¿Nos permiten pensar?

¿Nos permiten pensar? Hay que tener una lucidez extraordinaria para saber distinguir la paja del grano, especialmente cuando nos venden a diario vacuidad envuelta en papel de plata y con lazo.

Deberíamos guardar en el armario del la cocina una de aquellas viejas balanzas con dos platillos y ser capaces de colocar a un lado todo lo que nos parece importante y en el otro lo que realmente es importante. Ese trabajo sería muy difícil, al final, la balanza nos daría o no la razón.

El tiempo por ejemplo, nos dicen que el tiempo es oro. Mentira, el tiempo es mucho más valioso que el oro, el tiempo es vida. El tiempo nos ofrece la posibilidad de hacer aquello que debemos hacer. En este caso, sin ir más lejos, el tiempo me brinda un momento de descanso y un diálogo a través de esta pantallita. El tiempo es la materia con que confeccionamos lo que somos y lo que tenemos . ¿Y el oro? Es bonito, pero uno no es más feliz, ni mejor por el hecho de conseguir más o menos oro. Aunque el dinero tiene su importancia, es también una herramienta y nada fácil de manejar. Pero de eso hablamos otro día (si es que a alguien le interesa el tema, claro está).

Damablanca.

Es interesante lo que proponés, Dama. Yo creo que muchas veces no nos dejan pensar los medios de difusión, aquellas personas que se pasan el día enganchados a los canales de TV de noticias en donde pasan cada 15 minutos o menos la misma noticia, se trate del asalto a un banco, o un accidente de aviación, etc. No digo que no sea parte de la vida cotidiana estar informado, pero pareciera que se pierde el detalle de lo cotidiano, lo que tenemos más cerca, la casa, la familia, las plantas del jardín, la cortina que necesita reponerle un broche porque se descuelga...perdemos el tiempo queriendo saber que le pasa a los demás, al presidente de turno, al diputado y no nos fijamos en quienes están más cerca...Es una visión del tema, digo aturdirse con las noticias globales y perderse las más chiquitas, las cotidianas que para cada uno de nosotros debieran ser más importantes...

¡Y qué difícil resulta no dejarse llevar por la corriente!

Nos atacan por todos lados: radio, prensa, televisión. La opinión pública es cada vez más pública y se corresponde menos con la opinión privada que cada uno tendría si no le vendieran humo por las esquinas.

En fin, cosas...

Damablanca.