Mariano Rajoy: Investidura entre dificultades
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Mariano Rajoy: Investidura entre dificultades
LA DIFÍCIL INVESTIDURA DE MARIANO RAJOY
Publicado hoy en el diario español "La Vanguardia":
Rajoy va a la investidura con el puente del PSOE tambaleándose
Quinta ronda de consultas del Rey en un año, en busca de Gobierno. Y a la quinta parece que va la vencida. Mariano Rajoy se someterá a partir de esta tarde a la confianza de los diputados y todo indica que será elegido presidente el sábado por la tarde, gracias a la imprescindible abstención del PSOE, que llega desgarrado a los cien metros finales de la insólita aventura política española en tiempos de crisis. Muy desgarrado.
Habrá desobediencia en las filas socialistas. En estos momentos no es posible computar cuántos de los 85 diputados del PSOE votarán no a Rajoy. Pueden ser más de quince. No alterarán el resultado, pero avivarán el incendio en la casa socialista.
El debate empieza esta tarde a las seis. Dos serán los centros de atención principales: el discurso programático de Rajoy y la presencia de Pedro Sánchez en el hemiciclo después de tres semanas de ausencia, tras su dimisión como secretario general del PSOE el día 1 de octubre.
El discurso de Rajoy. Habrá que prestar atención a ese texto. El discurso del 30 de agosto era el de un candidato que sabía que iba a perder. El de hoy será el de un hombre que acaba de ganar la batalla política más difícil de su vida, después de perder 3,6 millones de votos y 63 diputados en diciembre del año pasado. Habrá que prestar especial atención a tres puntos: el modo en qué se dirige al PSOE, el tratamiento que reserva a Ciudadanos, partido que volverá a votar a su favor, en virtud del pacto alcanzado el pasado agosto, y el enfoque de la cuestión catalana. A finales de agosto, cuando sabía que iba a perder, Rajoy efectuó una gélida oferta de pacto al Partido Socialista, se mostró displicente con Ciudadanos, a quienes apenas agradeció el apoyo, y pronunció las palabras más duras que se le han oído en público sobre la cuestión de Catalunya. Era el discurso de un candidato que había aceptado el encargo del Rey de manera titubeante, consciente de que no podía volver a repetir el gesto de enero, cuando declinó la propuesta del jefe del Estado. Hoy es distinto. Hoy sale como ganador. Después de entrevistarse con el Rey, Rajoy anunció ayer al mediodía que acepta la propuesta “sin ningún género de reserva”.
Hoy el discurso del candidato debería ser distinto, pero el jefe de la derecha española adora la continuidad de sus gestos, de sus palabras y de sus silencios. “Voy a intentar que mi Gobierno dure cuatro años” , añadió ayer. El deseo de durar pide un discurso muy pactista.
El disputado voto de Pedro Sánchez. El ex secretario general del PSOE no ocupa su escaño desde que perdió el cargo hace veinticinco días. Hoy reaparecerá y tendrá una nube de periodistas a su alrededor. Sánchez votará no en el primer escrutinio (jueves por la tarde) al igual que todos los demás diputados socialistas, pues esta es la instrucción del partido. No en la primera votación, abstención en la segunda (sábado por la tarde).
A través de personas interpuesta, Sánchez hizo saber ayer que no piensa ausentarse de la segunda votación, lo cual puede interpretarse como una clara voluntad de votar no el sábado, junto con otros 14 diputados disi-dentes, entre ellos, los siete representantes del PSC. El consejo nacional de los socialistas catalanes ratificó ayer el no a Rajoy. 241 votos a favor de la negativa, una abstención, ningún voto contrario. El mensaje del PSC al PSOE es bastante claro: Miquel Iceta está arropado por su gente. El PSC más unido de la historia.
La presencia de Sánchez en el hemiciclo y un sonoro “¡no!” cuando la secretaria de la mesa le pida que exprese el voto, puede invitar a otros diputados socialistas a romper la disciplina. Este era anoche el temor de la comisión gestora. Los disidentes pueden ser más de quince. El grupo parlamentario socialista puede romperse de manera dramática en la votación del sábado, sin que surtan efecto las duras apelaciones a la disciplina efectuadas estos días desde Andalucía y Extremadura. La cultura política del PSOE meridional, basada en un fortísimo dominio del aparato sobre todo lo que se mueve, está encontrando fuertes resistencias. Esa cultura imperativa, basada en la vieja concepción del partido de masas con dirección granítica, se halla lejos de la mirada y el lenguaje de las jóvenes generaciones urbanas, acostumbradas a la discusión que no se acaba nunca en las redes sociales.
