MARCHANDO UNA DE BRONCAS
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MARCHANDO UNA DE BRONCAS
Fui testigo de una escena, desgraciadamente, bastante corriente: una madre fuera de sí gritándole a su hijo, así, como si nadie la escuchara, como quien da buen ejemplo, como la cosa más normal del mundo, el grito, la bronca y el niño ni siquiera lloraba, supongo que el susto, el miedo o tal vez la costumbre, le empujaban a mirar a la madre de soslayo mientras abría los ojos de par en par hacia adentro, aprendiendo que la mejor forma de relacionarse o la más normal o la vía natural de encauzar hacia el exterior el descontento, es la bronca.
La miré. Lo siento, no pude evitarlo y después miré al niño con ternura e incluso compasión ¡pobre criatura!. No soporto la bronca, no aguanto esa violencia verbal, altisonante, agresiva, que propina puñetazos en el alma. Seguramente esa pobre mujer vive sumida en algún tipo de amargura. Tal vez la relación con su marido sea similar o tal vez fueron sus mayores quienes la enseñaron a actuar de esta forma. En cualquier caso y sin buscar culpables, ese descontrol, esa rabia, esa furia interior desbocada sobre los otros cuando algo sale diferente a lo que desean nuestras expectativas, me parece propia de una persona inmadura e irresponsable. Para casarse y para tener hijos deberíamos pasar todos por una prueba psicotécnica de aptitud, igual que para acceder a determinados puestos de trabajo.
Entretanto, la bronca. Como si no existieran el diálogo y las palabras pronunciadas con la entonación adecuada. Ya sabemos que a veces las cosas se tuercen, pero no tiene más razón quien grita más y la cólera infecta el entorno. También existe en este comportamiento un punto de soberbia y de egoísmo. Para ser amable, me parece a mí. hay que poseer un cierto grado de humildad, saber que los otros tienen sus razones, tan valiosas como las propias, entender que el mundo no es exclusivamente de uno mismo, sino que es un hábitat que compartimos con el resto de los seres vivos y sobre todo, que cada minuto de la vida de una persona es sagrado y no tenemos ningún derecho a romperlo, amargarlo y a destruir su equilibrio con una palabra desagradable pronunciada en mal tono.
Damablanca.
La miré. Lo siento, no pude evitarlo y después miré al niño con ternura e incluso compasión ¡pobre criatura!. No soporto la bronca, no aguanto esa violencia verbal, altisonante, agresiva, que propina puñetazos en el alma. Seguramente esa pobre mujer vive sumida en algún tipo de amargura. Tal vez la relación con su marido sea similar o tal vez fueron sus mayores quienes la enseñaron a actuar de esta forma. En cualquier caso y sin buscar culpables, ese descontrol, esa rabia, esa furia interior desbocada sobre los otros cuando algo sale diferente a lo que desean nuestras expectativas, me parece propia de una persona inmadura e irresponsable. Para casarse y para tener hijos deberíamos pasar todos por una prueba psicotécnica de aptitud, igual que para acceder a determinados puestos de trabajo.
Entretanto, la bronca. Como si no existieran el diálogo y las palabras pronunciadas con la entonación adecuada. Ya sabemos que a veces las cosas se tuercen, pero no tiene más razón quien grita más y la cólera infecta el entorno. También existe en este comportamiento un punto de soberbia y de egoísmo. Para ser amable, me parece a mí. hay que poseer un cierto grado de humildad, saber que los otros tienen sus razones, tan valiosas como las propias, entender que el mundo no es exclusivamente de uno mismo, sino que es un hábitat que compartimos con el resto de los seres vivos y sobre todo, que cada minuto de la vida de una persona es sagrado y no tenemos ningún derecho a romperlo, amargarlo y a destruir su equilibrio con una palabra desagradable pronunciada en mal tono.
Damablanca.
Damablanca- Cantidad de envíos : 5190
Localización : España
Fecha de inscripción : 18/02/2008
Re: MARCHANDO UNA DE BRONCAS
Lamentablemente son escenas cotidianas, madres que seguramente fueron maltratadas y repiten la historia con sus hijos.
Llevo muchísimos años trabajando con niños, jamás he visto que los regaños o los castigos ayuden. Lo úncio que logran es incrementar el temor de la criatura, y más adelante, lo llevan a repetir las mismas actitudes con los hijos propios.
Ojalá los padres pudieran entender que los niños obedecen cuando perciben que las normas de los padres están basadas en el amor que les tienen y en la protección que éstas les brindan. Las reglas no son para infundir miedos o rencores que más adelante pasan facturas.
Ety
Llevo muchísimos años trabajando con niños, jamás he visto que los regaños o los castigos ayuden. Lo úncio que logran es incrementar el temor de la criatura, y más adelante, lo llevan a repetir las mismas actitudes con los hijos propios.
Ojalá los padres pudieran entender que los niños obedecen cuando perciben que las normas de los padres están basadas en el amor que les tienen y en la protección que éstas les brindan. Las reglas no son para infundir miedos o rencores que más adelante pasan facturas.
Ety
Ety- Cantidad de envíos : 5484
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Fecha de inscripción : 18/02/2008
Re: MARCHANDO UNA DE BRONCAS
Ety, a veces pienso que para casarse o tener hijos, habría que pasar una prueba psicotécnica como la que se exige para determinados trabajos. Eso es utópico, por supuesto. El mundo es imperfecto, los humanos somos imperfectos y nadie está libre de cometer errores o de sufrir errores ajenos. Es una pena que la educación que se imparte no incluya asignaturas como "normas para llevar adelante una buena convivencia" o "cómo educar a los hijos".
Bss
Damablanca
Bss
Damablanca
Damablanca- Cantidad de envíos : 5190
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Fecha de inscripción : 18/02/2008
Re: MARCHANDO UNA DE BRONCAS
Dama, nadie estudió para ser madre y es válido cometer errores. Lo terrible es enfrentarse con padres que creen saberlo todo y rechazan cualquier intento de hacerles ver que están maltratando al niño. Con gente así, no hay manera de razonar.
Estas personas, son así en todas las áreas de su vida, y limitan mucho su crecimiento personal. "No hay peor sordo que el que no quiere oir".
Ety
Estas personas, son así en todas las áreas de su vida, y limitan mucho su crecimiento personal. "No hay peor sordo que el que no quiere oir".
Ety
Ety- Cantidad de envíos : 5484
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