Las buenas personas

Precisamente hoy ha salido a colación (al menos por mi parte, porque no lo había leído antes) el tema de las buenas personas, hablando sobre una historia que nos relató Marta. La generosidad por la generosidad, lo que en España, muchos llaman "hacer el primo", porque eso de la generosidad no tiene buena prensa en un mundo en el que parece que lo equilibrado y lo correcto es "ir a pillar" lo que se pueda, a quitarle el bocado de la boca al vecino, como los carroñeros frente a la presa. Esto es la jungla, amigos y quien no se comporta como depredador corre el peligro de ser depredado. Incluso parece estar bien visto lo de ser "espabilado", aunque el espabilamiento consiga en pisarle el callo al de al lado para ponerse por delante y ganarle la carrera.

Odio el concepto de "espabilado" tal como se utiliza. Me niego a comportarme como una fiera voraz en busca de alimento y mucho menos a hacer alarde de semejantes triunfos. "Y el que no roba es un gil" dice la conocida canción de "Cambalache" y es verdad que a quien se comporta honradamente le tachan de imbécil o poco menos . Hay muchas maneras de robar y no sólo se trata de adueñarse de lo cuantificable que no le corresponde a uno, sino que existen otras vías de robo más sutiles y más dolorosas. Robarle la tranquilidad al otro por un comportamiento egoísta, por ejemplo, o robarle el afecto a quien tienes al lado si tiene derecho a ese afecto y no se lo entregas por causa del mismo cochino egoísmo. Y también robarle el pan a otro, así de claro, para tener ración doble.

Es lamentable que las personas adultas no sean capaces de controlar su egoísmo. Me pregunto si en ello no hay una absoluta carencia de madurez o si es, sencillamente, la maldad, que parece filtrarse con facilidad en este hábitat que llamamos planeta Tierra. Lo peor de todo es la falta de humildad de quien, en vez de avergonzarse de un mal comportamiento, se jacta de ello e intenta humillar al otro por "ser demasiado bueno".

No puedo por menos de recordar el mito bíblico de Caín y Abel, que también surgió hace poco en este foro. Ahora el cainismo parece tener buena prensa o al menos buena práctica. Quien guarda lo mejor para sí mismo es el listo, el otro, el tonto. Pero pongamos las cosas en su lugar, por favor. Una cosa es ser listo o mejor dicho, "listillo" y otra muy diferente ser inteligente. La inteligencia contempla las cosas a largo plazo. La inteligencia sabe y reconoce que el bien es un camino más acertado que el mal, porque a la larga beneficia a todos.

Por eso me atrevo a declarar en este foro, haciendo uso de mi libertad de opinión, que los "listillos", los intrigantes, los que medran, los que a corto plazo se llevan "el gato al agua", son tontos de remate y merecen ser castigados con las orejas de burro, frente a un espejo, para que aprendan y para que vean el futuro que les espera. ¿Recuerdan aquello de: "Con la vara que mides, te medirán"? Tiempo al tiempo, porque se recoge aquello que se cosecha y nadie puede recolectar el bien si anda manejando el mal, ni puede recolectar amor quien siembra indiferencia y desapego, ni puede esperar lealtad quien siembra traición.

Que sean buenos, por su bien y el de todos.
Yo, al menos, voy a intentarlo.
Con mi mejor voluntad.

Damablanca.

A mis 40 y 10 la vida me ha enseñado que el tiempo pone a todo el mundo en su lugar.
Es cierto que a veces un poco tarde, pero lo pone.

Los que se disfrazan o interpretan un papel, tarde o temprano se les ve la "hilacha" como dicen al otro lado del charco.

Evidentemente todo el mundo no es malo o bueno al cien por cien, incluso los asesinos en serie tienen su coranzoncito, pero siempre es bueno saber quien es quien.

El error es siempre es perdonable, la premeditación no tanto.

Joan

He andado muchos caminos,
he abierto muchas veredas;
he navegado en cien mares,
y atracado en cien riberas.

En todas partes he visto
caravanas de tristeza,
soberbios y melancólicos
borrachos de sombra negra,

y pedantones al paño
que miran, callan, y piensan
que saben, porque no beben
el vino de las tabernas.

Mala gente que camina
y va apestando la tierra...

Y en todas partes he visto
gentes que danzan o juegan,
cuando pueden, y laboran
sus cuatro palmos de tierra.

Nunca, si llegan a un sitio,
preguntan a dónde llegan.
Cuando caminan, cabalgan
a lomos de mula vieja,

y no conocen la prisa
ni aun en los días de fiesta.
Donde hay vino, beben vino;
donde no hay vino, agua fresca.

Son buenas gentes que viven,
laboran, pasan y sueñan,
y en un día como tantos,
descansan bajo la tierra.

Antonio Machado-Poeta.

¡Que precioso poema, Ana Yajaira!
Don Antonio siempre será Don Antonio.

Un abrazo,
Damablanca.

Y lamentablemente siempre habrá gente que vaya apestando la tierra...

Ety