La militancia del PSOE está muy soliviantada. Una parte importante de los electores, también. Algunos están más irritados por las formas que por el fondo. Y Sánchez tiene un motivo adicional para levantar el estandarte de la disidencia en la decisiva votación del sábado. Josep Borrell, estrella ascendente del Partido Socialista a principios de los noventa, está dando señales de querer capitanear también el malestar de las bases. Sánchez no puede desdibujarse. Un hipotético tándem Sánchez-Borrell inquieta mucho a Susana Díaz. El incendio no está controlado. Después de entrevistarse con el Rey, el presidente de la gestora, Javier Fernández, moderó el tono respecto a los disidentes y evitó amenazarles con “acciones punitivas”. Horas antes, fuentes internas del partido amenazaban con expulsar a los díscolos y enviarlos al grupo mixto del Congreso.
El Rey cerró ayer al mediodía su quinta ronda de contactos en un año. Ha efectuado su trabajo sin poner en riesgo la neutralidad política de la jefatura del Estado. Ha tenido que sortear dos momentos difíciles –la renuncia de Rajoy en enero y la derrota del mismo Rajoy a principios de septiembre– sin un bloqueo irremediable. No se ha forzado la Constitución. Pero se ha hablado de la Constitución en las rondas. Felipe VI ha querido conocer la opinión de los dirigentes políticos sobre una posible reforma del texto constitucional.
Publicado hoy en el diario español "La Vanguardia":
Rajoy va a la investidura con el puente del PSOE tambaleándose
Quinta ronda de consultas del Rey en un año, en busca de Gobierno. Y a la quinta parece que va la vencida. Mariano Rajoy se someterá a partir de esta tarde a la confianza de los diputados y todo indica que será elegido presidente el sábado por la tarde, gracias a la imprescindible abstención del PSOE, que llega desgarrado a los cien metros finales de la insólita aventura política española en tiempos de crisis. Muy desgarrado.
Habrá desobediencia en las filas socialistas. En estos momentos no es posible computar cuántos de los 85 diputados del PSOE votarán no a Rajoy. Pueden ser más de quince. No alterarán el resultado, pero avivarán el incendio en la casa socialista.
El debate empieza esta tarde a las seis. Dos serán los centros de atención principales: el discurso programático de Rajoy y la presencia de Pedro Sánchez en el hemiciclo después de tres semanas de ausencia, tras su dimisión como secretario general del PSOE el día 1 de octubre.
El discurso de Rajoy. Habrá que prestar atención a ese texto. El discurso del 30 de agosto era el de un candidato que sabía que iba a perder. El de hoy será el de un hombre que acaba de ganar la batalla política más difícil de su vida, después de perder 3,6 millones de votos y 63 diputados en diciembre del año pasado. Habrá que prestar especial atención a tres puntos: el modo en qué se dirige al PSOE, el tratamiento que reserva a Ciudadanos, partido que volverá a votar a su favor, en virtud del pacto alcanzado el pasado agosto, y el enfoque de la cuestión catalana. A finales de agosto, cuando sabía que iba a perder, Rajoy efectuó una gélida oferta de pacto al Partido Socialista, se mostró displicente con Ciudadanos, a quienes apenas agradeció el apoyo, y pronunció las palabras más duras que se le han oído en público sobre la cuestión de Catalunya. Era el discurso de un candidato que había aceptado el encargo del Rey de manera titubeante, consciente de que no podía volver a repetir el gesto de enero, cuando declinó la propuesta del jefe del Estado. Hoy es distinto. Hoy sale como ganador. Después de entrevistarse con el Rey, Rajoy anunció ayer al mediodía que acepta la propuesta “sin ningún género de reserva”.
Hoy el discurso del candidato debería ser distinto, pero el jefe de la derecha española adora la continuidad de sus gestos, de sus palabras y de sus silencios. “Voy a intentar que mi Gobierno dure cuatro años” , añadió ayer. El deseo de durar pide un discurso muy pactista.
