de nuestros hijos.

Creo que casi todos tenemos hijos, por que no contamos cada uno la experiencia del día del parto, para compartir aquellos momentos de felicidad.

Siempre recordare aquellas horas previas a la llegada de Maria, por que así se llama mi hija.

Estábamos nerviosos con los preparativos, una semana antes yo había pintado su habitación con esmero, elegimos un rosa crema para decorarla y la adornamos con cenefas a juego de ositos en varias posturas. Arme la cunita y el bugabu, creo que se dice asi.

Llego el día y entramos juntos a la cesarea, por que maria era grande para el tiempo que tenia, 39 semanas. Entramos en quirófano y me puse a hablar con un compañero de mi hermano, mientras a ella le ponían la epidural. Hablamos de sus hijos un rato, la verdad es que yo estaba nervioso al no saber como reaccionaría al ver en directo la cesarea. Bien, en un momento dado alguien comento que salía la niña, olvidando al compañero de mi hermano me situé en una zona de privilegio para ver por primera vez a mi hija. vi. como salía su cabecita, y poco a poco los médicos iban empujando desde el esternon a mi pareja para que acabara de salir. La sensación de ver a la niña con esa capita de grasa blanquecina fue sin duda de absoluta felicidad, mientras no paraba de sacar fotografías, sobre todo por que me caían las lagrimas como un niño y no deseaba que me lo notaran, la limpiaron y la llevaron junto a su mama. Ella estaba agotada, aun así estaba súper feliz y yo no dejaba de sacar fotografías.

La pesaron, dije que la niña era grande, peo 4,140 Kg. y midió 54,5 cm. la limpiaron y me dijeron ahora la cogeras la mostraras a la familia y la llevaras al nido. En un primer momento dude por miedo de hacerle daño, pero la cogí decididamente y empecé a salir de quirófano, por el pasillo la enfermera no paraba de decirme vamos un poco más rápido, pero yo quería disfrutar cada segundo de esos momentos con Maria. Llegamos donde las familias y todos no paraban de decirle cosas bonitas a la niña, para mi era el placer de poder sentir sus latidos y su calor en mis brazos.

Llego el momento de separarla de mi y la enfermera me la pidió, a mi me caían las lagrimas de la emoción y Maria me respondió al separarse de mi con un llanto como queriendo decirme que ella tampoco deseaba que terminara ese momento.

Dark, a mí, que no tengo hijos y no he pasado por esa experiencia, realmente me ha conmovido tu relato. Nunca había escuchado o leído de labios de un padre la sensación de esa vivencia. Te felicito por ello.

Un abrazo,

Damablanca.

YO SOY MAMA DE DOS HIJOS.UN VARON Y UNA MUJER.CUANDO LO TUVE A MARTIN TENIA 21 ANHOS.EN ESA EPOCA ERA COMUN CASARSE JOVEN Y TENER HIJOS JOVENES.TODO EL EMBARAZO, FUE, DIRIA"UN PARTO" PORQUE YO NO SABIA QUE ESTANDO EMBARAZADA NO PODIA SACARME PLACAS RADIOGRAFICAS Y COMO POR ESE ENTONCES TUVE UN PROBLEMA DE APENDISIS ME SACARON UNA SERIADA.
CUANDO VOLVI AL MEDICO ME DIJO:_AY YOLANDA ,ESPERO QUE NO ESTES EMBARAZADA' POR QUE? PREGUNTE YO ,Y ME RESPONDIO"PORQUE PODES LLEGAR A TENER UN MOSNSTRUO.NO SE SI NO DEBERIAS PENSAR EN UN ABORTO".
YO QUE SIEMPRE FUI PARTIDARIA DE LA VIDA PENSE"DEBO SEGUIR ADELANTE" PERO LES PUEDO ASEGURAR NO FUE UN EMBARAZO FACIL,PENSABA EN LOS PROBLEMAS QUE PODRIA TENER MI HIJO SI ERA CON UNA CAPACIDAD DIFERENTE SOLO FISICA ,EN SU SUFRIMIENTO.PERO NO OBSTANTE SEGUI ADELANTE.
MARTIN FUE OCHOMESINO,NACIO CON 2.400KG,ME PRACTICARON UNA CESAREA Y HOY VA A CUMPLIR 35 ANHOS Y ES PIANISTA Y POETA.ES UN SER ADORABLE ,MUY SENSIBLE Y TALENTOSO.CREO QUE CUANDO UNO PRIORIZA LA VIDA ...EL PREMIO SE HACE REALIDAD.
UN ABRAZO
YOLANDA

Qué suerte, Yolanda, la verdad que te arriesgaste y fuíste afortunada, pero que esto no anime demasiado a aquellas mujeres que, sabiendo que van a tener un hijo que viene mal, y no se sabe hasta qué punto, no intenten evitar sufrimientos a un ser inocente. Depende del diagnóstico médico.
La ley contempla estos casos porque los padres no viven para siempre, normalmente mueren antes que sus hijos y si no hay mucho dinero,a estas criaturas no las quieren los familiares porque son un gran problema, con lo cual el futuro lo tienen mal.
Es un problema ético y cada cual lo puede resolver como quiera, aún a costa del sufrimiento del hijo.

Yolanda, felicidades por ese hijo, y como dice Manu, le echaste valor, yo no lo hubiese hecho. Un saludo guapa.

Bueno, en vista de que no somos muchos los padres que abundan en el foro, no dejaré este apartado sin contribuir en él contando lo que modestamente fue un parto más, pero en este caso era el mío. Me limito a copiar el post del otro foro que Ety recordó el otro día.

