El llamado "día de la mujer trabajadora"

Mañana, 8 de marzo, se celebra el "día de la mujer trabajadora", que ya se conoce como "Día Internacional de la mujer".

Me van a perdonar si yo no celebro tal día. Tengo varias razones para no hacerlo: la primera, que la mujer ha trabajado toda la vida y encumbrar el término "mujer trabajadora" únicamente para describir a las que trabajan fuera de la familia, es decir a las que "ganan un sueldo", me parece inadecuado. La mujer siempre ha estado ahí, trabajando de manera incansable, en la casa, en su labor de madre y en los negocios familiares o en el trabajo vinculado al entorno rural. Decir "mujer trabajadora" es como si se pudiera distinguir entre este término y el de "mujer" a secas. Toda mujer y todo hombre son trabajadores, porque trabajan. ¿Qué hay mujeres de cierto status social que no han laborado en su vida? Se trata de casos muy especiales, como el del "señorito" viviendo de las rentas. Lo normal es lo otro.

Otra razón por la que no deseo verme inmersa en tal celebración es porque "el día de la mujer" no deja de resultar discriminatorio, puesto que nadie celebra el "día del hombre". Me dirán que la mujer es la que necesita de un empujón reivindicativo, que aún no cobra lo mismo que el hombre por el mismo trabajo etc. Vale, pero llevamos años con esta celebración y todavía no se ha conseguido la igualdad en los salarios, aunque esto tampoco es una "norma estricta". Hay mujeres que sí cobran lo mismo que sus compañeros masculinos. Así que la vía para la reivindicación salarial debería ser otra: sencillamente, si no te pagan lo suficiente para tu preparación, intentas buscar trabajo en otro sitio. Es lo que cualquier hombre haría. Si no puedes, la vía es la sindical. El sindicato es el organismo encargado de defender los derechos laborales de grupos afectados, en este caso, las mujeres que a igualdad de trabajo perciben menor salario.El principal problema femenino es precisamente ese "conformismo", que seguramente parte de una base escasa en autoestima. Por ahí hay que empezar, por la igualdad en la educación, porque la mujer se valore a sí misma y el hombre la vea, dentro del terreno laboral, como profesional digna de un reconocimiento y un sueldo según sus méritos. Y no nos olvidemos que la educación está más en manos de las mujeres que de los hombres. Conozco muchísimos casos de mujeres, incluso cultas, que aún educan dentro de conceptos discriminatorios. Curiosamente lo niegan, pero se percibe "desde fuera".

En todo caso, yo además de mujer y por encima de ello me considero "persona", en la misma medida en que lo es un hombre, con los mismos sentimientos, las mismas necesidades, los mismos intereses. Preferiría unirme a la celebración del día de los derechos humanos.

Hoy recibí un pps dedicado a la mujer en el que se daban algunos consejos: no ames a quien no te ama, no pierdas el tiempo con alguien que no tiene tiempo para ti, no te conviertas en esclava de nadie, no llores por alguien que no esté dispuesto a hacerte reír etc. Totalmente de acuerdo, sin embargo todo esto también puede ser aplicable a un hombre. ¿Cuál es la diferencia? Ellos no necesitan de tales consejos porque saben obrar en consonancia con la lógica: ni aman a quien no les ama ni pierden el tiempo con quien no les hace caso. De nuevo la autoestima, fruto de la educación. De nuevo la educación, como base fundamental de todo. Incluso la "autoeducación" porque todas en mayor o menor medida hemos sido víctimas de determinados prejuicios. Para eso tenemos la "masa gris", para discernir lo que "sí" y lo que "no".




Damablanca.

Mujeres de este foro ¿alguna vez habéis trabajado con hombres?. Yo sí y he aprendido que, si quieres trabajar con hombres, debes "convertirte" en uno de ellos. Los hombres miden al trabajador por su efectividad. El mundo laboral masculino actúa de una forma "militar". Se marcan objetivos y ¡a por ellos! un, dos, un, dos. Todo lo que no esté encaminado a conseguir los objetivos, estorba. De trabajar con hombres he aprendido varias cosas: son prácticos, sistemáticos, jamás "pierden" el tiempo en empatizar, simpatizar o cosas por el estilo. (Para mí eso es ganar, no perder, pero yo soy una mujer, claro). Se cuadran como soldados a los que se encarga una misión y hay que cumplirla.

Si una mujer consigue hacer suyos esos principios y además utilizar su capacidad empática, mucho mayor que la del varón, o su intuición, ese "verlas venir" tan nuestro que a ellos les resulta incomprensible, entonces tenemos muchos puntos a nuestro favor para triunfar en el trabajo.

Abrazos,
Damablanca.

Vuelvo a repetir lo que ya he dicho en otras ocasiones. La mujer y el hombre se complementan. No es cuestión de competir sino de acompañarse y tener la objetividd para entender que siempre habrá algunos actividades que hará mejor uno quew el otro. No por su género, sí por sus habilidades personales.

Creo que si este concepto se manejara siempre en en las interacciones entre hombre y mujer, tanto el trabajo como la relación, los resultados serían infinitamente mejores.

Ety

Estoy de acuerdo contigo, Ety, pero también es verdad que el mundo laboral ha estado hasta hace bien poco en manos casis exclusivas del hombre y que las reglas que lo gobiernan son masculinas...por ahí va mi comentario.

Abrazos,
Damablanca.

Estamos de acuerdo Dama, lo que quiero enfatizar es quew muchas mujeres confunden el compañerismo con la competencia. El "puesto" debe ser para el más apto, no para la mujer o el hombre, y lamentablemente muchas mujeres, solamente ambicionan ganarle al
varon, sin tomar en cuenta si estas en condiciones de asumir o no la responsabilidad.

Y por supuesto, lo mismo sucede del lado inverso.

Ety