... con el corazón del mar

El oro blanco

El oro blanco es volátil, tiene vida propia, nocturna. De día, demasiado tierno y apetecible, se entierra en el lodo y de noche sale a brincar sobre el agua con los ojillos rojos, también saltones, como pequeños diablos picudos de las lagunas.

Al oro blanco se le siembra sobre tierras anegadas de río y luego se le ceba como a cualquier ganado industrial, con piensos que dejan en el agua un desagradable olor a choclo.

El oro blanco es muy sensible, a menudo se estresa, se enferma. Muchas veces se muere indefectiblemente y entonces todo su valor se pudre, saliendo por los grandes desagües que van a dar al Estero.

Algunas veces, sin embargo, aunque cada vez con más milagro pues cuando no es un Mitch cualquiera son unas crecidas, o cuando no es una enfermedad, o quién sabe qué envenenamiento masivo, es una hambruna de pienso que todo lo malogra, algunas veces, como si las oraciones de tantos cristianos al borde de la quiebra fuesen escuchadas o al menos así lo creen ellos cuando sucede, no pasa ningún desastre y el oro blanco cumple su ciclo creciendo hasta su máxima talla.

Entonces, en una marea nocturna adecuada, habitualmente antes de esas navidades occidentales que reciben el nacimiento de su pequeño dios con los precios más apetecibles del mercado, las compuertas se abren y el oro blanco siente una corriente irresistible en la pileta y se deja llevar dando ráfagas de saltos, vencido por la curiosidad o la inercia, hasta acabar en una bolsa de redes que lo aprisionan. En ese momento, una capa rala de hielo le caerá invariablemente por encima a causa de la cálida noche estrellada y así es como el oro blanco navegará en cayuco, por última vez entre los manglares, mucho antes que el sol amenazador aparezca sobre el horizonte, para llegar al rancho del acopio, donde manos de niñas trasnochadas le arrancan la cabeza hasta el amanecer por cinco pesos a la hora.

Cuando al fin nace el día, espléndido de verano, y el sol implacable inicia su rutinaria convocatoria de todas las moscas bajo las sombras, lo más blanco del oro blanco está listo para ser trasladado en bines, mareándose por caminos polvorientos hasta la maquila, donde otras legiones de mujeres de más edad, como hormiguitas obreras, trabajan de pie doce horas diarias, seis días a la semana durante toda la zafra si aguantan, por cien euros al mes. Sus manos ágiles lo empaquetan en bolsitas de una libra y le añaden la dosis justa de química extra, para que pueda seguir con buen aspecto el resto de su largo viaje hasta el viejo continente.

Allá, acá, es donde se culmina el proceso, donde se queda la mayor parte de la riqueza del oro blanco, el alimento incluído, el preciado sabor… Allá, acá, en todos lados, se vende y consume finalmente el oro blanco a verdadero precio de oro blanco, bajo el dibujo atractivo de un capitán pescador, que parece que acabara de llevarlo desde el mismo mar hasta la casa de la gente que lo compra, que ignora en su gran mayoría el tremendo trasiego, el gigantesco despojo.

Siete meses, o un año más tarde, en el verano de Valencia, el oro blanco se vuelve rosado en las paellas.


Y más abracitos que nunca se acaben

¡Precioso Aktea!

¿Por qué no lo publicas en algún periódico? Podrías poco a poco darte a conocer con estos escritos breves. Seguro que estarían encantados.

Abrazos,
Damablanca.

Gracias, Dama, este texto forma parte del ensayo poético-literario-filosófico-etnográfico-loquinario en el que estoy sumergida de último mi cabeza!! dentro de poco cuelgo otro trocito pero ahora quería dejarles unos versitos, para variar, de amor y que me brotaron justo hoy después de una larga sequía. Amor nuevo, vida nueva!



conquistada



Me descubriste a palabras,
para vestirme de versos,
abrigarme de abrazos...

Te entregaste,
sin condiciones,
para rendirme,
sin remedio,
desde mi propia y
clara victoria,
tan tuya...

Ahora te vas
pero ya sabes
que también
te quedas.






Abrazos que nunca se acaben

Vaya!! ¡Parece que nuestra Aketea está de nuevo enamorada y nos lo comunica con uno de sus bellos poemas!

Gracias Aktea y que el amor sólo provoque palabras hermosas.

Un abrazo,
Amparo.

El amor, el amor... que nunca falte!
Más madera...



Desespero hoy
por volver a presentirte,
prolongarme a través de tu puente,
recibirte por las plazas de mi sangre,
con tus manos moldeando el barro,
aferrándose a las dunas que te ofrezco,
y las mías tan inquietas,
entusiastas
como oscuros saltamontes clandestinos.