Ahí va...

Mirad, llevaba ya cumplida dos días, mi embarazo nunca me dió ninguna complicación, arreglé mi casa entera (haciendo de carpintera, fontanera, electricista, pintora) con un barrigón espantoso (cogí cerca de 25 kilos, que luego perdí sin problemas), esa noche sentí un apretón en el vientre, eran aproximadamente las 4 de la mañana, yo pensé que era simplemente un apretón, y como estaba dormida fui al baño sin reparar en que posiblemente el apretón se llamaba Rosita, se me pasó, me acosté, a los pocos minutos sentí otro, e hice la misma operación, pero esta vez mientras me dirigía al baño pensé..."oye, que esto puede ser...", esperé mirando el reloj y a los tres minutos vino el tercero, desperté a Manolo que, dormido, me contestó "no hay que apurarse hasta que den cada 5 minutos", "me están dando cada tres" -le contesté. Saltó de la cama como un lince "¡vámonos!", pero aquello no era tan fácil, los dolores me hacían pararme cada pocos minutos... recuerdo que hasta recogí una meadita que a uno de mis gatos le había dado por echar en la entrada, parece que presintiendo lo que se avecinaba... Esa noche llovía... Manolo quiso dejarme esperando en el portal mientras se dirigía a por el coche, pero yo sabía que esta se presentaba en cualquier momento y preferí mojarme, la lluvia me sentó de maravilla. Ya en el coche, volvió otro dolor y a la entrada de las urgencias me tuve que agarrar a un pivote de la calle y aguantar en cuclillas uno de los últimos estiramientos que ella realizó para salir. Mi cuñada es matrona y mi hermano ATS en el mismo hospital que su mujer, me propusioron en el embarazo que diese a luz allí, pero no quise ser una recomendada y preferí mi hospital, donde nadie me conocía, y mira por donde nada más reconocerme me dijeron "¿Eres hermana de Paco?" "Sí"... todos le conocían, había sido compañero de algunos y profesor del que me asistía. Me reconocieron y me dijeron que estaba dilatada de 5 centímetros y que el parto era inminente, debido a que nos encontrábamos en horas de la madrugada, a pesar de todo, me pasaron a una sala de dilatación (¿más dilatación? pensaba yo)... fue el peor momento, frente a mí había una mujer que no gesticulaba si quiera, mientras yo levantaba el colchón entero conmigo encima del dolor tan espantoso. De pronto una voz que me sonó a bendita me preguntó "¿Tienes ganas de empujar?" "Desde hace una hora", contesté. Las enfermeras empezaron a volar, me llevaron a carreras hasta la sala de parto. Se corrió la voz de que la hermana del Ranea estaba dando a luz y por allí pasó todo el hospital. En las clases de preparto nos dijeron que los padres entrarían a la sala de dilatación para acompañar a la madre, cuando a Manolo le pusieron la bata, las pantuflas y el gorro verde y lo acompañaron hasta donde yo estaba él creía que me iba a encontrar en una sala de espera, y cuando abrieron las puertas para que pasara me encontró directamente dando a luz. Miré hacia mi izquierda, donde una puerta se abría y ví en su cara la expresión más bella de sorpresa que he visto nunca, el atuendo era un desastre, los rizos de su pelo salían alrededor del gorro, que apenas le cubría la coronilla, la bata la traía atada del revés y los patucos de plástico le resbalaban... un poema. Rosita vino tan rápido al mundo que no me daba tiempo ni a respirar. La presencia de Manolo fue fundamental para recordarme las clases de expulsión a las que habíamos asistido. Yo no daba pie con bola, los dolores eran terribles, me partía en dos y no hubo tiempo de anestesia ni nada de nada, al grito de "¡empuja con la barriga!" de mi compañero, reuní las últimas fuerzas y agarrada al brazo de un ayudante, al que casi dejo manco, oí "Ya sale". Otro de los compañeros de mi hermano, sabedor de nuestra ideología política bromeó: "Uy, esta niña va a ser de derechas porque está saliendo con la manita derecha extendida"..."¡No por Dios!", le dije ya más tranquila... Rosita había salido al mundo como Supermán, la muy bruta me hizo dilatar el tamaño de su cabeza y encima de la mano. Eran las 6:25 de la madrugada, mi única preocupación era que todos se fueran a descansar y no haber causado demasiadas molestias. Me despedí agradecida y solicitándoles que desacansaran. Mi matrón me rellenó la cartilla de maternidad como marca el protocolo médico donde se especifica cómo ha transcurrido el alumbramiento de cara a posibles revisiones futuras. Cuando llegué a casa y me puse a leerla tranquilamente me brotaron dos lagrimones sobre la frase de mi asistente que decía "Parto ultrarápido. Ejemplar comportamiento de la paciente". Un beso a todas, madres físicas o espitituales .

Todas las narraciones de los partos son preciosas, espero que se anime alguien más.

Dark la tuya es muy emocionante, la de Yolanda conmueve por su valor porque realmente, aquí lo primero que sabe todo el mundo es que si estás embarazada no te pueden hacer radiografías porque pueden ser perjudiciales para el bebé.

En cuanto a la de Rosa, no era nueva, pero cuando la he leído me he emocionado es tan bonito como lo cuenta.

¡Gracias a todos!

Besos
Mª Dolores

Bueno, y ya que estamos, les cuento los míos...tengo 2 hijos: un varón - el primero - y una nena.

