El abuelo "Cebolleta"

Publicado hoy en el diario "La Vanguardia".

El abuelo Cebolleta
El personaje de 'DDT' creado por Vázquez es un tratado sobre la añoranza anterior a Cioran


Màrius Carol | 10/05/2010 | Actualizada a las 01:42h | Cultura
Todavía hoy a uno le pueden tachar de "abuelo Cebolleta" si se remite con frecuencia a la nostalgia, al relato del pasado. El filósofo Emil Michel Cioran reflexionó sobre la añoranza en el libro Ese maldito yo, sentimiento que consideraba parte de la obsesión del ser humano por superar su temporalidad y su finitud: el hombre no está satisfecho de ser hombre e intenta volver a la Ítaca de sus orígenes. La nostalgia constituye el fondo de su ser y a través de ella se comunica con lo más antiguo que subsiste de él. No iba tan allá el dibujante Manuel Vázquez cuando a principios de los cincuenta creó la familia Cebolleta para el desaparecido DDT. Pero lo cierto es que detrás de aquel abuelo con barba, bufanda, bastón y un pie vendado, que se alargaba hasta el infinito hablando de sus hazañas pretéritas, subsistía el intento desesperado por refugiarse en el recuerdo. El resto de la familia, desde su yerno Rosendo a su nieto Diógenes, pasando por el loro Jeremías, le huían, como si el pasado no fuera con ellos, como si la nostalgia resultara un error.

El abuelo Cebolleta ha vuelto a ser actualidad este fin de semana durante el Salón del Cómic celebrado en Barcelona. El certamen ha rendido homenaje a su creador con la retrospectiva By Vázquez, dibujante que también dio vida a las hermanas Gilda o a Anacleto, agente secreto. Sería exagerado afirmar que el anciano anclado en la memoria de tiempos mejores pensara en la añoranza como vía de escape de la absurdidad de la existencia, pero al menos coincide con Cioran en que las evocaciones nos recuerdan que hemos vivido y que seguimos vivos.

En la fraseología popular ha sobrevivido el abuelo Cebolleta como el arquetipo de aquel que tiende a ponerse pesado con relatos de sus hazañas pasadas. El Diccionario de la Real Academia no ha llegado a este reconocimiento, pero sí los manuales de argot. La tragedia del abuelo Cebolleta es la del hombre que ha vivido mucho y que tiene mucho que contar, pero carece de auditorio. Las experiencias atesoradas en mil batallas sólo las valora él, lo que refuerza su constante soledad. El anciano vive rodeado de personas que no sólo menosprecian su precioso bagaje, sino que incluso huyen despavoridas de su exposición. Y no únicamente la familia se escapa de sus historias, también los animales de compañía.

El abuelo Cebolleta, castigado por sus achaques de la gota, aspira sólo a ser escuchado mientras relata algún episodio bélico en el que participara, ya sea en una campaña de las guerras coloniales británicas, ya sea en la guerra de Cuba. Como tantos otros personajes de las historietas de posguerra, su deseo frustrado es lo que le mueve. Y eso vuelve a enlazar con el discurso de Cioran, pues la nostalgia es la sublimación del deseo del alma. En realidad, el abuelo Cebolleta no era un pelmazo en sentido estricto, sino un melancólico con ganas de ser consolado.

Que buenos ratos pasamos con el abuelo Cebolleta y con tantos otros personajes de nuestros comics en aquellos dias de nuestra infancia; Mortadelo y Filemon, Carpanta, el botones Sacarino, Zipi y Zape ...

Debe ser que me estoy haciendo mayor, pues creo que aquellos comics eran mas divertidos, reconfortantes y morales que las de ahora.

Joan

Dentro de poco, porque la vida pasa con una rapidez pasmosa, estaremos aquí en plan "Abuelo Cebolleta" todo nosotros...

Damablanca.