Adobe y piedra

ADOBE  Y PIEDRA

Adobe y piedra lleva mi gente
Como una herida sobre la frente
Adobe y piedra
En sus canciones de amor y guerra.

Fue nuestro destino arrancarle el pan
A una tierra fría lejana del mar,
Un día a nuestros ojos los cubrió la sal,
La sal del olvido y a vagabundear
Por otros caminos sin luz, sin hogar.

Adobe y piedra lleva mi gente
Como une herida sobre la frente.

Y aunque no quieran
Se quedan solas
Casas viejas
De adobe y sombra
Con la agonía
Sobre el dintel
Como cipreses,
Mueren en pie
Cuando el otoño
Cubre con hojas
Su fría tez.

(Damablanca)


No es un poema, es la letra de una canción, que es un género diferente, aunque no es de los diferentes géneros de lo que quiero hablar, sino de la letra en sí misma. La escribí pensando en los pueblos  casi abandonados (si no del todo) que te encuentras por Castilla, pero es algo más, es el sentimiento de quien no tiene más remedio que abandonar el solar de sus antepasados, su niñez, sus recuerdos y sus afectos en aras de un futuro supuestamente mejor, un tema universal centrado en un punto geográfico determinado que se hermana con otros más grandes y distantes. Incluso vemos a diario cómo la gente se juega la vida por emigrar. En nuestra memoria la reciente tragedia sucedida en Lampedusa y tantas Lampedusas que desconocemos, gentes que quedaron sepultadas en el mar o el drama que hace días saltó a los periódicos: hombres, mujeres y niños muertos de hambre y sed en el desierto al averiarse los vehículos en los que viajaban y, como siempre, otras personas que sacan beneficio de la miseria y que ocultan el rostro ante la veracidad del drama. Te preguntas por qué razón suceden estas cosas, si no es viable que cada cual se mueva a voluntad o se quede a voluntad en su lugar de origen sin tener que romper con sus raíces y mucho menos jugarse el tipo. Nos queda mucho camino por delante en el planeta. Aún no hemos conseguido vencer el hambre ni la miseria ni la enfermedad, dantescos caballeros apocalípticos que corren a sus anchas en los espacios de determinados continentes en los que, curiosamente, hay recursos naturales de sobra.

Mucho nos queda todavía, pero mucho. Entretanto, aquí dejo la canción salpicada con imágenes de algunos viejos muros castellanos:




Damablanca.

Hermoso retrato. Pintura de pueblos que no conozco, pero que esta magia me permite saborear...

Perdón por mi ignorancia, soy nuevo por aquí. La exquisita cantante, Amparo García Otero es...

Soy yo, anahuel.

¡Saludos musicales!

Damablanca.

Gracias y perdón.

Gracias por su arte. ¡Qué hermosa canción! Cuando comienza, me evoca a Marina Rossell. No comparo, simplemente me trae ese recuerdo de dulzura, de tranquilidad.

Y  cuando sube  - la canción y la emoción - me acerca a Lucía Galán. Fuerza. La voz sostenida en su punto justo.

Y perdón, por el atrevimiento de saludar sus poemas con palabras imperfectamente enlazadas. Aunque ha sido con la mejor intención.

Es usted una gran artista y muy generosa

Saludos

Gracias por sus palabras anahuel y no han sido "palabras imperfectamente enlazadas", sino todo lo contrario.

Gracias también por estas magníficas colaboraciones.

¡Saludos!

Damablanca.