A Agustín lo tuve a los 21 años...la fecha de parto era el 11 de noviembre, y el crío se adelantó casi un mes (y menos mal, porque pesaba 3,710 kg!). El 15 de octubre me desperté temprano, tenía que ir a la facultad a dar un examen...hasta ese momento todo era igual que siempre...aunque ya estaba bastante pesada y semejante a un hipopótamo (engordé 17 kg.). Desayuné, y allá partí, tratando de repasar lo que había estudiado. Iba en el colectivo cuando de pronto me dio un dolor fuerte en la panza...pero no le di importancia, faltaba bastante así que pensé que serían los dolores típicos de las últimas semanas. Cuando llegué a la universidad, me reuní con mis amigas y les conté de mis "dolorcitos". Me gritaban espantadas: "Y qué hacés acá??? Anda a tu casa, metete en la cama, llamá al médico!". "Nooo! - decía yo- ni loca! , me falta un mes todavía...y no voy a estar un mes en cama...que no estoy enferma, estoy embarazada."
Cuando llegó la hora del examen las molestias eran más seguidas...tanto que creo que la profesora rezaba porque yo terminara mi examen y me fuera de una vez (tendría miedo tener que hacer de partera). Tanto que ni bien le di mi hoja de examen, la miró rapidísimo y me dijo. "Está aprobado, ahora andate a tu casa" .
Yo seguía tranquila, pensando que no era nada. Había organizado con mi mamá ir a almorzar con ella...así que allí fui, almorazmos juntas y cada vez los dolores eran más y más seguidos. A las 5 de la tarde empecé a pensar en llamar a la partera (tampoco podía estar así un mes más). Llamé a mi marido, controlamos juntos las contracciones y nos fuimos a la clínica. Le dije a mi mamá: "Te llamamos, pero quedate tranquila porque seguro que no nace hoy" (qué sabría yo?).
Llegué con 5 de dilatación, me internaron y comenzó el trabajo de parto...era obvio que nacería ese día. Le pedí a mi marido que llamara a mi mamá, que a esas alturas (ya eran las 9 de la noche) estaría caminando por las paredes sin recibir noticia alguna (esto fue hace casi 16 años, los teléfonos celulares no eran moneda tan corriente entre los argentinos y los teléfonos públicos brillaban por su ausencia...o no funcionaban). El teléfono de la clínica no recuerdo por qué no estaba disponible en ese momento, así que allá fue el hombre, a intentar comunicarle a su suegra que su nieto estaba por nacer. Volvió sin cumplir la misión: no había un solo teléfono público en varias cuadras a la redonda, y él. logicamente, retrocedió y volvió conmigo. Así que mi mamá seguiría caminando por las paredes durante varias horas más.
Luego de entrar a la sala de partos, hacer fuerza, pujar, intentar rotar al niño (que se había colocado mal), rogar que naciera de una vez y demás...Agustín salió con su bocota enorme llorando como un marrano, gordito y un poco colorado (porque él también tuvo que esforzarse) y haciéndome vivir uno de los momentos más intensos, felices e inolvidables de mi vida. Eran las 00:12 hs. del 16 de octubre de 1992...y a mi mamá la llamamos como a los 45 minutos, cuando ya estuve en la habitación. Demás está decir que a la pobre mujer ( y a mi papá que sufría al lado de ella) le volvió el alma al cuerpo. (ella había intentado ubicarnos en las dos posibles clínicas en las que yo iba a parir, pero preguntaba por mi apellido de casada...y yo había ingresado con el de soltera...)
Agustín fue el primer nieto y sobrino para las dos familias, así que imaginense: a la 1 y pico de la madrugada, yo en la habitación hecha un despojo, cansada, exhausta (pero feliz) y alrededor mío mi marido, mi mamá, mi papá, mi cuñado y mis suegros que "volaron" a la clínica cuando se enteraron. (los dejaron pasar unos minutos y ver al bebé en la nursery). Fueron momentos de absoluta felicidad.

Cuando nació Catalina (y se las hago corta para no aburrirlas tanto), la cosa fue diferente: necesitaba que alguien se quedara con Agustín, que tenía 1 año y 4 meses (siii! se llevan muy poquito tiempo...eran dos bebés juntos prácticamente). Estuve toda la noche sintiéndome mal, hasta que en un momento le dije a mi marido: "despertate, creo que nace hoy". Eran las 7 de la mañana...llamé a mis padres, que vinieran a quedarse con Agustín, y allá partimos: creí que la tenía en el auto. Mi mamá vino con nosotros a pedido mío (me daba cuenta de que quizás no llegaría a la clínica por los dolores tan fuertes y las contracciones tan seguidas).
Ïbamos en el auto mi marido manejando, mi mamá de acompañante y yo atrás, despatarrada y quejándome ante cada contracción. Mi pobre madre desesperaba: me decía "respirá profundo que ya se te pasa" - ¿qué se me va a pasar?, pensaba yo, que creía que tendría a la chica en plena 9 de Julio. Y ella también le decía a mi marido: "tocá la bocina que saco un pañuelo por la ventana así nos dejan pasar". Mi marido, que es agua de tanque le decía: "Noooo, quedate tranquila que llegamos bien"...y paraba en cada semáforo ...la 9 de Julio estaba desierta! eran las 7 y pico de la mañana del martes 1º de marzo de 1994. Y yo pensaba: estos dos son medio locos: una quiere tocar la bocina para que la deje pasar alguien que no está, y otro dice que llegamos bien cuando yo me estoy muriendo acá atrás y en cualquier momento hay un parto en el auto
Cuestión: llegué a la clínica a las 8 de la mañana con 10 de dilatación...me sentaron en una siila de ruedas , me llevaron a la sala de partos y Catalina nació a las 8:22 (un rayo!)...no estaba tan alejada de la verdad al pensar que la tendría en la calle. Mi médico no llegó a tiempo y mi partera tampoco. Mamá, esta vez, fue casi protagonista y no caminó por las paredes, aunque sus buenos nervios pasó igual.
Otra vez un momento inolvidable, felicísimo, intenso y abrumador. Recuerdo estar en esa sala de partos, con mi hija en brazos llorando de felicidad y siendo protagonista una vez más de la increíble y maravillosa experiencia de tener un hijo.

