Los artistas
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Damablanca- Cantidad de envíos : 5190
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Re: Los artistas
Todo pasa...quedan los artistas!!!
Enrique Pinti - Quedan los artistas (Salsa Criolla)
Enrique Pinti - Quedan los artistas (Salsa Criolla)
anauel- Cantidad de envíos : 140
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Re: Los artistas
Genial, anahuel. No conocía a este hombre, pero tiene toda la razón: quedan los artistas.
El otro día estuve en la ópera viendo "Los cuentos de Hoffman", de Jacques Hoffenbach. Luego leí las críticas. Otra historia, también. A los críticos convendría decirles eso de que "quedan los artistas", no ellos. Resulta que las críticas que leí eran totalmente distintas, eran visisones subjetivas de cada cual, como para fiarse, pensé. Incluso uno tachaba de "cursilísimos" los cuentos fantásticos de Hoffman que dan base a la ópera. Le debía parecer muy cursi la historia de una cortesana veneciana, compinchada con el diablo,que arrastraba a los hombres a lo más profundo de la pasión con el objeto de obtener de ellos su sombra y entregársela al maligno.
Y ya que viene a cuento el mundo del arte, la trama de la ópera se basa en unos relatos del E.T. Hoffman, un artista romántico que cuenta su historia a través de unas narraciones: Buscaba la felicidad a través del amor y cree haberlo encontrado en Stella, una soprano que según él reúne las características de sus tres amores. El primero fue Olympia. Era una muñeca, una autómata. Hoffman se enamora y sólo descubre la auténtica naturaleza de su amor cuando un enemigo de quien fabricó la muñeca, la rompe como venganza por el impago de una deuda. La segunda fue Antonia. Ella ha heredado la voz de su madre, pero también la maldición de que el canto le provocará la muerte. Hoffman le arranca la promesa de que no cantará, por amor a él, pero es en vano. Interviene el demonio bajo apariencia humana y le convence para que vuelva a cantar. Al final muere. Hoffman, desesperado por su mala suerte, cae en los brazos de una prostituta. Giulietta, una cortesana veneciana que le enamora con malas artes con el fin de conseguir el reflejo de Hoffman en el espejo y entregárselo al demonio, su socio y jefe. Al final tampoco Hoffman consigue el amor de Stella. Sólo le queda la musa, que le ha acompañado en todas sus cuitas disfrazada de mentor. El poeta, queda solo con la musa, es decir, con sus sueños y fantasías. Queda el artista. Historia lastimera, bastante realista pese a lo fantástico de los relatos. El artista muchas veces está condenado a la soledad por su propia naturaleza, difícil de compartir. Sin embargo, su obra sobrevive a todo, como bien indica Enrique Pinti.
¡Por siempre el arte!
Damablanca.
Canción de Olympia, la muñeca autómata de "Los cuentos de Hoffman".
El otro día estuve en la ópera viendo "Los cuentos de Hoffman", de Jacques Hoffenbach. Luego leí las críticas. Otra historia, también. A los críticos convendría decirles eso de que "quedan los artistas", no ellos. Resulta que las críticas que leí eran totalmente distintas, eran visisones subjetivas de cada cual, como para fiarse, pensé. Incluso uno tachaba de "cursilísimos" los cuentos fantásticos de Hoffman que dan base a la ópera. Le debía parecer muy cursi la historia de una cortesana veneciana, compinchada con el diablo,que arrastraba a los hombres a lo más profundo de la pasión con el objeto de obtener de ellos su sombra y entregársela al maligno.
Y ya que viene a cuento el mundo del arte, la trama de la ópera se basa en unos relatos del E.T. Hoffman, un artista romántico que cuenta su historia a través de unas narraciones: Buscaba la felicidad a través del amor y cree haberlo encontrado en Stella, una soprano que según él reúne las características de sus tres amores. El primero fue Olympia. Era una muñeca, una autómata. Hoffman se enamora y sólo descubre la auténtica naturaleza de su amor cuando un enemigo de quien fabricó la muñeca, la rompe como venganza por el impago de una deuda. La segunda fue Antonia. Ella ha heredado la voz de su madre, pero también la maldición de que el canto le provocará la muerte. Hoffman le arranca la promesa de que no cantará, por amor a él, pero es en vano. Interviene el demonio bajo apariencia humana y le convence para que vuelva a cantar. Al final muere. Hoffman, desesperado por su mala suerte, cae en los brazos de una prostituta. Giulietta, una cortesana veneciana que le enamora con malas artes con el fin de conseguir el reflejo de Hoffman en el espejo y entregárselo al demonio, su socio y jefe. Al final tampoco Hoffman consigue el amor de Stella. Sólo le queda la musa, que le ha acompañado en todas sus cuitas disfrazada de mentor. El poeta, queda solo con la musa, es decir, con sus sueños y fantasías. Queda el artista. Historia lastimera, bastante realista pese a lo fantástico de los relatos. El artista muchas veces está condenado a la soledad por su propia naturaleza, difícil de compartir. Sin embargo, su obra sobrevive a todo, como bien indica Enrique Pinti.
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Damablanca.
Canción de Olympia, la muñeca autómata de "Los cuentos de Hoffman".
Damablanca- Cantidad de envíos : 5190
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