Versitos y abrazos que nunca acaben

Como siempre, Aktea, precioso poema, cargado de sentimiento.

Un abrazo y viva el amor.

Damablanca.

AUTUMN LEAVES
(in memoriam de mi amor)







Suena Autumn Leaves y es como si Joe Pass tocara para mi en esta noche, amigo, como si el mundo fuéramos sólo nosotros tres solos en este cuarto, su guitarra, él y yo, y sobre todo él y su lluvia de notas, trayendo tantos recuerdos desde algún lugar invisible pero muy adentro…

Autumn Leaves, qué apropiado, las hojas del otoño que se van cumpliendo, vencidas, y se desprenden dejando a los árboles desnudos, como exhaustos, el viento restañándoles la lluvia. Las hojas que ahora mismo están saltando al vacío por detrás del cristal, en mi propia calle, pero también por dentro, fluyendo su nostalgia como un río manso y ya sin peligro.

El tema se acaba sólo para empezar de nuevo, una y otra vez, también en mi casa, tócala de nuevo, viejo Joe, y youtube obedece sucediendo de nuevo el milagro de los fantasmas reproduciéndose, ráfagas caóticas de imágenes de otros lugares y de otros tiempos, ya perdidos, que se despliegan cada vez más borrosas en la memoria y en el corazón cicatrizante, cada vez más imaginarias… ¿qué camisa llevabas aquella última mañana? ¿de verdad me besaste? ¿cuál fue nuestro verdadero nombre?

Sólo quedan, apenas, algunos reflejos, unas flores detrás de los ventanales, un atardecer cayendo y la noche perfumándose de marihuana, unos poemas condensados en la pantalla, nuestras miradas fugaces reencontrándose. Era el tiempo de la admiración, de los proyectos comunes, de los días compartidos colaborando, rodando y moldeando las piedras pesadas, enhebrando los papeles de palabras bonitas, construyendo torres, jardines, canciones siempre nuevas que para ti quedaron, todo lo que ya no importa porque ahora sólo pasa el otoño, esta sucesión suya de hojas muertas que te condecora con mil medallas doradas y fútiles.

Autumn Leaves, tócala otra vez, maestro, y gracias por traérmela directo al alma, tan limpia. Gracias a ti no hay tristeza en esta hora, sino sólo una ternura inesperada que ya no oculto. Me traes lo más bello, la música, una frescura que acarició mi mano, una paz que compartí como mi espejo claro. Sentir mi propia plenitud fue el mejor premio, pero cómo culpar a los amores mediocres, amigo Joe, si apenas fueron víctimas de sus propias rémoras, y, sobre todo, cómo perdonarlos.

Si yo, acaso, te parezco ahora la más pobre sólo es porque también fui la más rica. Sólo yo sentí, en todo aquel tiempo, el pájaro del sueño completo anidando en mi mano, palpitando tibio como un bendito, y una luz que me traspasaba de dentro hacia fuera, un amor mío solo y alegre a borbotones, preñado de versos como puños.

Oyéndote ahora, maestro, la vida me recuerda a estas hojas bellas del otoño, momentos que se van deshojando hacia el pasado, como tus notas que el silencio aplaza, dejándonos a veces desnudos, pero siempre con lo mejor de nosotros mismos por dentro.





Abrazos que nunca se acaben

Aktea, no quisiera interrumpir la fascinación que me dejaste con tus palabras y la música pero no puedo dejar de agradecerte que vuelques aquí, con nosotros tu inspiración que tanto bien nos hace.
Rosario

Gracias Gloria por la canción y por tus palabras. Joe toca para tí, pero si me lo permites, toca un poco para todos nosotros que también necesitamos escucharlo a él mientras te leemos a tí.

Ety

Gracias, amigas, y es verdad, Ety, Joe tocó para todos, aunque anoche lo sentí tan cerca, como si estuviese justo a mi lado, escuchándome con su guitarra. De verdad que es un honor poder compartir con ustedes esos momentos tan especiales. Un millón de gracias por tanto!!!


Y muchos abracitos que no se acaben nunca

Aktea:

Ha sido todo regocijo y gozo el escuchar el tema de Joe Pass que nos has dejado,
pero mucho mejor ha sido acompañar ese sonido, con la descripción maravillosa que nos
dejas. gracias por compartir tanto y tanto con nosotros.

Besos,


Ana Yajaira

Maravilloso, Aktea.

Un fuerte abrazo,
Damablanca.