Besos a todas ( y perdón por tanta "lata")

Victoria, me lo has hecho vivir.

Es posible que las que no tenemos hijos nos hayamos perdido una experienca maravillosa.

Damablanca.

Son narraciones estupendas, y para las que no tuvimos hijos, resulta muy conmovedor escuchar la experiencia de cada una, así que por favor, sigan con este apartado, me emociona mucho leerlas.

Ety

BUENO, YO TAMBIÉN VOY A PASAR A CONTAR MI HEROSA EXPERIENCIA , DE SER ''MAMÄ''.
TENGO UN SOLO HIJO, SE LLAMA , MARTÍN DAVID, EN DOS MESES , CUMPLE 21 AÑOS.
MARTÍN ,NACÍO UN 9 DE AGOSTO DE 1987, LES CUENTO, QUE SE ADELANTÓ, TÉNÍA QUE VENIR FINES DE AGOSTO, PERO YA NO SE AGUANTABA ESTAR MAS TIEMPO, TUVE UN EMBARAZO , MUY LINDO, SIN PROBLEMAS, TRABAJÉ HASTA EL ÚLTIMO DÍA, RECUERDO , ERA UN SABADO , YO ME LEVANTÉ BIE, AUNQUE YA CON MOLESTIAS , Y CONTRACCIONES, PERO SEGUÍ PENSANDO, ERA NORMAL, TODAVÍA FALTA.....DESPUÉS DEL MEDIODÍA , YA TUVE QUE RECOSTARME , PORQUE NO ME SENTÍA MUY BIEN, YA LAS 4 O S DE LA TARDE , SE ME ROMPE LA BOLSA..... POR SUERTE ALBERTO ESTABA EN CASA, TOMÉ TODAS LAS PRECAUCIONES , QUE ME HABÍA DADO MI PARTERA,

, ALBERTO ES EL QUE IBA Y VENÍA, NO SABÍA PARA DÓNDE CORRER, Y BUENO TOMAMOS UN TAXI, EL SANATORIO ESTABA CERCA DE CASA, Y JUSTO UNAS CUADRAS ANTES DE LLEGAR , HABÍA COMO UNA MANIFESTACIÓN Y EL TAXI NO PODÍA AVANZAR, TUVIMOS QUE HACER EL ÚLTIMO TRAMO ,. CAMINANDO DESPACIO Y LLEGAMOS......APENAS ME VE UNA ENFERMERA, ME DICE MAMI, TRANQUILIZATE QUE TODO VA SALIR BIEN.....DESPUES DE UN RATO LLEGA MI MÉDICO CON LA PARTERA , ME REVISA, Y ME DICE HAY QUE ESPERAR MAMI......SE TIENE QUE DILAR Y SON UNAS HORAS, SE TE VA DARALGO , PARA QUE PUEDAS LLEGAR SIN PROBLEMA .
EL MÉDICO, ESA NOCHE TENÍA UN CASAMIENTO , DE UN SOBRINO, Y ME DIJO , CUANDO YA TODO ESTE PARA EL PARTO , ESTOY AQUÍ!!!!!



BUENO Y ASÍ PASARON UNAS LARGAS HORAS Y LAS CONTRACCIONES ERAN MAS SEGUIDAS, SE HICIERON CERCA DE LAS DOS DE LA MADRUGADA DEL DOMINGO 9 DE AGOSTO , ME VEO EN EL QUIRÓFANO , Y APARECE MI QUERIDO DR, MARGULIES , MI GINECÓLOGO, Y ME DICE, Y MONI, YA ESTAMOS , TRANQUILA , REALMENTE FUE UN ''HERMOSO PARTO'' COSTO UN POCO.....ALBERTO, NO PRESENCÍO EL PARTO, NO SE ANIMÓ, POBRE , ESTABA SOLO....NO QUERÍA MOLESTAR A NADIE, Y NACÍO MARTÍN, POR SUERTE TODO FUE BIEN.
ESTUVO UNOS DÍAS EN NEATOLOGÍA , POR UN PROBLEMITA, QUE SE SOLUCIONÓ MUY BIEN, Y EN CASA , YA EN UNA SEMANA , SE RECUPERÓ
Y ASÍ , PARA ADELANTE.
LES PUEDO CONTAR TAMBIÉN, QUE ME SIENTO ORGULLOSA DEL HIJO QUE TENGO, MUCHAS SABEN AQUÍ , QUE MARTÍN PARA MI ES TODOOOO
SOLO LE PIDO A DIOS , QUE NO CAMBIE, Y QUE PUEDA DECIR , COMO HASTA AHORA ''MI HIJO ES MI ORGULLO''.
LES ENVÍO A TODOS, UN FUERTE ABRAZO!!!
MÓNICA SILVIA, DESDE ISRAEL.