El disputado voto de Pedro Sánchez. El ex secretario general del PSOE no ocupa su escaño desde que perdió el cargo hace veinticinco días. Hoy reaparecerá y tendrá una nube de periodistas a su alrededor. Sánchez votará no en el primer escrutinio (jueves por la tarde) al igual que todos los demás diputados socialistas, pues esta es la instrucción del partido. No en la primera votación, abstención en la segunda (sábado por la tarde).
A través de personas interpuesta, Sánchez hizo saber ayer que no piensa ausentarse de la segunda votación, lo cual puede interpretarse como una clara voluntad de votar no el sábado, junto con otros 14 diputados disi-dentes, entre ellos, los siete representantes del PSC. El consejo nacional de los socialistas catalanes ratificó ayer el no a Rajoy. 241 votos a favor de la negativa, una abstención, ningún voto contrario. El mensaje del PSC al PSOE es bastante claro: Miquel Iceta está arropado por su gente. El PSC más unido de la historia.
La presencia de Sánchez en el hemiciclo y un sonoro “¡no!” cuando la secretaria de la mesa le pida que exprese el voto, puede invitar a otros diputados socialistas a romper la disciplina. Este era anoche el temor de la comisión gestora. Los disidentes pueden ser más de quince. El grupo parlamentario socialista puede romperse de manera dramática en la votación del sábado, sin que surtan efecto las duras apelaciones a la disciplina efectuadas estos días desde Andalucía y Extremadura. La cultura política del PSOE meridional, basada en un fortísimo dominio del aparato sobre todo lo que se mueve, está encontrando fuertes resistencias. Esa cultura imperativa, basada en la vieja concepción del partido de masas con dirección granítica, se halla lejos de la mirada y el lenguaje de las jóvenes generaciones urbanas, acostumbradas a la discusión que no se acaba nunca en las redes sociales.
La militancia del PSOE está muy soliviantada. Una parte importante de los electores, también. Algunos están más irritados por las formas que por el fondo. Y Sánchez tiene un motivo adicional para levantar el estandarte de la disidencia en la decisiva votación del sábado. Josep Borrell, estrella ascendente del Partido Socialista a principios de los noventa, está dando señales de querer capitanear también el malestar de las bases. Sánchez no puede desdibujarse. Un hipotético tándem Sánchez-Borrell inquieta mucho a Susana Díaz. El incendio no está controlado. Después de entrevistarse con el Rey, el presidente de la gestora, Javier Fernández, moderó el tono respecto a los disidentes y evitó amenazarles con “acciones punitivas”. Horas antes, fuentes internas del partido amenazaban con expulsar a los díscolos y enviarlos al grupo mixto del Congreso.
El Rey cerró ayer al mediodía su quinta ronda de contactos en un año. Ha efectuado su trabajo sin poner en riesgo la neutralidad política de la jefatura del Estado. Ha tenido que sortear dos momentos difíciles –la renuncia de Rajoy en enero y la derrota del mismo Rajoy a principios de septiembre– sin un bloqueo irremediable. No se ha forzado la Constitución. Pero se ha hablado de la Constitución en las rondas. Felipe VI ha querido conocer la opinión de los dirigentes políticos sobre una posible reforma del texto constitucional.
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Localización : España
Fecha de inscripción : 18/02/2008
RAJOY SERÁ PRESIDENTE EN MINORÍA
Publicado hoy en el diario español "El País"
Mariano Rajoy ha sido reelegido este sábado presidente del Gobierno con 170 votos a favor del PP, Ciudadanos y Coalición Canaria, la abstención de 68 diputados del PSOE y el no del resto de la Cámara (111), incluidos 15 socialistas que rompieron la disciplina de voto de su partido. Gobernará en minoría, con un Congreso en disposición de derogar su legado normativo y un PSOE dividido, pero ha logrado ser investido presidente. Y desde la tribuna advirtió de que no aceptará revisar lo que hizo durante los cuatro años en los que tuvo mayoría absoluta. Un año después de la convocatoria de las elecciones del 20 de diciembre, ni la izquierda ni los partidos nuevos han conseguido que Rajoy y el PP salgan de La Moncloa y la oposición está enfrentada ante una legislatura que arranca bronca.
