LA MÚSICA Y EL VIENTO
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LA MÚSICA Y EL VIENTO
LA MÚSICA Y EL VIENTO.
Andaba errante la música por esos caminos de Dios, buscando un lugar donde resguardarse de la noche. Encontró una pequeña caverna horadada en un promontorio, pero estaba habitada por alimañas que no le permitieron entrar. Entonces probó a encaramarse a la copa de un árbol, pero el árbol no quiso saber nada de músicas. Se acurrucó luego sobre unas piedras que parecían insensibles a su melodía y decidió que aquél sería el lugar adecuado.
Sin embargo, a punto estaba de quedarse dormida, cuando apareció el viento, quien se quedó contemplándola con cara de curiosidad. “¿No eres tú la musica?” Le espetó en la cara con un aliento helado. “Sí, respondió ella cubriéndose el rostro.” “¿Y qué haces por estos caminos, en vez de andar resguardada en palacios, teatros y salas de conciertos?” “Ya ves, amigo viento, corren malos tiempos para la lírica.”
Quedóse el viento callado y quieto durante unos instantes. Él había estado siempre secretamente enamorado de la música y verla así, tan desvalida, tan indefensa, le provocaba enojo y ternura al mismo tiempo. “Haremos un trato”, le dijo. “Te llevaré sobre mis hombros allá donde puedan reconocerte y acogerte como tú mereces.” La música movió la cabeza con aire dubitativo. “También mi hermana, la poesía, anda errante por esos mundos sin encontrar cobijo digno, somos un par de incomprendidas y suelen suplantarnos con máscaras de carnaval”. “No importa”, dijo el viento. “Con mi ayuda llegarás a todos los rincones adonde ahora se te cierran las puertas, nadie puede ponerle puertas al viento y si vienes conmigo, todos te escucharán, quieran o no”.
Parecióle buena idea a la música aliarse con el viento. A fin de cuentas, nada tenía que perder ni tampoco un lugar determinado adonde ir. Y así la música y el viento iniciaron un viaje eterno, recorrieron los cuatro puntos cardinales del orbe y la música llegó a todos los oídos y fue amada por todos. No así la poesía, quien herida por el desprecio, se refugió en una torre de cristal donde sólo quienes la conocen bien acuden a visitarla de cuando en cuando.
(Damablanca).
Andaba errante la música por esos caminos de Dios, buscando un lugar donde resguardarse de la noche. Encontró una pequeña caverna horadada en un promontorio, pero estaba habitada por alimañas que no le permitieron entrar. Entonces probó a encaramarse a la copa de un árbol, pero el árbol no quiso saber nada de músicas. Se acurrucó luego sobre unas piedras que parecían insensibles a su melodía y decidió que aquél sería el lugar adecuado.
Sin embargo, a punto estaba de quedarse dormida, cuando apareció el viento, quien se quedó contemplándola con cara de curiosidad. “¿No eres tú la musica?” Le espetó en la cara con un aliento helado. “Sí, respondió ella cubriéndose el rostro.” “¿Y qué haces por estos caminos, en vez de andar resguardada en palacios, teatros y salas de conciertos?” “Ya ves, amigo viento, corren malos tiempos para la lírica.”
Quedóse el viento callado y quieto durante unos instantes. Él había estado siempre secretamente enamorado de la música y verla así, tan desvalida, tan indefensa, le provocaba enojo y ternura al mismo tiempo. “Haremos un trato”, le dijo. “Te llevaré sobre mis hombros allá donde puedan reconocerte y acogerte como tú mereces.” La música movió la cabeza con aire dubitativo. “También mi hermana, la poesía, anda errante por esos mundos sin encontrar cobijo digno, somos un par de incomprendidas y suelen suplantarnos con máscaras de carnaval”. “No importa”, dijo el viento. “Con mi ayuda llegarás a todos los rincones adonde ahora se te cierran las puertas, nadie puede ponerle puertas al viento y si vienes conmigo, todos te escucharán, quieran o no”.
Parecióle buena idea a la música aliarse con el viento. A fin de cuentas, nada tenía que perder ni tampoco un lugar determinado adonde ir. Y así la música y el viento iniciaron un viaje eterno, recorrieron los cuatro puntos cardinales del orbe y la música llegó a todos los oídos y fue amada por todos. No así la poesía, quien herida por el desprecio, se refugió en una torre de cristal donde sólo quienes la conocen bien acuden a visitarla de cuando en cuando.
(Damablanca).
Damablanca- Cantidad de envíos : 5190
Localización : España
Fecha de inscripción : 18/02/2008
Re: LA MÚSICA Y EL VIENTO
Bella historia, la que cuentas, amiga.
Aunque me pones en una encrucijada. Como Caballero, debería acudir a la Torre de Cristal a rescatar a la poesía. Me ofrecería incluso a llevarla por todo el Mundo.
Pero temo que me rechace. Que prefiera la casi soledad, a la que ha decidido su destino. Quizás no desee exponerse. La poesía - lo sabes - es tímida.
¿Qué me aconsejas, Damablanca?
Aunque me pones en una encrucijada. Como Caballero, debería acudir a la Torre de Cristal a rescatar a la poesía. Me ofrecería incluso a llevarla por todo el Mundo.
Pero temo que me rechace. Que prefiera la casi soledad, a la que ha decidido su destino. Quizás no desee exponerse. La poesía - lo sabes - es tímida.
¿Qué me aconsejas, Damablanca?
anauel- Cantidad de envíos : 140
Edad : 67
Localización : argentina
Fecha de inscripción : 27/09/2013
Re: LA MÚSICA Y EL VIENTO
La poesía es tímida y discreta y sólo se amiga con los poetas. Si eres poeta, acude en su búsqueda.