Preciosas historias de amor... es verdad, de amor puro y felicidad plena.
Yo tengo dos grandes amores, como ya saben muchas-os, dos hijas maravillosas que me sorprenden cada día con ilusiones y retos nuevos, Texeneri y Haridian, nombres heredados de los aborígenes que habitaban Canarias antes de la llegada española.

Yo siempre supe que querría ser madre algún día pero era tanto el miedo al parto y la ambición de vivir que lo retrasé a conciencia a pesar de casarme muy joven con 19 añitos. Siempre pensé "seré madre cuando llegue a los treinta, los veinte serán para mi", para estudiar, acabar la tesis, viajar un poco, vivir plenamente la juventud...

Pero el susto me lo llevé a los 27, cuando después de retirárseme el periodo casi dos años, un médico me dijo que era estéril y que sería muy difícil que alguna vez pudiera tener un hijo. Otro me había dicho que la amenorrea era normal en mujeres sujetas a stress o gran actividad física, como era mi caso, y que desde que bajara el ritmo todo se normalizaría, pero la palabra "estéril" y el miedo no se me borraban de la mente y me hicieron desear más si cabe, y contra toda mi trayectoria, el rito de ser madre.

Afortunadamente para mi, la vida le dio la razón al segundo doctor y justo al día siguiente de depositar mi tesis doctoral, acabada después de seis intensos años de sacrificios y duros esfuerzos, reapareció mi menstruación como por arte de magia. Nunca olvidaré la sensación de volver a sentir aquel conocido y entrañable olor a hierro mineral, y a sorprenderme experimentándolo como si fuera por primera vez. Aquella regla fue festejada por toda la familia pero al mes siguiente volvió a desaparecer y la preocupación retornó a nuestros corazones. La segunda falta me llevó a hacer un análisis rutinario para volver al médico a por más pruebas pero ya no hicieron falta. Jamás olvidaré tampoco el día en que fui a retirar el análisis y tuve que leer varias veces en la acera de la calle la palabra POSITIVO para poder creérmelo y sorprender a la gente que me miraba dar saltos de alegría, ¡¡¡en nueve meses sería madre!!! sencillamente me parecía increíble, demasiada felicidad junta tantos sueños realizados... Fue el embarazo más feliz de mi vida.

Al final, Texeneri se adelantó quince días, tres meses antes de cumplir mis treinta años. Yo había practicado mucha natación y el bebé tenía poco peso, de manera que el doctor me prescribió reposo, ¡¡reposo a mi!! jajaja, al segundo día de reposo, Texeneri se aburrió demasiado y decidió romper la bolsita para adelantarse y poder moverse por sí misma. Cuando miré la fecha, 16 de Marzo, y calculé que mi hija nacería un bendito 17 (mi número preferido) supe que todo iba a salir genial. Mi tranquilidad era pasmosa en medio de la alteración absoluta de mi familia cuando di la noticia. ¡Con decirles que mi padre quemó el claxon de camino al hospital (porque había cola) a pesar de que no me dolía nada !!

Mi marido llegó al poco rato del trabajo y nos dispusimos a esperar el parto, pero no dilataba y al final optaron por la cesárea para evitar infecciones y complicaciones. Como me habían puesto la epidural, apenas sentir ni un dolor, y pasé toda la noche leyendo el jueves y sus tiras cómicas que tanto me gustan, sacándonos fotos... es decir, todo lo contrario de como siempre lo había imaginado con tanta maldición bíblica de parir con dolor desde que tuve uso de razón y que llegaron hasta hacerme desear haber nacido varón cuando era niña... maldita iglesia católica!! (y que me perdonen los creyentes cristianos)... El caso es que, cuando me pasaron al quirófano, lloraba porque había soñado con parir tantas veces desde que supe de mi embarazo... y me daba tanta pena que al final Cele no pudiera presenciar el momento!! Pero desde que entré y vi todas aquellas personas pendientes sólo de mi y de mi hija (al menos 12) me cambió rápidamente el esquema y pensé, "vamos a terminar ya con esta historia cuanto antes, quiero ver YA a mi niña!!" Oí y noté cómo me cortaban y manipulaban tras el biombo sobre mi vientre, pero no sentía sino una excitación indescriptible y una preocupación tremenda por que mi bebé estuviese bien... en pocos minutos la sacaron y me la pusieron sobre el pecho tapadita, tan chiquitita pero tan perfecta (ni una hinchazón por no haber sufrido el parto), con los ojillos abiertos y tan guapa... que casi me quedé paralizada... Lo primero que atiné a hacer fue preguntar por dos veces, sin creerlo aun, si era normal. Y lloré de felicidad cuando me dijeron que sí, que era completamente normal y muy bonita y hasta al padre le dijeron, cuando salieron, "no tiene usted una niña, tiene usted una muñeca". Sí, preciosa de verdad, y toda la semana que estuve ingresada tras la cesárea no pude parar de mirarla... Me tenía hipnotizada, como abducida, detenida en sus manitas y sus pies tan diminutos, como de juguete, pero tiernos y vivos... La verdad es que siempre fue el bebé más feliz y sonriente que he conocido jamás, creció muy sana con sus masajes diarios y a los nueve meses ya caminaba!!