El líder del PP ha resistido y ha ganado a todos los demás. Por eso sus diputados en pie le ovacionaron para reconocerle el éxito de ser elegido para un nuevo mandato como presidente del Gobierno, pese a estar en clara minoría en la Cámara.
“España necesita algo más que una simple investidura”, señaló Rajoy en la tribuna de oradores, transmutado de presidente dialogante, en la noche de los disfraces y en vísperas del día del difunto rodillo de la mayoría absoluta. Pero con la advertencia de que él será el presidente y tendrá la capacidad de disolver y convocar elecciones a partir de mayo si le hacen la vida imposible: "No pretendan imponerme lo que no puedo aceptar". Su objetivo, según explicó, es ampliar a la gestión del Gobierno y, especialmente a la aprobación de los Presupuestos, la votación que este sábado permitió su investidura. Es decir, que no aceptará "liquidar todas las reformas". No negociará la estabilidad presupuestaria, ni la unidad de España, ni "derribar lo construido".
Desde ahora empieza una nueva etapa política e institucional, en la que por primera vez uno de los dos grandes partidos que se han turnado en el poder en la España constitucional, PP y PSOE, facilita que gobierne el otro. Todo después de dos elecciones generales y el mayor periodo de inestabilidad e incertidumbre desde 1978.
Rajoy gana y la política española ha dado casi un giro de 360 grados. De Rajoy a Rajoy con la única diferencia de que antes gobernaba con una cómoda mayoría absoluta y ahora se enfrenta a un Parlamento fragmentado y sin mayoría claras que le respalden. Pero con los grupos de la oposición divididos y enfrentados entre sí como se apreció este sábado en el bronco pleno.
Al otro lado del hemiciclo, hay 85 diputados del PSOE en uno de sus peores momentos, tras pasar del "no es no" a la traumática abstención. La división se manifiesta en la votación con 69 abstenciones, 15 noes y la ausencia de quien defendió el rechazo al Gobierno de Mariano Rajoy y recién dimitido como secretario general del PSOE, Pedro Sánchez.
“Lo hacemos para que las elecciones no sigan deteriorándose, pero ni usted ni su proyecto cuentan con nuestra confianza, porque usted no es el presidente que España necesita”, dijo Antonio Hernando, portavoz del PSOE, para explicar la abstención de su grupo. “Usted está en clara minoría y bajo la estrecha vigilancia de este congreso. Nuestro propósito es vigilar cada paso que dé”, advirtió el socialista, con referencia expresa a la LOMCE y la exigencia de derogación.
El PSOE inicia el mandato así, dividido y en busca de líder y de resolver la relación del PSC, cuyos diputados se han desmarcado en bloque de la abstención. También escuchando en el hemiciclo reproches de portavoces de otros grupos de la izquierda por permitir el Gobierno de Rajoy.
“¿No les da vergüenza?”, les preguntó reiteradamente Gabriel Rufián, portavoz de ERC, desde la tribuna, entre aspavientos y protestas de diputados del PSOE.
Antonio Hernando intentó pedir la palabra para hacer frente a Rufián y defender a su partido y reivindicar su papel en la democracia. Logró el aplauso de los diputados del PSOE y, sorprendentemente, los del PP. Y los gestos de rechazo de los de Podemos.
El segundo mandato de Rajoy se inicia con el líder de Podemos, Pablo Iglesias, intentando encabezar la oposición y ocupar el hueco que le pueden haber dejado los socialistas. Y pendientes de lo que ocurre en la calle, este sábado en forma de manifestación de rechazo a la investidura. "Hay un nuevo país, una nueva España", proclamó Iglesias para explicar que empieza una nueva etapa política que terminará con su futura victoria electoral.
La izquierda está debilitada y enfrentada, tras ser incapaz de formar una mayoría alternativa.
La otra parte del hemiciclo la forman los diputados de Ciudadanos, los únicos que apoyan expresamente a Rajoy y que ahora han de hacer cumplir el acuerdo firmado en agosto con el PP. Albert Rivera proclamó "el orgullo de ser el único partido que ha hecho algo por este país". “Si usted cumple las exigencias de Ciudadanos no pasa nada, esto va a salir bien. Pero no puede hacer lo que ha hecho en los últimos cuatro años”, le dijo a Rajoy. Los dos nuevos partidos tienen una amplia representación, pero no han conseguido su propósito de sacar a Rajoy de La Moncloa.
