al pasar de los años se me han ido desvelando cosas muy cercanas de él. Mi padre era un hombre muy sencillo, muy discreto, y quizá por eso tardé más en descubrir su grandeza.
–El juez Garzón parece que no podrá investigar los crímenes del franquismo.
–No me parece que Garzón prevarique en modo alguno por intentar buscar responsabilidades por los crímenes del franquismo, y muchísimo menos por tratar de aclarar qué pasó con la gente que fue asesinada y que desapareció durante la guerra. Creo que no prevaricó y me parece escalofriante que se acepte a trámite una querella propuesta por Falange Española y por un sindicato ultraderechista.
–El Estatut sigue varado en el Tribunal Constitucional.
–Lleva más de tres años pendiente de sentencia. Los grandes partidos tendrán que decir algo en cuanto al Constitucional, que, como cualquier tribunal de justicia, debe responder a los asuntos con claridad y rapidez.
–¿Cataluña es una nación, a su juicio?
–Para mí Cataluña es donde nací, me siento profundamente involucrado con Cataluña y no representa para mí contradicción alguna con el hecho de ser español.

Me gusta esta entrevista. ¡Gracias, Ety! por fin, Serrat vuelve a mojarse, en aquellos temas más polémicos en este momento.

Besos
Mª Dolores

Gran éxito de Serrat en su homenaje a Miguel Hernández
El cantautor conquistó al público que se reunió en el Palacio de Congresos


SENSIBILIDAD A RAUDALES Serrat conquistó ayer al público compostelano con el segundo disco en su carrera de homenaje a Miguel Hernández

Es uno de los grandes y ayer Joan Manuel Serrat lo demostró sobre el escenario del Palacio de Congresos y Exposiciones de Santiago, donde conquistó al público compostelano, volcado con él.

Los incondicionales del cantautor catalán no faltaron a la cita del concierto homenaje al poeta Miguel Hernández, con motivo del centenario de su nacimiento en 2010.

En una noche rebosante de sensibilidad, Serrat recreó como el sólo sabe los versos del poeta alicantino, y canciones como La palmera levantina, Ay del ay por el ay, El silbo del dale, Las abarcas desiertas o Tus cartas son un vino, entre otros temas sonaron en el recinto santiagués. El artista estuvo acompañado en su actuación de seis músicos bajo la dirección de maestro Richard Miralles, José Mas Kitlus en los teclados, Vicente Climent a la batería y percusión, Israel Cuenca a la guitarra, Olvido Lanza a la viola y Víctor Merlo al contrabajo y bajo eléctrico.

Además, mientras Serrat deleitaba a sus seguidores con su interpretación, tres pantallas gigantes proyectaron videoclips relativos a la poesía de Hernández dirigidos por prestigiosos cineastas como Isabel Coixet, Manuel Gutierrez Aragón, José Luis Cuerda, Bigas Luna o José Luis Garci.

Recorrido. En el recital, Joan Manuel Serrat incluyó temas de su último disco, titulado Hijo de la luz y de la sombra, pero también canciones grabadas en 1972 basadas en poemas de Hernández. En opinión del cantautor, los textos del escritor alicantino siguen gozando de vigencia hoy en día, aunque reconoció que desde que los interpretó por primera vez, él ha evolucionado tanto como artista y como persona.

El concierto fue promovido por el Multiusos del Sar y copatrocinado por la Fundación Caixa Galicia y el Xacobeo 2010.

Serrat inaugurou el 23 de abril en Elche su gira homenaxe a Miguel Hernández con el aplauso de un público entregado y una magnífica valoración por parte da crítica.


Estudiante Serrat realizó estudios de perito industrial a la vez que tocaba la guitarra como aficionado. En 1965 se gradúa como ingeniero agrónomo y se presenta en el programa 'Radioscope', de Salvador Escamilla, en Radio Barcelona para interpretar sus primeras canciones.

Debut Poco tiempo después de su presentación le llaman para ofrecerle un contrato y grabar su primer disco. Su primer concierto lo realiza en el teatro L'Avenç de Esplugas de Llobregat.