Su hermanita, Haridian, llegó en otro momento más duro del matrimonio, casi al final. De hecho cuando lo supe, y a pesar de que tenía claro que quería otra niña, mi reacción fue muy distinta. Me fui a la playa a llorar sola. Mi marido me había pedido que abortara y yo había decidido que iba a tenerla, que iba a darle una hermanita a Texeneri, que lo haría por ella y, en el fondo, por mi misma... El embarazo también fue muy distinto, casi todo el tiempo durmiendo y con una abulia impresionante... pero al final pudimos disfrutar de un hermoso parto compartido al que hasta incluso, por casualidad, pudo asistir mi madre. Todos lloramos de alegría cuando vimos aparecer el pelito negro de la menudita que aun no tenía nombre, indecisa entre varias opciones. Nunca olvidaré cómo fue justo en el momento en que la pusieron en mi regazo, toda hinchadita y dolorida de atravesar mi canal de parto, aquella hermosísima mañana de primavera de abril, cuando se me iluminó en la mente su nombre con una claridad casi obvia, ¡¡pero si ella es Haridian!!!

Sí, fue otro hermoso regalo de amor de la vida. La alegría de su hermanita y de todos nosotros. La temperamental, expresiva y despabilada Haridian la benjamina. Desde que nació todo lo contrario también que su hermana, a llorar y llorar, y siempre un bebé de "mala leche" pero afortunadamente pasó la fase dura y el otro día cumplió los cuatro añitos. Hoy día es igual de lista y simpática que Texeneri y muy muy cariñosa también. Simplemente las adoro, por lo que son, el proyecto precioso que supone volcar en ellas lo mejor de nosotros para que sean mejores, si es posible y ellas lo desean, y por todo lo que me han dado. Cambiaron mi vida y mi mente, me hicieron más generosa y solidaria, menos egocéntrica y mejor persona. Me dieron una de las grandes lecciones de la vida. Siempre pensé que, como mujer con ideas feministas, la maternidad sólo sería una faceta más de mi vida, que lo importante era mi carrera, mis estudios y profesión... Y, de repente, y después de escribir el dichoso libro y de plantar los árboles y de tantos viajes y experiencias para mi alucinantes... me sorprendo descubriendo que de las cosas de la vida que más satisfacción, orgullo y felicidad me causan, mis hijas son lo máximo ahora mismo, mi mismo centro, mi mayor obra de Amor.

Todavía no descarto volver a enamorarme y repetir esta hermosa experiencia con otro compañero que no la haya vivido. Justo después de dar a luz a Texe, pensé "¿sin un dolor de nada? ¡¡¡Yo quiero tres!!!" ¡Qué locura más linda! ¿verdad?

Sencillamente preciosísimo relato...me has hecho emocionar
Y claro que nuestros hijos nos convierten en mejores personas, nos cambian la vida absolutamente y una vez que llegan es simplemente imposible imaginarse la vida sin ellos. Sacan de nosotros lo mejor que tenemos y por ellos somos capaces de cualquier cosa.

Besos a todas!

Chicas, me encantaron sus relatos, maravillosos, me han emocionado y comparto cada palabra.

Pero esperen que tenga tiempo de escribir el mío ... no será ya, no será mañana .... ni tal vez la semana próxima, pero no dejaré de contarles mi experiencia!!!!!

besos
Cris

Nunca es tarde si la dicha es buena, Cris, y seguro que nos aguarda en la llema de tus dedos una linda historia... Un abrazo muy fuerte y hasta muy pronto, amiga.

Como no he tenido hijos, no me había predispuesto a escribir en este apartado, deseando leer las experiencias de las que habían sido madres.
Pero he leído un cuento de Grace (Cris) en el que uno de sus personajes aborda el tema y se me ha ocurrido, gracias al relato, contar mi experiencia en este asunto.

Debo decir, primero, que todas las experiencias, desde la primera a la última, me parecen maravillosas, una más entre las que nos toca vivir en este mundo (Hay muchos mundos, pero están en éste - Surrealistas-). Todas me han emocionado y me hubiera gustado estar cerca para vivirlo de alguna manera, pero nunca, nunca, aún estando al borde, se me ocurrió llevarlo a cabo. En ésto, tal vez juegan los miedos y las llamadas responsabilidades, a la par que pensar que, por una vez en la vida, una tiene derecho a decidir por su vida y la vida de los que vienen detrás.
Ya sé que el instinto es importante, para nosotros y para los animales, de ello se vale la naturaleza y la sociedad, pero asimismo pienso que la inteligencia debe jugar papel importante también en este asunto y en mi caso, aunque tuve que pensarlo mucho, mucho, decidí no tenerlos, siempre con el acuerdo de mis compañeros de vida ante mis (o sus) conversaciones con ellos al respecto.
Sería muy largo contaros todo, cómo pensaba educarlos, cómo los perseguiría para protegerlos, etc.,
aunque bien sé, por experiencias cercanas, que nunca se puede decidir sobre la vida de otros, aunque sean tus hijos, son hijos de la vida y tienen que seguir su propio camino con nuestra ayuda.
A pesar de todo ésto, a pesar de que una amiga psicoanalísta me insistía en que sería una buena madre, nunca me atreví y hoy por hoy no lo lamento, al contrario, me alegro.

Hablando con Lluna, hace poco, ella me comentaba que tenía (perdón LLuna por contar ésto) especial predilección por los niños, los ancianos y los animales. A mí me ocurre igual, un niño es sagrado, su infancia debería entrar en el grupo de lo realmente sagrado, intocable, pero desgraciadamente, no ocurre a veces y son maltratados, no alimentados, violentados y muchas más cosas. Así que en estos casos, mejor no fomentar la maternidad en personas que no están preparadas para ello.
Con los ancianos y los animales, me ocurre igual. En general con todo lo viviente en la naturaleza, ya sabeis mi adicción a estos temas.