REMATE FINAL



Tanto proyecto,

tanto mimo
en cada pieza
pulida,

en cada piedrita
tallada,

tanta exclusiva

tantas flores,
tantos juegos
de luces
para atraer
tus ojos,

los maniquíes
tan correctos
en su escapa-rate,

tanto arte,
tanta espera,
tanto esperarte,

tanto sueño
de la lechera,

tan pendiente
la dependienta,

tantas atenciones
sin respuesta
amor-tizable,

tanta propaganda
tanta oferta,
tanta rebaja
hasta el límite

de la ruina,

de la rutina,

tanto trabajo
tan abajo,

que hasta
el entusiasmo
pasó de moda.

que ya sólo
queda liquidar

todos los saldos

para la nueva
temporada,

el remate final.

Aktea:

Excelentes versos "existencialistas", ese remate final se lo llevó todo.

Argumentando al respecto observo que todo final conlleva un comienzo,
es la ley de la vida, ya nos los dijo el poeta Machado "todo pasa y todo queda"
queda lo vivido, lo desgarrado, lo sentido, lo sublimado, queda, pero se sigue
el curso. Amanece de nuevo. Nuevos proyectos, mimos, ilusiones anidarán en
el alma, una "nueva temporada" empieza y así como los árboles dejan su
vestimenta en el otoño, un nuevo colorido los vestirá muy pronto, serán de
estreno, sus hojas brillarán refulgentes en primavera y otras historias, otros
sueños columpiarán sus ramas.

Que bueno es tenerte de vuelta con todas tus creaciones. Felicidades.

Ana Yajaira

Entonces habrá que esperar la nueva temporada tras el remate final.

Y si lo hacemos juntos será más apacible.

Gracias Gloria, también me pareció genial el remate.

Ety

¡Genial Aktea! La verdad es que cada día escribes mejor.

Un lujazo.

Damablanca.

Gracias, amigas, de corazón!!
Cómo siempre, el lujo es tener este espacio precioso, esta casita verde donde poder reencontrarnos y compartir la vida misma, la paz de la que habla Ety, los pedacitos del alma que ponemos en cada post, la belleza de tanto arte que anima la vida, tanta música, tantos libros, tantas noticias... Me siento muy afortunada de formar parte de esta gran familia y de sentir tanto tanto cariño, tanto impulso a seguir creciendo... un millón de gracias!!!!!

y, sí, muchos, muchos abracitos que nunca nunca se acaben

LO NORMAL...


A nadie
le extrañó
que en la
mañana
lluviosa
saliera
volando
aquella
mujer
detrás
de todos
sus pájaros.

¡Bellísimo Aktea!

¿Estás ahora publicando en algún sitio?

Bss
Damablanca.

Aktea, estoy realmente admirada de tus últimos poemas. Me gustan mucho y te agradezco que los compartas con nosotros.

Ety

Gracias, amigas, no se imaginan el ánimo que me dan con sus comentarios, este impulso a seguir escribiendo, como el milagro de sacar de donde no hay... Aquí va otro poema calentito... (publicado sólo en mi facebook de momento, buscar amigas por Gloria Cabrera ), espero que les guste...



REFLEJO...


Cómo persiste
este corazón
del mar
más vivo,

latiendo
infinito
de tanta
blandura,

bebiendo
de todas
las rosas
cuadradas,

de tus vientos,

blandiendo
la bandera
del agua
que ondea,

trasubiendo y
trabajando
por tu luna,

imantada,

nocturna
plata-
forma

de tu luz
solitaria
y densa,

reflejo
puro.


Pintura: Cassandra Fradera "Corazón del mar"








y más abracitos que nunca se acaben

Aktea, te agradezco infinito que elijas este foro para publicar tus joyas.

Y además, el cuadro, una preciosidad.

Abrazos,
Damablanca.

Felinos

Las noches más largas
se visten de gatos
buscando el calor
que esconde febrero,

un sigilo descalzo
por las callejuelas
empapadas de sombra,

trinchera de uñas,

sospechas de ciego,

boliches del miedo
que brilla invisible.

Yo voy entre ellos
y araño sus lomos,

les muerdo en el alma,

les saco los ojos

y salgo maullando.

Nos entre-tenemos
de esa manera.

¡Y casi siempre
nos llevamos tan bien!

Muy en el fondo...

nos reconocemos.




y más abrazos, que nunca acaben

¡Precioso!

Gracias, Aktea, un lujo.

Damablanca.

Como dijera el poeta...

poesía eres tú, Dama,

otro abrazo gigante para ti y que nunca nunca se acabe