Lugares donde leer a gusto

LEER EN EL BAÑO

Casi todo el mundo lo hace, pero ¿quién lo admite/? Nadie o muy pocos…sabe Dios por qué… ¿no se han fijado ustedes que en el baño de las visitas siempre hay revistas?

Quienes leen en el baño aseguran que es un placer tan solitario como reconfortante y algunos son famosos intocables. Lo digo de entrada: muchos escritores y artistas deben lo que saben a ese tipo de lecturas.

Marcel Proust, el francés asmático que pasó su vida buscando el tiempo perdido confesó: “El baño es el sitio ideal para todo lo que requiere tranquilidad sacrosanta: la lectura y el placer sensual”.

Joan Manuel Serrat, asegura que en su familia siempre estuvo bien visto ir al baño con un libro bajo el brazo…

Hemingway tenía en el baño de finca Vigía, su casa de La Habana, una auténtica biblioteca.…

Isabel Allende no confiesa si lee o no en el baño, pero admite que es algo tan común como la diabetes tipo dos.

¿Por qué se lee en el baño más que en la cama o en la biblioteca pública? Yo no lo sé, tal vez porque las bibliotecas siguen estando asociadas a esa cosa escurridiza que algunos llaman la alta cultura, como si hubiera una baja cultura…

Es como cuando en los noticieros locales se dice: las personas de bajos recursos, ¿será porque no tienen plata o porque les falta la iniciativa para enfrentarse a la vida? Tampoco lo sé.

Quizás la gente lee en el baño por lo que aventuró alguien: por equilibrar lo perdido, esa parte de cada cual que cada 24 horas, —al menos en teoría—, nos abandona como un sobrante vergonzoso.

A lo mejor va y se lee en el baño porque, ÜNICAMENTE en términos culturales, no hay placer más solitario que el de la lectura.

En este país han creado ya la primera editorial dedicada a producir libros para lectores de baño: historias cortas que se leen de un tirón o de una sentada, literalmente hablando. En casa todos ya estamos suscritos…No es nada personal, es negocio, como diría Marlon Brando, que se parecía tanto al Padrino.

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Comento que un fisioterapista me indicó que no debíamos leer en el baño pues esta actividad nos coloca en una mala postura que afecta la columna... ¿pero quién piensa en la espalda en esos momentos?

Ety

Desde luego en casa, menos mis padres, los 4 hijos lo hacíamos, era criminal, porque teníamos que hacer cola y se eternizaban
porque no salían hasta haber terminado: el capítulo, el periódico, el cómic o lo que fuera.
Confieso que yo también lo hacía, era el mejor lugar para poder leer sin interrupciones, salvo el toc- toc en la puerta y el
comentario de rigor: "¿te falta mucho?".

Confieso que lo sigo haciendo, pero solo cuando estoy en casa, de invitada no se me ocurre.


Besos
Mª Dolores