Y el último bloque es el de los partidos nacionalistas, independentistas y soberanistas, frontalmente enfrentados al PP. De ellos solo el PNV presenta síntomas de ser susceptible de pactos con Rajoy durante la legislatura que ahora arranca.
“Su discurso ha sido el de no cederé. Es un error”, le reprochó Aitor Esteban, portavoz del PNV.
Mariano Rajoy ha sido reelegido este sábado presidente del Gobierno con 170 votos a favor del PP, Ciudadanos y Coalición Canaria, la abstención de 68 diputados del PSOE y el no del resto de la Cámara (111), incluidos 15 socialistas que rompieron la disciplina de voto de su partido. Gobernará en minoría, con un Congreso en disposición de derogar su legado normativo y un PSOE dividido, pero ha logrado ser investido presidente. Y desde la tribuna advirtió de que no aceptará revisar lo que hizo durante los cuatro años en los que tuvo mayoría absoluta. Un año después de la convocatoria de las elecciones del 20 de diciembre, ni la izquierda ni los partidos nuevos han conseguido que Rajoy y el PP salgan de La Moncloa y la oposición está enfrentada ante una legislatura que arranca bronca.
El líder del PP ha resistido y ha ganado a todos los demás. Por eso sus diputados en pie le ovacionaron para reconocerle el éxito de ser elegido para un nuevo mandato como presidente del Gobierno, pese a estar en clara minoría en la Cámara.
“España necesita algo más que una simple investidura”, señaló Rajoy en la tribuna de oradores, transmutado de presidente dialogante, en la noche de los disfraces y en vísperas del día del difunto rodillo de la mayoría absoluta. Pero con la advertencia de que él será el presidente y tendrá la capacidad de disolver y convocar elecciones a partir de mayo si le hacen la vida imposible: "No pretendan imponerme lo que no puedo aceptar". Su objetivo, según explicó, es ampliar a la gestión del Gobierno y, especialmente a la aprobación de los Presupuestos, la votación que este sábado permitió su investidura. Es decir, que no aceptará "liquidar todas las reformas". No negociará la estabilidad presupuestaria, ni la unidad de España, ni "derribar lo construido".
Desde ahora empieza una nueva etapa política e institucional, en la que por primera vez uno de los dos grandes partidos que se han turnado en el poder en la España constitucional, PP y PSOE, facilita que gobierne el otro. Todo después de dos elecciones generales y el mayor periodo de inestabilidad e incertidumbre desde 1978.
Rajoy gana y la política española ha dado casi un giro de 360 grados. De Rajoy a Rajoy con la única diferencia de que antes gobernaba con una cómoda mayoría absoluta y ahora se enfrenta a un Parlamento fragmentado y sin mayoría claras que le respalden. Pero con los grupos de la oposición divididos y enfrentados entre sí como se apreció este sábado en el bronco pleno.
Al otro lado del hemiciclo, hay 85 diputados del PSOE en uno de sus peores momentos, tras pasar del "no es no" a la traumática abstención. La división se manifiesta en la votación con 69 abstenciones, 15 noes y la ausencia de quien defendió el rechazo al Gobierno de Mariano Rajoy y recién dimitido como secretario general del PSOE, Pedro Sánchez.
“Lo hacemos para que las elecciones no sigan deteriorándose, pero ni usted ni su proyecto cuentan con nuestra confianza, porque usted no es el presidente que España necesita”, dijo Antonio Hernando, portavoz del PSOE, para explicar la abstención de su grupo. “Usted está en clara minoría y bajo la estrecha vigilancia de este congreso. Nuestro propósito es vigilar cada paso que dé”, advirtió el socialista, con referencia expresa a la LOMCE y la exigencia de derogación.
El PSOE inicia el mandato así, dividido y en busca de líder y de resolver la relación del PSC, cuyos diputados se han desmarcado en bloque de la abstención. También escuchando en el hemiciclo reproches de portavoces de otros grupos de la izquierda por permitir el Gobierno de Rajoy.