No quiero cortar aquí estas estupendas formas de ser madres.
Expongo un poquito mi punto de vista y deseo a las mamás que lo disfruten y lo sufran lo menos posible porque el mundo que les estamos preparando no es nada fácil.

Manu, me gusta tu comentario porque tocas un punto que seguramente todas las que no fuimos madres consideramos y que se llama deseo.

Y aquí yo también podría contar muchas anécdotas, pero ya que se abrió el tema, quiero compartir con ustedes un pensamiento que en algún momento se volvió crucial y hasta obsesivo en mi vida.

Pertenzco a una generación en que ser madre soltera ya no es motivo de verguenzas, sin embargo, en mi país, pero especialmente en el medio en que yo me desenvolvía hace años, todavía existe cierta animadversión y mucha ambivalencia hacia las mujeres, que al no estar casadas deciden ser madres. Yo quise ser una de ellas, pero mi caso presentaba una situación muy peculiar, siempre tuve que hacerme cargo de "mi hija adoptiva" que era mi mamá, y fuera de ella no tenía una familia que me brindara más apoyo y me proporcionara una infraestructura fuerte. Así las cosas, tuve miedo, (no se si con razón o sin ella) de que si algo me sucediese a mí, no habría nadie cercano y afectuoso para hacerse cargo de la criatura.

Por otro lado también alcancé a vislumbrar que la idea de tener un hijo en mis condiciones, obedecía más a un deseo narcisista, tener una descendencia, que a una consideración hacia una nueva vida que no me pedía venir al mundo y a quien yo no podía prometerle muchas cosas. No hablo en el sentido material ni tampoco en el afectivo, pues se que por mi parte, cariño no le hubiera faltado, pero si me preocupó mucho la idea de que un hijo mío podría, desde su nacimiento, encontrarse demasiado solo y únicamente amparado por una madre que, tomando en cuenta la realidad, no sabía si podía cargar por sí misma esta responsabilidad.

Ety

Estoy completamente de acuerdo con ustedes.
Parafraseando al humorista canario, Manolo Vieira,
"como decían esos grandes filósofos españoles, Ortega y Gasset"...
nosotros somos nosotros y nuestras circunstancias.
Seguramente a mi en situaciones similares me hubiese surgido la misma clarividencia.
El instinto de la maternidad e nuestro caso, y creo que, precisamente, porque somos inteligentes, surge en el contexto adecuado, cuando se dan las condiciones... Yo misma experimenté un gran amor de dos años, tras el divorcio, y a pesar de mi deseo de tener una hija-o con mi nueva pareja, que tampoco tiene hijas-os, nunca di el paso por inseguridad, porque en el fondo sabía que habían problemas y que quizás no tendría apoyo en esa aventura vitalicia... Total, que creo que, al final, la hembra humana, la MUJER, es el animal que de verdad más se sale de la norma, de la regla natural puramente instintiva. De hecho es la única hembra que no experimenta periodo de celo y la que más libremente puede organizar su hermosa sexualidad... Así que, sinceramente, bravo por todas ellas, sean madres o no!! En el fondo, y como dice nuestro cantaautor preferido, creo que lo mejor es vivir para vivir... síiiiiiiiii!!! que "SÓLO VALE LA PENA VIVIR PARA VIVIR". Para mi, como para él, es bueno todo lo que aliente la vida, de una forma u otra. Por eso las quiero tanto!!!

Abrazos que nunca acaben

MANU ,ETY, SOLO DECIRLES , QUE SUS COMENTARIOS , SOBRE ÉSTE TEMA, ME HAN EMOCIONADO,
SOBRE TODO, POR LA SINCERIDAD EN SUS PALABRAS.
UN ABRAZO FUERTE, A LAS DOS!!!!
MÓNICA SILVIA, DESE ISRAEL.

También podría hablarse de otro tipo de maternidad: la espiritual (estuvimos comentando el tema Manu y yo). Me refiero a la creatividad, a los hijos del intelecto. Un libro, un cuadro, un disco, también suponen un periodo de gestación, un parto, a veces doloroso, si no físicamente sí en lo que supone poner en circulación una obra tuya en la que has puesto parte de ti misma con todos los miedos y esperanzas que supone. También estas criaturas nacen con la imagen y semejanza de sus progenitores, también están encaminados a fundirse con la vida, a mezclarse con los otros. El pintor que se separa de su obra, el escritor que deja su libro en manos de la editorial, el compositor o intérprete que pone su canción en oído y boca de terceras personas, todos son como padres que crían hijos para que vivan por sí mismos y dejan tras de sí una herencia, si no genética, sí espiritual. Una herencia que puede influir en otros. Es otra forma de maternidad/paternidad.

Un abrazo,

Damablanca.

Es cierto Dama y muy sabio, muchas personas han trascendido por su obra y no siempre por sus hijos.

Aunque supongo que deben ser experiencias diferentes, ambas son muy valoradas y nos permiten dejar alguna huella en este mundo.

Ety

Me encantaría contarles en detalle mis sensaciones cuando nació la niña que adorna ahora mi avatar.
Pero es bastante largo y complejo, me llevaría tiempo y no quiero contarlo a medias ni mal . Por eso en vez de dejarlo para dentro de mucho o nunca, he decidido copiarles hoy algo que escribí hace cuatro años y medio, cuando ella cumplió 18, y estaba transformándose de a poco en una “terrible” adolescente.
Besos a todos.

