La transición en Cuba: después de Fidel.

Publicado hoy en el diario La Vanguardia:
LA TRANSICIÓN CUBANA

Raúl Castro destituye a Roque y Lage en un nuevo gobierno menos fidelista

El presidente cubano emprende una profunda remodelación en el Ejecutivo | El reforzamiento y entrada de mandos militares reafirman el tinte castrense | El comandante Ramiro Valdés velará par la 'batalla de ideas' creada por Fidel .

Internacional

El canciller Felipe Pérez Roque quedó ayer excluido del Gobierno y en principio de los proyectos de cambio deRaúl Castro. Su destitución y la del secretario del Consejo de Ministros, Carlos Lage, que puede conservar su cargo de vicepresidente del Consejo de Estado, constituyen lo más llamativo de una amplia remodelación gubernamental que incluye la fusión de varios ministerios. No hace tanto que a Roque y Lage, ambos muy próximos a Fidel Castro, se les suponía llamados a encarnar el cambio generacional en Cuba.

"Adelgazar para ser más eficaz"

La remodelación del Gobierno que Raúl Castro y su Consejo de Estado aprobaron ayer de manera sorpresiva es una cura de adelgazamiento. Hay que "reducir la envergadura de los órganos del Gobierno para aumentar su eficacia", señalaba la nota oficial sobre los cambios. Es decir, se trata de bajar de peso para estar más ágiles y contener el riesgo de esclerosis que acecha a la Administración. La receta estaba indicada desde el primer día, cuando Raúl Castro tomó posesión. Otra cosa es el tiempo que el presidente y sus colaboradores se han tomado para aplicar la prescripción: algo más de un año. La reestructuración implica fusiones y absorciones ministeriales. Comercio Exterior se asocia a Inversión Extranjera; el titular de la primera cartera, Raúl de la Nuez, queda fuera. Industria Alimenticia absorbe Pesca, y su nueva responsable, Carmen Concepción González, sucede a los dos hombres que dirigían sendos departamentos, Alejandro Roca y Alfredo López. Tecnología y Medio Ambiente asume el control del llamado Polo Científico. Y una parte de los puestos inmersos en la remodelación queda sin sustituto, lo que también forma parte del aligeramiento decidido. La reestructuración toca los ministerios más importantes: el de Exteriores y los del área económica. Los cambios no pueden darse por terminados: el Ejecutivo señaló en su comunicado "la necesidad de continuar estudiando la actual estructura del Gobierno".

La reestructuración se anunció mediante un comunicado que subrayaba la adecuación de los cambios a las líneas marcadas por Raúl en su toma de posesión, el 24 de febrero del 2008. El entonces flamante presidente cubano en sustitución del convaleciente Fidel Castro subrayó la importancia de institucionalizar la vida pública del país y adelgazar su aparato administrativo y burocrático: dos condiciones insoslayables para dotarlo de una mínima eficacia.

La destitución de Pérez Roque fue el cambio de más impacto. El hasta ahora ministro de Exteriores siempre fue tenido por un hombre fuerte del Gobierno, cercano a Fidel Castro pero no lejano a Raúl. A sus 43 años, era la cara joven del Ejecutivo, aunque llevaba un decenio como canciller. A Roque le sustituye el hasta ahora viceministro Bruno Rodríguez Parrilla, que entre 1995 y el 2003 fue el embajador ante la ONU.

El relevo en la cancillería no sólo hace el gobierno algo menos fidelista, como el conjunto de los cambios, sino que también puede leerse como una operación favorable a un posible diálogo con EE.UU. Mientras Roque es un viejo adversario de Washington, Rodríguez es visto "como un reformista", decía ayer un diplomático europeo.

En cuanto a Lage, su salida del Consejo de Ministros no podía ser motivo de sorpresa desde el momento en que ya hace un año todas las quinielas que apostaban por su promoción se equivocaron. Lage, relativamente joven a sus 57 años en un país donde la media de edad de los dirigentes supera los 70, fue en gran medida el arquitecto de las reformas que permitieron que Cuba sobreviviera a la caída de la URSS. En su lugar se encargará de la secretaría del Ejecutivo el general José Ricardo Guerra, hasta ahora jefe de la secretaría del ministro del ejército.

Raúl Castro también sustituyó al ministro de Economía, José Luis Rodríguez. Asume el puesto el hasta ahora titular de Comercio Interior, Marino Murillo, que será también vicepresidente del Consejo de Ministros. El nuevo gobierno tiene un tinte más castrense, tal como se venía sustanciando mediante cambios aislados y como ayer se reafirmó con la entrada de dos generales y la decisión de que el comandante de la revolución y vicepresidente Ramiro Valdés asuma las funciones hasta ahora desempeñadas por Otto Rivero, que se ocupaba de los programas de la llamada batalla de ideas creada por Fidel Castro.

Comentario: Es posible que Raúl Castro esté intentando introducir cambios en el organigrama cubano, pero despacio, con cuidado.
Damablanca.

Este es uno de los artículos aparecidos ayer en La Jornada y firmado por Fidel Castro. Aparentemente él ha estado de acuerdo con los cambios, y según lo que escuché en las noticias, la razón principal que dan acerca de la destitución de Lage (a quien se contemplaba con un muy posible sustituto de Fidel) y de Pérez Roque fue una desmedida ambición.

Les dejo la nota:

Cambios sanos en el Consejo de Ministros
Fidel Castro Ruz


Con motivo de los cambios en el seno del Ejecutivo, algunas agencias cablegráficas se rasgan las vestiduras.

Varias de ellas hablan o se hacen eco de rumores "populares" sobre la sustitución de los "hombres de Fidel" por los "hombres de Raúl".

La mayoría de los que fueron remplazados nunca los propuse yo. Casi sin excepción llegaron a sus cargos propuestos por otros compañeros de la dirección del Partido o del Estado. No me dediqué nunca a ese oficio.

Jamás subestimé la inteligencia humana, ni la vanidad de los hombres. Los nuevos ministros que acaban de nombrarse fueron consultados conmigo, a pesar de que ninguna norma obligaba a los que los propusieron, a esa conducta, ya que renuncié hace rato a las prerrogativas del poder. Actuaron sencillamente como revolucionarios auténticos que llevan en sí mismos la lealtad a los principios. No se ha cometido injusticia alguna con determinados cuadros

Ninguno de los dos mencionados por los cables como más afectados, pronunció una palabra para expresar inconformidad alguna. No era en absoluto ausencia de valor personal. La razón era otra. La miel del poder por el cual no conocieron sacrificio alguno, despertó en ellos ambiciones que los condujeron a un papel indigno. El enemigo externo se llenó de ilusiones con ellos.



¡Patria o Muerte! ¡Venceremos! Marzo 3 de 2009.


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¿Cuál sería la solución para ese país? Me pierdo cuando comienzo a intentar entenderlo.