“¿No les da vergüenza?”, les preguntó reiteradamente Gabriel Rufián, portavoz de ERC, desde la tribuna, entre aspavientos y protestas de diputados del PSOE.
Antonio Hernando intentó pedir la palabra para hacer frente a Rufián y defender a su partido y reivindicar su papel en la democracia. Logró el aplauso de los diputados del PSOE y, sorprendentemente, los del PP. Y los gestos de rechazo de los de Podemos.
El segundo mandato de Rajoy se inicia con el líder de Podemos, Pablo Iglesias, intentando encabezar la oposición y ocupar el hueco que le pueden haber dejado los socialistas. Y pendientes de lo que ocurre en la calle, este sábado en forma de manifestación de rechazo a la investidura. "Hay un nuevo país, una nueva España", proclamó Iglesias para explicar que empieza una nueva etapa política que terminará con su futura victoria electoral.
La izquierda está debilitada y enfrentada, tras ser incapaz de formar una mayoría alternativa.
La otra parte del hemiciclo la forman los diputados de Ciudadanos, los únicos que apoyan expresamente a Rajoy y que ahora han de hacer cumplir el acuerdo firmado en agosto con el PP. Albert Rivera proclamó "el orgullo de ser el único partido que ha hecho algo por este país". “Si usted cumple las exigencias de Ciudadanos no pasa nada, esto va a salir bien. Pero no puede hacer lo que ha hecho en los últimos cuatro años”, le dijo a Rajoy. Los dos nuevos partidos tienen una amplia representación, pero no han conseguido su propósito de sacar a Rajoy de La Moncloa.
Y el último bloque es el de los partidos nacionalistas, independentistas y soberanistas, frontalmente enfrentados al PP. De ellos solo el PNV presenta síntomas de ser susceptible de pactos con Rajoy durante la legislatura que ahora arranca.
“Su discurso ha sido el de no cederé. Es un error”, le reprochó Aitor Esteban, portavoz del PNV.
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EL NUEVO GABINETE DE MARIANO RAJOY
Publicado en el diario "El País".
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha anunciado este jueves el nombre de los ministros que conforman su nuevo gabinete. El jefe del Ejecutivo ha dado a conocer su decisión tras reunirse con el Rey en el Palacio de la Zarzuela. Una cita que ha aprovechado para adelantarle la composición de su equipo. Estos son los elegidos:
Soraya Sáenz de Santamaría, vicepresidenta y ministra de la Presidencia y para las Administraciones Territoriales
Sáenz de Santamaría es a sus 45 años la mujer con más poder de España y una de las mujeres con más influencia política de Europa. Santamaría procede de una familia de clase media de Valladolid, de derechas, con una madre que le recomendó que si algún día se dedicaba a la política debía intentar parecerse a la polémica e histórica exalcaldesa de Valencia, Rita Barberá.
Juan Ignacio Zoido, ministro del Interior
Zoido accede a la cartera de Interior, tras perder la alcaldía de Sevilla en las pasadas elecciones municipales. Un pacto entre las fuerzas de izquierdas desbancó al dirigente popular, uno de los apoyos más importantes de Rajoy en Andalucía.
Luis de Guindos, ministro de Economía, Industria y Competitividad
Guindos (Madrid, 1960) repite en el ministerio, como era de esperar. Y de la mano de Juncker, por cierto, protagoniza una de las fotos de la legislatura pasada: el hoy jefe de la Comisión Europea agarra del cuello a un sorprendido ministro en plena negociación del rescate español.
María Dolores de Cospedal, ministra de Defensa
La número 1 en todas las quinielas sobre el Gobierno de Mariano Rajoy será finalmente ministra. Dolores de Cospedal (Madrid, 1965) fue presidenta de Castilla-La Mancha, viejo bastión socialista, entre 2011 y 2015, cuando ganó las elecciones pero perdió el Gobierno gracias a un pacto entre el PSOE y Podemos.
Fátima Báñez, ministra de Empleo y Seguridad Social
La reforma laboral de febrero de 2012 pasará a la historia como la más dura de una dilatada lista de reformas laborales que no dan con la tecla para acabar con la asignatura pendiente de la democracia: el paro. Y Fátima Báñez (San Juan del Puerto, Huelva, 1967) lo hará como la ministra que la puso en marcha.
