El drama de Helen
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El drama de Helen
Publicado hoy en el diario "La Vanguardia"
La pesadilla de Helen
Una ecuatoriana casada con un catalán teme ser extraditada por un delito que en su país puede juzgarse sin el acusado | "Si hubiera querido esconderme, no habría ido a renovarme el pasaporte", dice Helen
Cuando la policía llamó hace año y medio a la puerta del piso de Helen Auxiliadora Moreira Salinas, en Granollers, ella estaba fuera, trabajando, y les abrió su marido. Los agentes tenían orden de Interpol de detener a esta mujer ecuatoriana –casada desde el 2002 con un catalán, Andreu García Torres–, porque era reclamada por la justicia de su país. La aludida, sorprendida y acongojada, se presentó de inmediato. Estuvo dos días detenida en Barcelona y, como medida cautelar, pasó cinco meses en la cárcel de Soto del Real (Madrid). Ahora está en libertad provisional.
"Así me enteré de que había sido juzgada y condenada en Ecuador, sólo entonces lo supe, y desde ese día nuestra vida ha sido un infierno", asegura Helen, sentada junto a su marido en el despacho del bufete Díaz Tarragó, que trata de evitar su extradición a Ecuador. La Audiencia Nacional decidirá al respecto en breve; y la pareja, con una hija en edad escolar, teme y espera.
Los hechos que han dado un vuelco a la vida de Helen, de 39 años, y Andreu, de 43, se remontan al 2001, época en que ella asegura que trabajó tres meses como administrativa para una empresa de insecticidas en su país. Esa empresa vendió producto para fumigaciones a una oficina sanitaria pública de Morona Santiago, en el este de Ecuador, producto que "fue insuficiente y no correspondía a la naturaleza propia de tal insecticida", según la sentencia que condenó a Moreira como cómplice, emitida sin su presencia en marzo del 2005. Ella dice que no tiene nada que ver con ese incumplimiento de contrato –la empresa se embolsó 90.000 dólares de dinero público–; y que ni siquiera sabía que había un proceso penal en curso, y mucho menos que ella misma había sido sido juzgada en rebeldía. Ecuador la considera una fugitiva, pero ella sostiene que jamás se ocultó a las autoridades de su país. "Podían haber enviado citaciones para el juicio a casa de mis padres en Guayaquil, y ellos me habrían avisado –explica–. También fui a renovarme el pasaporte al consulado a finales del 2007. Si hubiera querido esconderme, no habría ido allí, ni estaría empadronada, ni habría trabajado de cara al público".
Sea como fuere, Helen Auxiliadora Moreira está condenada a tres años de prisión en Ecuador por peculado, delito que no existe en España y que, según fuentes jurídicas, viene a ser una combinación de tráfico de influencias y malversación de fondos públicos. "Parece que el autor de los hechos está ahora en Estados Unidos, país que niega rotundamente la extradición para ese tipo de delitos", explica el abogado Antoni Díaz Tarragó, quien califica de flagrante y de "clara vulneración de derechos fundamentales" el hecho de que se dictara sentencia contra Moreira "sin que ella pudiera ejercer sus derechos de defensa, es decir, sin garantías". Para combatir la corrupción, la Constitución ecuatoriana prevé que el peculado pueda juzgarse en ausencia del acusado, y con defensor de oficio.
El abogado de la familia considera que la Audiencia Nacional debería denegar la extradición porque el juicio se celebró sin garantías y porque, en caso de que hubiera un nuevo proceso, "eso implicaría riesgos para la integridad de Helen, que tendría que ir a la cárcel en Ecuador, donde el tiempo de espera suele ser superior al de condena; y donde en las prisiones hay hacinamiento y deficiencias sanitarias". A su juicio, España no debería enviar a Helen Moreira a ese destino.