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Una historia más

Tengo ganas de contarle esta historia, justo ahora que quiere alejarse de mí. Si siguiéramos la lógica imperfecta de la razón, ella no la entendería en su totalidad, pero ya de sobra he aprendido a no ser tan necia y a creer en los motivos de la razón. Me dice que está harta de mí, que siempre la estoy molestando, siempre. Dejó de ser una hija cariñosa, de golpe no la reconozco, no puedo entrar en su pieza, no puedo decirle nada que inmediatamente hace lo contrario, no quiere estar conmigo como antes y eso me duele. La extraño, su enorme cariño y su tierna complicidad. ¡Quién hubiera dicho cuando nació que algo así podría suceder!

La historia que quiero contar es curiosa: cuando nació, en vez de festejarse la vida como hubiera correspondido con justicia, todo fue caos y llanto; es que la ignorancia y la estupidez humanas son infinitas. Algunos me dijeron que iba a ser como una planta ... que era mejor que muriera, por mi bien; en esos primeros días también llegaron a aconsejarme que la dejara morir, porque si no ella me iba a destruir. Hablé de estupidez, también puedo decir que sólo la locura, en su forma más siniestra y aberrante, puede sugerir siquiera al oído ideas semejantes. Otros me daban opiniones más sabias y generosas; aunque nunca menos que realistas, no podían decirme lo que yo quería escuchar: que era “normal”. Sólo después pude entender que quien cree poder definir el patrón de normalidad se engaña, que ésta siempre es fronteriza y ambigua si se la quiere apresar. Cuando al poco tiempo pude dejar de lado los prejuicios y el miedo y sentir el amor como debía ser, milagrosamente los límites de la normalidad se desdibujaron, el tema ya no fue relevante y pude verla a ella como realmente era: una maravilla que me regalaba la vida.

Antes, cuando supe que estaba embarazada e incluso sin saber cómo iba a ser la realidad, tuve miedo, de que un hijo me quitara mi libertad; no sabía que la verdadera libertad está en poder darse y que la felicidad viene de adentro y no de afuera. Todo tiene un porqué, es obvio que yo no era una madre muy normal y entonces vino ella y me enseñó a ser menos egoísta, para mi bien.

Es adorable, tan linda, por dentro y por fuera. Tiene la emoción y la alegría intensas, radiantes, una ternura pícara. Hay todo un mundo dentro de sus ojitos, que se abren fijo cuando intenta entender aquello que la intriga: el monumental misterio del mundo que lo es para todos, incluso para aquellos que creen tener cerebros normales. Ha sido infinito el conocimiento que me ha dado, la iluminación y la felicidad. Pero las palabras no sirven para decir lo que quiero, son inútiles pedacitos de cartón, grises y vacíos. Yo que amo las palabras como lo más bello que hay, debería saber encontrarlas para contar esta historia, pero me es imposible, y casualmente estas palabras que no puedo encontrar son las que, según algunos, ella tampoco podría entender. Pero se equivocan otra vez: la vida, la verdadera, tiene mil formas distintas de manifestarse, y gana siempre.

En estos dieciocho años compartió nuestra alegre bohemia, nos acompañó siempre a todas partes, viajó, conoció el mundo y nunca hubo padres más felices. Ahora, como corresponde, ya no quiere viajar, irse de vacaciones, ni siquiera salir los domingos con sus padres, se aburre, es una adolescente perfecta y yo siento una tristeza nostálgica pero feliz. Me trata mal y me exaspero, pero me callo y estoy contenta, lo entiendo y lo celebro, porque significa que es un paso más que está dando y que llegó al fin, como todo lo demás. Y que la verdadera vida no estuvo nunca ausente, como quisieron hacerme creer cuando nació.

Quisiera que pudiera irse, para hacer su experiencia vital sola, sería el último paso que tendría que dar y probablemente el más difícil, pero el que nadie podría negarle el derecho a intentar. Entonces ella finalmente entendería la historia que intento contarle, como es realmente: una más entre las miles de millones de historias que forman el círculo perfecto del dibujo del universo.

Cris, tu escrito es intenso, honesto, bello y conmovendor, como lo es tu relación con Carmencita

Ety

Me has emocionado tanto, amiga, con tus maravillosas palabras, tan poéticas y profundas, que no tengo ganas sino de llorar toda la mañana... La verdad es que, últimamente, tanta emotividad me tiene asustada, suponía que sería normal, pero después de "escucharte" ya, sinceramente, me da lo mismo. Un millón de gracias.
Que sepas que te quiere mucho
Gloria

Un abrazo gigante

Cris, dices no encontrar las palabras adecuadas y las has usado tan maravillosamente bien que ellas lo dicen casi todo, digo casi todo porque todo (ya sabemos) no se puede decir aunque se intente, algo queda perdido al pronunciarlas o al escribirlas.
Carmen, es una chica muy hermosa, recuerdo haber visto fotos hechas por su papá y si encima es hermosa por dentro, debe ser bonito vivir con ella.
Felicidades, mamá Cristina por haberla tenido y por haberla criado de forma tan bonita.

CRIS, YO TAMBIÉN DEBO FELICITATRTE, POR EL VALOS QUE HAS TENIDO EN CONTAR ESTA HISTORIA,ME EMOCIONADO MUCHO....
RECIBE UN FUERTE ABRAZO!!!
CON CARIÑO, MÓNICA SILVIA, DESDE ISRAEL.