Íñigo Méndez de Vigo, ministro de Educación, Cultura y Deporte
Íñigo Méndez de Vigo (Tetuán, 1956) lleva un año y medio de sorpresa en sorpresa. Tras más de media vida dedicado a asuntos europeos, recibió la llamada de Mariano Rajoy en junio de 2015 para sustituir al ministro más odiado, José Ignacio Wert.
Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda y Función Pública
Cristóbal Montoro (Jaén, 1950) es el ministro de Hacienda que más tiempo ha estado en el cargo. Ha ocupado la cartera en dos etapas: la primera, con José María Aznar entre 2000 y 2004; y la segunda con Mariano Rajoy, desde 2011.
Isabel García Tejerina, ministra de Agricultura, Pesca y Alimentación y Medio Ambiente
Ingeniera agrónomo y licenciada en Derecho, Isabel García Tejerina ha desarrollado prácticamente toda su actividad profesional en el seno del Ministerio de Agricultura, primero como asesora de Loyola de Palacio y de Jesús Posada y, entre 2000 y 2004 y de 2012 a 2014 como secretaria general de Agricultura con Miguel Arias Cañete como ministro.
Rafael Catalá, ministro de Justicia
Rafael Catalá Polo (Madrid, 21 de junio de 1961) reúne requisitos suficientes para estar en el nuevo Gobierno porque ha trabajado con Mariano Rajoy, con Soraya Sáenz de Santamaría, con Ana Pastor y hasta con José María Aznar. Es decir, es persona de confianza de prácticamente todos los sectores con poder en el PP.
Alfonso Dastis, ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación
Licenciado en Derecho, ingresó en 1983 en la carrera diplomática En 2004 fue nombrado embajador de España en los Países Bajos y hasta diciembre de 2011 era coordinador COREPER en la Representación Permanente ante la Unión Europea en Bruselas. Desde el 31 de diciembre de 2011 ostenta el cargo de Representante Permanente de España ante la Unión Europea.
Íñigo de la Serna, ministro de Fomento
Nacido el 10 de enero de 1971 en Bilbao, en el año 2007 fue elegido alcalde de Santander, cargo que aún desempeñaba. Es uno de los valores del PP a quien se otorgaba mayor proyección política en los últimos años. Ha sido uno de los pocos regidores conservadores de capital de provincia, junto con el de Málaga, que sobrevivió a la sacudida electoral de las municipales de mayo de 2015.
Álvaro Nadal, ministro de Energía, Turismo Y Agenda Digital
Hasta ahora jefe de la Oficina Económica del Gobierno, asume el ministerio de nueva creación. Esta cartera antes se incluía junto a la de Industria. Su carrera discurre en paralelo a la de su hermano gemelo Alberto, que precisamente ha ocupado el cargo de secretario de Estado de Energía en el anterior Gobierno.
Dolors Montserrat, ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad
Portavoz adjunta del PP en el Congreso y vicesecretaria de Organización de los populares en Cataluña. Nacida en 1973 en Sant Sadurní D'Anoia (Barcelona), la electa ministra de Sanidad es la cuota catalana del nuevo Gobierno de Mariano Rajoy.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha anunciado este jueves el nombre de los ministros que conforman su nuevo gabinete. El jefe del Ejecutivo ha dado a conocer su decisión tras reunirse con el Rey en el Palacio de la Zarzuela. Una cita que ha aprovechado para adelantarle la composición de su equipo. Estos son los elegidos:
Soraya Sáenz de Santamaría, vicepresidenta y ministra de la Presidencia y para las Administraciones Territoriales
Sáenz de Santamaría es a sus 45 años la mujer con más poder de España y una de las mujeres con más influencia política de Europa. Santamaría procede de una familia de clase media de Valladolid, de derechas, con una madre que le recomendó que si algún día se dedicaba a la política debía intentar parecerse a la polémica e histórica exalcaldesa de Valencia, Rita Barberá.
Juan Ignacio Zoido, ministro del Interior
Zoido accede a la cartera de Interior, tras perder la alcaldía de Sevilla en las pasadas elecciones municipales. Un pacto entre las fuerzas de izquierdas desbancó al dirigente popular, uno de los apoyos más importantes de Rajoy en Andalucía.