La pesadilla de Helen
Una ecuatoriana casada con un catalán teme ser extraditada por un delito que en su país puede juzgarse sin el acusado | "Si hubiera querido esconderme, no habría ido a renovarme el pasaporte", dice Helen
Cuando la policía llamó hace año y medio a la puerta del piso de Helen Auxiliadora Moreira Salinas, en Granollers, ella estaba fuera, trabajando, y les abrió su marido. Los agentes tenían orden de Interpol de detener a esta mujer ecuatoriana –casada desde el 2002 con un catalán, Andreu García Torres–, porque era reclamada por la justicia de su país. La aludida, sorprendida y acongojada, se presentó de inmediato. Estuvo dos días detenida en Barcelona y, como medida cautelar, pasó cinco meses en la cárcel de Soto del Real (Madrid). Ahora está en libertad provisional.
"Así me enteré de que había sido juzgada y condenada en Ecuador, sólo entonces lo supe, y desde ese día nuestra vida ha sido un infierno", asegura Helen, sentada junto a su marido en el despacho del bufete Díaz Tarragó, que trata de evitar su extradición a Ecuador. La Audiencia Nacional decidirá al respecto en breve; y la pareja, con una hija en edad escolar, teme y espera.
Los hechos que han dado un vuelco a la vida de Helen, de 39 años, y Andreu, de 43, se remontan al 2001, época en que ella asegura que trabajó tres meses como administrativa para una empresa de insecticidas en su país. Esa empresa vendió producto para fumigaciones a una oficina sanitaria pública de Morona Santiago, en el este de Ecuador, producto que "fue insuficiente y no correspondía a la naturaleza propia de tal insecticida", según la sentencia que condenó a Moreira como cómplice, emitida sin su presencia en marzo del 2005. Ella dice que no tiene nada que ver con ese incumplimiento de contrato –la empresa se embolsó 90.000 dólares de dinero público–; y que ni siquiera sabía que había un proceso penal en curso, y mucho menos que ella misma había sido sido juzgada en rebeldía. Ecuador la considera una fugitiva, pero ella sostiene que jamás se ocultó a las autoridades de su país. "Podían haber enviado citaciones para el juicio a casa de mis padres en Guayaquil, y ellos me habrían avisado –explica–. También fui a renovarme el pasaporte al consulado a finales del 2007. Si hubiera querido esconderme, no habría ido allí, ni estaría empadronada, ni habría trabajado de cara al público".
Sea como fuere, Helen Auxiliadora Moreira está condenada a tres años de prisión en Ecuador por peculado, delito que no existe en España y que, según fuentes jurídicas, viene a ser una combinación de tráfico de influencias y malversación de fondos públicos. "Parece que el autor de los hechos está ahora en Estados Unidos, país que niega rotundamente la extradición para ese tipo de delitos", explica el abogado Antoni Díaz Tarragó, quien califica de flagrante y de "clara vulneración de derechos fundamentales" el hecho de que se dictara sentencia contra Moreira "sin que ella pudiera ejercer sus derechos de defensa, es decir, sin garantías". Para combatir la corrupción, la Constitución ecuatoriana prevé que el peculado pueda juzgarse en ausencia del acusado, y con defensor de oficio.
El abogado de la familia considera que la Audiencia Nacional debería denegar la extradición porque el juicio se celebró sin garantías y porque, en caso de que hubiera un nuevo proceso, "eso implicaría riesgos para la integridad de Helen, que tendría que ir a la cárcel en Ecuador, donde el tiempo de espera suele ser superior al de condena; y donde en las prisiones hay hacinamiento y deficiencias sanitarias". A su juicio, España no debería enviar a Helen Moreira a ese destino.
Damablanca- Cantidad de envíos : 5190
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Fecha de inscripción : 18/02/2008
Re: El drama de Helen
Pobre mujer.
Espero que no se consume esta pena tan injusta y desproporcionada.
Ojala tenga buenos abogados (como los de Millet)
Joan
Espero que no se consume esta pena tan injusta y desproporcionada.
Ojala tenga buenos abogados (como los de Millet)
Joan
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