"La Pelea del Siglo"
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"La Pelea del Siglo"
"La Pelea del siglo"
La invitación me resultó llamativa. Dentro de un sobre sin marcas, una tarjeta que titulaba “LA PELEA DEL SIGLO”.
Más abajo, la aclaración: “LOS DOS PARTIDOS POLÍTICOS MAS IMPORTANTES DEL PAÍS EN LUCHA MORTAL”
A la izquierda, la fecha y el lugar del combate.
Llega el día. Hace frío en Buenos Aires. A tiempo, los espectadores llegan al Coliseo. Todos con la misma tarjeta en la mano. En fila y en silencio entramos al estadio.
Aún confundido por el anuncio, pero entusiasmado por la propuesta, me acomodo en la butaca. Realmente me gusta el boxeo.
Miro a mi alrededor, todo muy lujoso. Vestidos caros y señoritas igual. Nunca supe quién había organizado esto, pero había allí mucho dinero...
Distraído, no había reparado en los gladiadores, que ya estaban sobre el ring. Gigantes. Feroces. Desafiantes. Al fin, la campanilla avisó el inicio del combate.
El primer round – se sabe – es de estudio. Los gladiadores, simulaban bailar y no se agredían. Habría, pues, que esperar...Y no fue mucho, ya que el primer golpe surgió de repente. Una derecha formidable a la cabeza...
Sentí el fogonazo sobre la ceja. Quemante. Instintivamente me toqué con el dorso de la mano. Sangraba...
Un hilo escarlata bajaba por el costado, hasta la comisura. Aturdido, miré alrededor y vi mi cara reflejada en mil caras...
Arriba, en el ring, los boxeadores simulaban golpes. Los rostros limpios mentían fiereza...Abajo, en la platea, los rostros ensangrentados y macilentos, recibían todo el castigo.
Y mientras los supuestos enemigos seguían la parodia, frescos y divertidos. Los espectadores se retorcían sufriendo los golpes.
Mentira arriba. Castigo abajo.
Mi cerebro necesitaba un oxígeno que los pulmones no podían darle...En un momento de lucidez busqué la salida. A empujones logré alcanzarla. Cuando llegué al pasillo final, el locutor daba el extraño resultado de la “pelea”...
“Y el perdedor es...”
“...el Pueblo”, me dije, mientras saltaba a la calle.
Afuera, el frío viento invernal, me cortó la cara, reavivando las heridas. Levanté la solapa del saco y enfilé hacia el Bajo...
A lo lejos, las luces del Estadio, se iban apagando. Fin de la función.
La invitación me resultó llamativa. Dentro de un sobre sin marcas, una tarjeta que titulaba “LA PELEA DEL SIGLO”.
Más abajo, la aclaración: “LOS DOS PARTIDOS POLÍTICOS MAS IMPORTANTES DEL PAÍS EN LUCHA MORTAL”
A la izquierda, la fecha y el lugar del combate.
Llega el día. Hace frío en Buenos Aires. A tiempo, los espectadores llegan al Coliseo. Todos con la misma tarjeta en la mano. En fila y en silencio entramos al estadio.
Aún confundido por el anuncio, pero entusiasmado por la propuesta, me acomodo en la butaca. Realmente me gusta el boxeo.
Miro a mi alrededor, todo muy lujoso. Vestidos caros y señoritas igual. Nunca supe quién había organizado esto, pero había allí mucho dinero...
Distraído, no había reparado en los gladiadores, que ya estaban sobre el ring. Gigantes. Feroces. Desafiantes. Al fin, la campanilla avisó el inicio del combate.
El primer round – se sabe – es de estudio. Los gladiadores, simulaban bailar y no se agredían. Habría, pues, que esperar...Y no fue mucho, ya que el primer golpe surgió de repente. Una derecha formidable a la cabeza...
Sentí el fogonazo sobre la ceja. Quemante. Instintivamente me toqué con el dorso de la mano. Sangraba...
Un hilo escarlata bajaba por el costado, hasta la comisura. Aturdido, miré alrededor y vi mi cara reflejada en mil caras...
Arriba, en el ring, los boxeadores simulaban golpes. Los rostros limpios mentían fiereza...Abajo, en la platea, los rostros ensangrentados y macilentos, recibían todo el castigo.
Y mientras los supuestos enemigos seguían la parodia, frescos y divertidos. Los espectadores se retorcían sufriendo los golpes.
Mentira arriba. Castigo abajo.
Mi cerebro necesitaba un oxígeno que los pulmones no podían darle...En un momento de lucidez busqué la salida. A empujones logré alcanzarla. Cuando llegué al pasillo final, el locutor daba el extraño resultado de la “pelea”...
“Y el perdedor es...”
“...el Pueblo”, me dije, mientras saltaba a la calle.
Afuera, el frío viento invernal, me cortó la cara, reavivando las heridas. Levanté la solapa del saco y enfilé hacia el Bajo...
A lo lejos, las luces del Estadio, se iban apagando. Fin de la función.
anauel- Cantidad de envíos : 140
Edad : 67
Localización : argentina
Fecha de inscripción : 27/09/2013
Re: "La Pelea del Siglo"
Muy buen relato sí señor. Como decimos en España "lo has clavado".
Buena narración para guardarla en la carpeta. Cuidado, que nadie la lea. Puede alguien sentirse reflejado.
¡Saludos!
Damablanca.
Buena narración para guardarla en la carpeta. Cuidado, que nadie la lea. Puede alguien sentirse reflejado.
¡Saludos!
Damablanca.
Damablanca- Cantidad de envíos : 5190
Localización : España
Fecha de inscripción : 18/02/2008
Re: "La Pelea del Siglo"
Pues a quién le quepa el sayo, que se lo ponga!!!Damablanca escribió:Puede alguien sentirse reflejado
anauel- Cantidad de envíos : 140
Edad : 67
Localización : argentina
Fecha de inscripción : 27/09/2013
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