Luis de Guindos, ministro de Economía, Industria y Competitividad
Guindos (Madrid, 1960) repite en el ministerio, como era de esperar. Y de la mano de Juncker, por cierto, protagoniza una de las fotos de la legislatura pasada: el hoy jefe de la Comisión Europea agarra del cuello a un sorprendido ministro en plena negociación del rescate español.
María Dolores de Cospedal, ministra de Defensa
La número 1 en todas las quinielas sobre el Gobierno de Mariano Rajoy será finalmente ministra. Dolores de Cospedal (Madrid, 1965) fue presidenta de Castilla-La Mancha, viejo bastión socialista, entre 2011 y 2015, cuando ganó las elecciones pero perdió el Gobierno gracias a un pacto entre el PSOE y Podemos.
Fátima Báñez, ministra de Empleo y Seguridad Social
La reforma laboral de febrero de 2012 pasará a la historia como la más dura de una dilatada lista de reformas laborales que no dan con la tecla para acabar con la asignatura pendiente de la democracia: el paro. Y Fátima Báñez (San Juan del Puerto, Huelva, 1967) lo hará como la ministra que la puso en marcha.
Íñigo Méndez de Vigo, ministro de Educación, Cultura y Deporte
Íñigo Méndez de Vigo (Tetuán, 1956) lleva un año y medio de sorpresa en sorpresa. Tras más de media vida dedicado a asuntos europeos, recibió la llamada de Mariano Rajoy en junio de 2015 para sustituir al ministro más odiado, José Ignacio Wert.
Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda y Función Pública
Cristóbal Montoro (Jaén, 1950) es el ministro de Hacienda que más tiempo ha estado en el cargo. Ha ocupado la cartera en dos etapas: la primera, con José María Aznar entre 2000 y 2004; y la segunda con Mariano Rajoy, desde 2011.
Isabel García Tejerina, ministra de Agricultura, Pesca y Alimentación y Medio Ambiente
Ingeniera agrónomo y licenciada en Derecho, Isabel García Tejerina ha desarrollado prácticamente toda su actividad profesional en el seno del Ministerio de Agricultura, primero como asesora de Loyola de Palacio y de Jesús Posada y, entre 2000 y 2004 y de 2012 a 2014 como secretaria general de Agricultura con Miguel Arias Cañete como ministro.
Rafael Catalá, ministro de Justicia
Rafael Catalá Polo (Madrid, 21 de junio de 1961) reúne requisitos suficientes para estar en el nuevo Gobierno porque ha trabajado con Mariano Rajoy, con Soraya Sáenz de Santamaría, con Ana Pastor y hasta con José María Aznar. Es decir, es persona de confianza de prácticamente todos los sectores con poder en el PP.
Alfonso Dastis, ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación
Licenciado en Derecho, ingresó en 1983 en la carrera diplomática En 2004 fue nombrado embajador de España en los Países Bajos y hasta diciembre de 2011 era coordinador COREPER en la Representación Permanente ante la Unión Europea en Bruselas. Desde el 31 de diciembre de 2011 ostenta el cargo de Representante Permanente de España ante la Unión Europea.
Íñigo de la Serna, ministro de Fomento
Nacido el 10 de enero de 1971 en Bilbao, en el año 2007 fue elegido alcalde de Santander, cargo que aún desempeñaba. Es uno de los valores del PP a quien se otorgaba mayor proyección política en los últimos años. Ha sido uno de los pocos regidores conservadores de capital de provincia, junto con el de Málaga, que sobrevivió a la sacudida electoral de las municipales de mayo de 2015.
Álvaro Nadal, ministro de Energía, Turismo Y Agenda Digital
Hasta ahora jefe de la Oficina Económica del Gobierno, asume el ministerio de nueva creación. Esta cartera antes se incluía junto a la de Industria. Su carrera discurre en paralelo a la de su hermano gemelo Alberto, que precisamente ha ocupado el cargo de secretario de Estado de Energía en el anterior Gobierno.
Dolors Montserrat, ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad
Portavoz adjunta del PP en el Congreso y vicesecretaria de Organización de los populares en Cataluña. Nacida en 1973 en Sant Sadurní D'Anoia (Barcelona), la electa ministra de Sanidad es la cuota catalana del nuevo Gobierno de Mariano Rajoy.
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