Julio, un uruguayo en Madrid
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Julio, un uruguayo en Madrid
Julio toca desde hace 9 años canciones de Serrat, Sabina y Aute en el metro de Madrid
Este músico uruguayo era guitarrista profesional en su país y ahora se gana la vida en el suburbano madrileño
Está apostado en una de las esquinas más transitadas del intercambiador de metro y autobús de Avenida de América, en Madrid. Vive subterráneamente entre el ruido de los convoyes que van y que vienen, y miles de pasos rápidos y furiosos atraviesan cada día su escenario. Al otro lado, él detiene el tiempo. En su mirada verde no existen las prisas. Julio es uruguayo y cantante y buscavidas y desde hace 9 años esparce las notas de su guitarra por el aire viciado y cómplice del metro madrileño.
Su guitarra española silba ritmos brasileños y acordes templados y su voz homenajea a, entre otros, Luis Eduardo Aute, Joaquín Sabina o Joan Manuel Serrat, a quienes rinde una respetuosa devoción. Su idilio con las cinco cuerdas comenzó temprano, cuando a los 7 años pidió a los Reyes Magos un piano y éstos (que no podían permitirse tamaño gasto en el Uruguay de los años 70) le dejaron, por contra, una guitarra.
Durante más de 20 años estudió en su Uruguay natal con los mejores guitarristas del momento, discípulos del famoso Abel Carlevaro, como Esteban Klisich o Eduardo Fernández, mientras compaginaba su formación con trabajos profesionales como músico. En el año 1997 pisó España por primera vez cuando vino a tocar al IX Festival Internacional de Tango, celebrado en Granada, y se enamoró del país con locura. Supo que aquí quería vivir. Tras una breve vuelta a Uruguay, donde giró con el Teatro Abierto de Montevideo haciendo música para un espectáculo homenaje a Federico García Lorca, cruzó el charco de nuevo para afincarse en Madrid por tiempo ilimitado.
Sus primeros pasos en la capital no estuvieron en nada relacionados con la música. Aquí no le resultó tan fácil dedicarse profesionalmente a su pasión, así que entró como camarero a una cafetería, y más tarde se empleó de cocinero en un restaurante. Sabía cocinar porque cuando era joven su madre permaneció cinco años en cama a causa de una grave enfermedad y Julio se encargó entonces de atender a sus dos hermanos, haciéndoles también la comida. Por eso y porque en su concepción de ganarse la vida no cabe un ‘no’ por respuesta a ningún empleo digno. Cuando en el año 2001 llegó el recrudecimiento de la Ley de Extranjería, los dueños del restaurante para el que trabajaba despidieron a Julio por no tener los papeles en regla y él, lejos de abatirse, creyó que era un buen momento para volver a las cuerdas y empezó a tocar en el metro.
Al principio no le fue fácil actuar en tan peculiar escenario, pero con el paso del tiempo comenzó a apasionarle. Poco a poco fue encontrando aliados, gente que entre el trasiego diario frenaba su prisa por un momento y se quedaba a escucharle un minuto, dos, tres. Gente que le pedía alguna de las canciones que suele cantar como si de una gramola humana se tratara. Gente que le apoyaba y que le compró un disco de versiones que editó en un estudio profesional.
De los años transcurridos Julio atesora mil anécdotas. Entre las buenas, se cuenta la de un hombre que al escucharle cantar ‘Lucía’, de Joan Manuel Serrat, se emocionó y le dijo que llevaba mucho tiempo sin escuchar cantar aquella canción, ‘y cantarla tan bien’, y le agradeció su arte con 50 euros. O la de algunas madres, que al toparse con Julio por los pasillos del metro se le han acercado para pedirle que dé clases particulares de armonía a sus hijos. Su escaparate bajo tierra le ha proporcionado así una fuente de ingresos que le permite sobrevivir dignamente. Incluso llegó a obtener un trabajo de profesor de una asignatura optativa de música en el colegio Isabel La Católica de Madrid.
La cara amarga del oficio, por el contrario, la ponen aquellos que pasan por su lado sin reparar tan siquiera en que Julio, guitarra en bandolera, se pasa el día arañando el aire con sus notas. O aquellos que le insultan sin palabras. Hace poco, mientras él cantaba ‘Me va la vida en ello’, de Luis Eduardo Aute, un joven se molestó en reunir cinco monedas de un céntimo y arrojárselas con desdén a la funda abierta de su guitarra. Julio, con su carácter pacífico y un poco socarrón, le preguntó al chico si se había peleado con Aute. Y éste, que probablemente no entendió aquella ironía, se fue sin decir más.
Pero por lo general Julio se siente afortunado. Cada mañana acude temprano a un rincón diferente del suburbano, y se toma su rutina como un trabajo. Asegura que toca y canta con la misma pasión con la que lo haría si cobrara una entrada en un teatro. Para él la clave está en el respeto al público, y por eso viste siempre de una forma muy correcta: zapatillas, pantalones largos y camisa, pese a que haga calor. Y una boina virada que le protege de la suciedad del techo. También cambia de estación y de pasillos de cuando en cuando para que puedan conocerlo en más lugares. Y trata de inventarse y reinventarse porque cree que el trabajo de músico callejero no puede reducirse a cantar la misma canción una y otra vez.
Cuando llega la noche, Julio disfruta escuchando su voz rebotada por los pasillos de la estación. Tiene buena acústica, su sala de conciertos. Dice que piensa seguir tocando porque para él es una bellísima manera de ganarse la vida. Y no extraña Uruguay, porque ahora tiene dos casas: cada una a un lado del océano. Y una forma de vida que respira bajo el trajín de la ciudad.
Ety- Cantidad de envíos : 5484
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Fecha de inscripción : 18/02/2008
Re: Julio, un uruguayo en Madrid
¡Qué bonito artículo Ety! La historia de este uruguayo que como tantos emigraron, de hecho tengo una sobrina en Valencia que también se enamoró de ese país.
Ojalá que se abran las puertas de otros ámbitos para desarrollar su música y cumplir sus sueños. Mientras tanto disfruta del contacto con la gente y la experiencia que lo enriquece.
La formación que tiene habiendo estudiado con tan buenos maestros, es un mérito que seguramente lo podrán constatar los caminantes de Madrid.
Suerte para Julio!
Ojalá que se abran las puertas de otros ámbitos para desarrollar su música y cumplir sus sueños. Mientras tanto disfruta del contacto con la gente y la experiencia que lo enriquece.
La formación que tiene habiendo estudiado con tan buenos maestros, es un mérito que seguramente lo podrán constatar los caminantes de Madrid.
Suerte para Julio!
Rosario- Cantidad de envíos : 627
Edad : 73
Localización : Montevideo, Uruguay
Fecha de inscripción : 18/02/2008
Re: Julio, un uruguayo en Madrid
Ojalá la gente le de el valor que merece.
Por eso he colgado la noticia en el foro, para que quién lo lea en Madrid pueda ir a escucharlo y conocerlo.
Ety
Por eso he colgado la noticia en el foro, para que quién lo lea en Madrid pueda ir a escucharlo y conocerlo.
Ety
Ety- Cantidad de envíos : 5484
Localización : México, D.F.
Fecha de inscripción : 18/02/2008
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