¡Saludos!
Damablanca.
¡Saludos!
Damablanca.
Damablanca- Cantidad de envíos : 5190
Localización : España
Fecha de inscripción : 18/02/2008
Re: LA MÚSICA Y EL VIENTO
Damablanca:
Como Caballero soy experto, he participado en innumerables batallas y rescatado a bellas princesas.
Pero dices Poeta y vuelvo a dudar. Menuda tarea es rescatar a la Poesía. Son inútiles las filosas espadas y los caballos más veloces.
Se necesitan palabras que desconozco y sentimientos y silencios y un arte que no domino.
Seguramente aún no es mi tiempo...
Gracias, de todos modos.
Como Caballero soy experto, he participado en innumerables batallas y rescatado a bellas princesas.
Pero dices Poeta y vuelvo a dudar. Menuda tarea es rescatar a la Poesía. Son inútiles las filosas espadas y los caballos más veloces.
Se necesitan palabras que desconozco y sentimientos y silencios y un arte que no domino.
Seguramente aún no es mi tiempo...
Gracias, de todos modos.
anauel- Cantidad de envíos : 140
Edad : 67
Localización : argentina
Fecha de inscripción : 27/09/2013
Re: LA MÚSICA Y EL VIENTO
Pues verás anauel, yo creo que la poesía elige a sus caballeros y no a la inversa. La poesía es una forma de ver la vida, aunque quien la perciba no escriba ni un solo verso. Es algo con lo que se nace, una vibración interna especial, algo que apenas algunos han conseguido esbozar en explicaciones, como decía León Felipe:
Preceptiva poética
I
Poesía...,
tristeza honda y ambición del alma...
¡cuándo te darás a todos... a todos,
al príncipe y al paria,
a todos...
sin ritmo y sin palabras!...
II
Deshaced ese verso,
quitadle los caireles de la rima,
el metro, la cadencia
y hasta la idea misma...
Aventad las palabras...
y si después queda algo todavía,
eso será la poesía.
III
Más bajo, poetas, más bajo...
hablad más bajo
no gritéis tanto
no lloréis tan alto
si para quejaros
acercáis la bocina a vuestros labios,
parecerá vuestro llanto
como el de plañideras, mercenario.
IV
Y si el verso
poetas cortesanos
si el verso como el hombre
no fuese de cristal
sino de barro.
V
Poeta
ni de tu corazón,
ni de tu pensamiento,
ni del horno divino de Vulcano
han salido tus alas.
Entre todos los hombres las labraron
y entre todos los hombres en los huesos
de tus costillas las hincaron.
La mano más humilde
te ha clavado
un ensueño...
una pluma de amor en el costado.
(León Felipe)
Damablanca.
Preceptiva poética
I
Poesía...,
tristeza honda y ambición del alma...
¡cuándo te darás a todos... a todos,
al príncipe y al paria,
a todos...
sin ritmo y sin palabras!...
II
Deshaced ese verso,
quitadle los caireles de la rima,
el metro, la cadencia
y hasta la idea misma...
Aventad las palabras...
y si después queda algo todavía,
eso será la poesía.
III
Más bajo, poetas, más bajo...
hablad más bajo
no gritéis tanto
no lloréis tan alto
si para quejaros
acercáis la bocina a vuestros labios,
parecerá vuestro llanto
como el de plañideras, mercenario.
IV
Y si el verso
poetas cortesanos
si el verso como el hombre
no fuese de cristal
sino de barro.
V
Poeta
ni de tu corazón,
ni de tu pensamiento,
ni del horno divino de Vulcano
han salido tus alas.
Entre todos los hombres las labraron
y entre todos los hombres en los huesos
de tus costillas las hincaron.
La mano más humilde
te ha clavado
un ensueño...
una pluma de amor en el costado.
(León Felipe)
Damablanca.
Damablanca- Cantidad de envíos : 5190
Localización : España
Fecha de inscripción : 18/02/2008
Re: LA MÚSICA Y EL VIENTO
Pues me he decidido. Estoy en camino.
Desde aquí, apenas se percibe el humo de las fogatas de la aldea. Me espera una largo travesía, pero valdrá la pena.
Perdón, pero no me acompaña Don León Felipe, en esta ocasión. Desordenadamente guardé en las alforjas otros poemas.
Casi puedo recordarlos de memoria: "Nocturno". "Otoño". "Ve...". Y mi favorito "Adán y Eva". Quizás escriba algo durante el viaje.
Creo que convenceré a Poesía. Aunque es tan tímida...
Desde aquí, apenas se percibe el humo de las fogatas de la aldea. Me espera una largo travesía, pero valdrá la pena.
Perdón, pero no me acompaña Don León Felipe, en esta ocasión. Desordenadamente guardé en las alforjas otros poemas.
Casi puedo recordarlos de memoria: "Nocturno". "Otoño". "Ve...". Y mi favorito "Adán y Eva". Quizás escriba algo durante el viaje.
Creo que convenceré a Poesía. Aunque es tan tímida...
anauel- Cantidad de envíos : 140
Edad : 67
Localización : argentina
Fecha de inscripción : 27/09/2013
Re: LA MÚSICA Y EL VIENTO
Gracias por haber leído mis poemas, anauel.
¡Saludos!
Damablanca.
¡Saludos!
Damablanca.
Damablanca- Cantidad de envíos : 5190
Localización : España
Fecha de inscripción : 18/02/2008
Re: LA MÚSICA Y EL VIENTO
Gracias a ti, por compartirlos.
Fin de la Historia.
Fin de la Historia.
anauel- Cantidad de envíos : 140
Edad : 67
Localización : argentina
Fecha de inscripción : 27/09/2013
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