¿Es este el futuro que nos espera?

Hace unos días me encontraba yo tomando un café y tratando de leer una novela de Sándor Márai impresa en un libro común y corriente y con un lápiz en la mano para marcar las ideas que más me llaman la atención. Elegí uno de los conocidos Starbooks que pululan en mi ciudad. El lugar estaba atestado de jóvenes veinteañeros y puedo decir que seguramente era yo la persona con más edad del lugar y tal vez la única que conocía a Márai.

Una gran mayoría de estos "chavos" (como los llamamos en México) estaban trabajando en el local, con sus ordenadores encendidos, haciendo anotaciones e intercambiando comentarios. En la mesa contigua a la mía, unos chicos miraban a través de la pantalla un DVD que aparentemente, por lo que alcanzaba a escuchar, era una especie de curso o taller sobre como alcanzar el éxito, principalmente el económico.

Discretamente me acerqué un poco más y aunque no logré ver el video y si pude escuchar lo que la voz del experto aconsejaba. En resumen, estos nuevos profesionistas debían saber que en los noventas el valor del trabajo (cualquiera que sea) se media de acuerdo a la calidad del mismo, él exito se conseguía cuando la tarea era buena y aportaba el beneficio esperado. Pero en la actualidad las cosas han cambiado. Hoy en día los logros dependen de la capacidad del creador para promover y difundir su producto a una mayor cantidad de clientes potenciales, que por encima de todo sean capaces de pagar bien por el artículo y logren hacerlo llegar a más lugares del mundo. (Parte de lo que hoy llamamos globalización y cuyas consecuencias ya empezamos a padecer). La calidad del mismo es una cuestión secundaria, ésta se irá creando conforme las ventas vayan en aumento, entonces, con el material asegurado en el mercado, podrá revalorarse su virtud. (Los materiales hechos en China son un buen ejemplo que seguramente ya todos conocemos).

Al oir estas indicaciones en un tono tan serio y viendo la atención que los jóvenes prestaban, pensé, inicialmente, que se trataba de alguna parodia muy bien hecha, acerca de un futuro incierto. Pero al seguir con mis observaciones me di cuenta que estos jóvenes estaban realmente tomando un curso de formación, y no desde las aulas de una academia, sino en las mesas de una cafetería que cuenta con toda la tecnología para sustituir tanto al profesor como al recinto universitario. (couching, como lo llaman ahora) y de esta manera prepararse eficientemente para enfrentar su futuro, sin importar de que carrera estemos hablando ya que lo mismo es válido para el médico, el psicólogo, el comerciante o el herrero.

Me di cuenta entonces que estaba yo viviendo en un mundo totalmente desconocido para mí. Mis estudios y mi preparación profesional ya tienen muy poco que ver con la calidad de mi oficio terapéutico, no importa que haya cumplido con todos los entrenamientos necesarios ni las horas que pasé esrudiando y preparándome para meterme a las entrañas de mi trabajo cotidiano. Tampoco es ya importante la experiencia y el conocimiento aportado por algunos de mis maestros a los que siempre tendré presentes y que seguramente nunca dejaré de agradecer y recordar.
Hoy en día debo promoverme bien, lograr que mi nombre suene en muchos lados y que la gente acuda a mi consultorio porque soy famosa, y por supuesto, mi éxito, incluyendo el económico, se verá recompensado por el número de pacientes "importantes" que reciba, y no por mi capacidad para servir.

Ya unos días antes había tenido otra experiencia curiosa. Me encontraba en la sección de electrónica de un almacén conocido por mí desde niña, y me di cuenta que no tenía la menor idea de lo que allí vendían y para que servían los objetos que se mostraban en los anaqueles. Aclaro que no soy una anciana, voy por el medio siglo y aun considero que tengo cosas que aportar.

Estoy dispuesta a estudiar y aprender, pero desde el punto de vista ético, ¿podré enfrentar los requerimientos que este mundo moderno me demanda? Yo lo dudo.

Tal vez mi reflexión resulte poco optimista (Joan, no la incluyas en tu blog de buenas noticias), pero me gustaría conocer otras opiniones.

Ety

Nos ha tocado vivir un tiempo frenético amiga.
Antes las cosas iban mas despacio y los ciclos no eran tan bruscas, creo yo.

De repente nuestra generación esta descolocada por que recibimos una formación educativa y moral que no encajan en nuestros días. Ademas nos cuesta adaptarnos pero mucho mas comprender y ver la luz de un futuro en penumbra,

Pero son ciclos históricos, pasara, vivimos en crisis por que vivimos tiempos de profundos cambios. Nada será igual dentro de uno o dos años, estoy seguro. Para bien o para mal los tenemos que superar por que nos toca vivirlos.

El hombre es un animal completamente incoherente que vuelve a caer en los mismos errores, pero tambien es capaz de sobreponerse y de las actitudes mas heroicas y generosas. Surgirán lideres que apunten nuevos senderos, eso creo y espero.

Petons
Joan

Está claro, con los medios de comunicación, vende más quien es mejor vendedor, no quien ofrece mejor producto.

Al menos, con internet, la publicidad no depende únicamente de la inversión económica, incluso diría yo que el potencial consumidor, tiene más a mano información verídica acerca de la calidad del producto.

Hay que evolucionar. No hay otra.

Damablanca.